Tras Bambalinas
*Jorge Octavio Ochoa
Este asunto de los videos de Eva, pintan a México de cuerpo entero, por la profunda corrupción de sus políticos, del sistema de partidos y de los medios de comunicación.
Desnudan a un México impúdico, inmerso en el escándalo, donde los sistemas de inteligencia sólo sirven para espiar, pero no para desactivar redes del crimen organizado que operan en el sistema financiero, comercial y político del país.
Las reflexiones, en algunos casos, siguen siendo las mismas, pero hay otras preguntas que los medios no se hacen, un poco por cuidarse la espalda y otro poco por solidaridad. Pero lo cierto es que, si no nos hacemos esas preguntas entonces somos parte de la corrupción.
Se han visto hasta la saciedad morbosa, los videos de Eva Cadena recibiendo dinero y la primera pregunta, de botepronto es:
1.- ¿Fue una trampa?
Sí. Evidentemente le pusieron un “cuatro” a Eva Cadena. Pero todos coinciden en que a ella no se le ve muy incómoda que digamos, recibiendo groseramente fajos de billetes de manos extrañas. Indudablemente hay un acto de corrupción de doble vía.
2.- ¿Se justifica que MORENA deseche como apestada a Eva luego de que Andrés Manuel la impuso como candidata en Las Choapas, pese a las protestas de muchos de sus seguidores?
Al parecer, NO. El execrarla no lava las culpas. López Obrador estaba perfectamente enterado de las quejas.
3.- ¿Por qué la impuso?
Andrés Manuel sabía perfectamente el rechazo de los pobladores, pero él la exculpa con su ridículo ademán “lo que diga mi dedito”, convirtiéndola así en otro “Juanito”, que el líder moral de MORENA pone y quita según sus intereses y las condiciones de la zona. No puede darse por sorprendido.
4.- ¿Es periodísticamente válido difundir esos videos?
Absolutamente sí. A veces, el llegar al fondo de la verdad de los hechos obliga acercarse al fuego y algunos pensamos que, de ser necesario, hay que sentarse a platicar hasta con el diablo si queremos llegar a la verdad.
Sin embargo, la quinta pregunta es la que inquieta:
5.- ¿Es periodísticamente ético dosificar así la información?
Al parecer, en este caso, NO. Lo que se advierte de manera preocupante es el posible contubernio. Hay una estrategia definida, para dosificar y difundir por partes la información, para dañar electoralmente.
Se puede argumentar que el medio recibió así los vídeos, por partes, en fechas distintas, pero ello no obsta para darse cuenta de que estaba siendo utilizado con una intensión específica que puede influir en el ánimo del electorado.
Sí, el emisor alcanzó millones de lectores en las redes de internet, pero dejó también un mar de sospechas. Se columbra una relación perversa, en donde la FUENTE y el EMISOR acuerdan tiempos para la difusión, lo cual desvirtúa el interés periodístico y lo convierte en un compromiso político.
Se entiende, entre muchas consideraciones, que el periodismo es parte de un negocio que, además en el caso de los medios impresos, requiere de enormes sumas de inversión y este tipo de noticias acarrean millones de lectores. Es un atenuante pero no disminuye la teoría del complot.
6.- ¿Se vale la repetición de este esquema en los demás medios de información? Quizá no, pero en el alud informativo, los demás medios, incluidos los pequeños, quedan expuestos a la tentación y a la posibilidad de quedar fuera del fenómeno noticioso. Puede existir un compromiso político, pero de segunda generación.
Puesto así el escenario, lo que flota en la discusión, es el contubernio, el uso mafioso de los medios. Tenemos que dilucidar si hay o no un uso perverso, de cálculo político, al ir sacando videos conforme se acerca una elección.
Lo que nos están dejando también estas elecciones, es una evidencia más del sistema electoral tan perverso que impera en México, donde los partidos registran candidatura, reciben recursos del erario público, contratan servicios con empresas de dudoso origen y luego declinan.
Empresas de familia, grupos de interés florecen con la compran de parafernalia de campaña: gorras, tasas, juguetes, llaveros; con el moche del 30%; rentan autobuses, comidas, hospedajes y al final declinan. Negocio redondo. Reciclan dinero, no pierden el registro y sobreviven.
Transa-acciones comerciales amarradas; Todo en un círculo corrupto, aceitando además la industria del acarreo. Ese es hasta hoy el modus operandi de la delincuencia política, que cruza por todos los partidos, sin excepción.