«Me daría vergüenza tener un presidente como EPN»: Mujica
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*Francisco Rodríguez
Unos días antes de concluir su gestión como Presidente de la República Oriental de Uruguay, José Mujica, expresó: «A mí me daría vergüenza tener un Presidente como Nicolás Maduro o Enrique Peña Nieto, a los que no les importa su gente… a los que les gusta la plata hay que correrlos de la política, son un peligro para la política…»
José Mujica llegó al poder el primer día de marzo del año 2010, después de haber sido guerrillero tupamaro, de haber fundado en los sesentas el Movimiento de Liberación Nacional uruguayo y de ser encarcelado y torturado durante 14 años por la dictadura militar de su país. Un verdadero emblema de la lucha social.
Postulado por el Frente Amplio, un conglomerado de partidos y asociaciones políticas, en el que se fusionaron socialistas, demócratas, progresistas, desarrollistas, comunistas y cristianos. Una coalición dentro del espectro de la centro-izquierda, producto de los acontecimientos históricos de los últimos 50 años en la tierra de Mario Benedetti.
Frente Amplio contra la rapiña económica y social
El Frente Amplio fue fundado en 1971, diez años después de que naciera el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, iniciado por luchadores compañeros de Mujica, en respuesta al desastre económico y político que la codicia y la rapiña habían provocado en todos los rubros económicos y en todos los sectores sociales del país.
Desde su fundación, el Frente Amplio abogó por el Estado de Bienestar, la muerte asistida, el matrimonio entre personas del mismo sexo, los derechos homoparentales a la adopción, el apoyo al movimiento LBGTTTI y la democracia económica y política.
Dos años después de nacido el Frente Amplio, se estableció la dictadura militar, con el apoyo del Presidente Juan María Bordaberry. Aunque los militares lo sostuvieron en el poder tres años, el nefasto Bordaberry alcanzó a prohibir los partidos políticos…
… defenestrar al sindicalismo, reprimir a los medios de comunicación independientes u opuestos a la dictadura, perseguir, encarcelar y asesinar a los opositores al régimen. Preparó el caldo de cultivo para que los militares dieran el golpe definitivo.
Una historia de chacales… que en México conocemos bien
El famoso Acuerdo de Boiso Lanza lo detonó: creó el Consejo Nacional de Seguridad –en México, por cierto, se llama «Comisión»–, que obtuvo el beneplácito de los partidos comunistas y demócrata-cristianos, argumentando que el golpe que se avizoraba en el horizonte iba a ser «un golpe de izquierda».
Bordaberry proscribió la democracia representativa, ubicando en su lugar a un Consejo de la Nación, integrado por «notables» civiles y militares con gran peso económico, ex presidentes y comandantes con mando de tropa, con derechos dinásticos de nombrar a sus sucesores hasta el fin de los tiempos. La historia de chacales… la que en México conocemos de memoria.
Con grandes retos, asumió la Presidencia en 2010
En respuesta, los militares, provenientes de castas castrenses de honda raigambre y a quienes todo les parece poco, tiraron a Bordaberry y pusieron una sucesión de títeres civiles, sólo para que la dictadura se apedillara civil-militar. Un asunto totalmente cacofónico.
Durante el largo período de la dictadura militar, el Frente Amplio operó en la clandestinidad. El régimen opresor cayó en 1985, salieron libres los presos políticos y lanzaron en 2004 la candidatura triunfadora de Tabaré Vázquez, quien encabezó un gobierno progresista.
José Mujica fue el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, después de haber sido senador y diputado por las listas del Frente. Tabaré Vázquez juzgó por delitos concretos de lesa humanidad a civiles y militares, ejecutores y cómplices del golpe.
Pudieron comprobarse las ejecuciones sumarias de 172 detenidos y desaparecidos por la dictadura. Con esa responsabilidad, José Mujica, postulado por el Frente Amplio, ganó las elecciones y tomó posesión en marzo del 2010.
Ahora, un hombre común; en su chacra cría cabras
Fieles a su origen político y a sus convicciones democráticas, los esposos Mujica no se alojaron en la Residencia Presidencial de Suárez y Reyes. Retornaron a seguir su vida en una casita rural de las inmediaciones de Montevideo. Ahí siguieron criando sus cabras y cultivando sus flores, siempre cerca de sus paisanos y del pulso de su gente.
Uruguay consolidó la democracia representativa y las Cámaras han legislado para hacer vinculatorios los programas sociales y las reformas políticas, hechas a la medida de las ambiciones de las franjas vulnerables, de quienes más las necesitan.
Mujica es hoy un ciudadano más de su país, en la mejor tradición de los grandes cincinatos de la historia antigua. Dando un ejemplo al mundo de quien no se deja llevar por las tentaciones del poder ni por el canto de las sirenas. Porque es un hombre ilustrado, bien parido.
Hasta la fecha maneja su Volkswagen modelo antiguo, que resguardó durante su quinquenio en la cochera de su chacra rural de Montevideo. Es uno de los hombres más respetados y queridos por su pueblo, a quien siempre sirvió, lo mismo desde las trincheras clandestinas, la cárcel o el poder.
Vive de la pequeña ganadería, ordeñando sus vacas y cabras, de la floricultura y de las conferencias magistrales que ofrece en universidades y centros sociales de varios continentes .
Imposible hallar aquí uno que no se haya enriquecido bestialmente
Salió del mando igual que como entró, como parte de la inmensa mayoría de sus compatriotas. Siendo fiel a lo que prometió y al ejercicio republicano y honesto del poder. En México es materialmente imposible encontrar entre las pandillas gobernantes un personaje similar.
Es imposible imaginar siquiera entre alguno de nuestros badulaques y güeros de rancho, alguien que sepa hacer algo digno, aparte de enriquecerse bestialmente hasta la enésima generación. Alguien que no haya hecho un daño irreparable a la Nación y a la memoria y dignidad colectiva.
Por eso, a unos días de dejar el poder, dejó caer una pesada losa sobre la tolucopachucracia: «a mí me daría vergüenza tener un Presidente como Peña Nieto».
¡Qué vergüenza la que arrastramos ante el mundo!, ¿no?
¿Usted no piensa lo mismo?
Índice Flamígero: «Pata de perro» es el título del comentario que hoy nos obsequia don Alfredo Álvarez Barrón: «Es indudable que la declaración patrimonial de Andrés Manuel López Obrador muestra graves inconsistencias.Pecata minuta para un hombre acostumbrado a salir bien librado aún en el peor escenario posible. Pero lo que realmente sorprende es la indignación que tal documento ha provocado en los honorables políticos que, tendenciosamente, hicieron hasta lo imposible para no aprobar, en sus términos originales, la también llamada Ley 3 de 3. Tal vez lo que más enfurece a sus detractores es no poder acusarlo, con datos y pruebas fehacientes, de enriquecimiento inexplicable, ese delito tan de moda entre la clase política, o ya por lo menos tratar de involucrarlo en algún acto ilícito o escándalo mediático; el tema del hermano incómodo, por desgracia, no dio para más, a excepción del mote de malagradecido que le endilgó un periodista chayotero. Mención especial se merecen los respetables ciudadanos que se dedican a insultar cotidianamente en las redes sociales al líder de Morena. El sentido común indicaría no tomarlos muy en serio pues son, valga la similitud, como los perros de rancho: escuchan un ladrido a lo lejos e inmediatamente después se suman al coro, pero al final nadie sabe porque inició el zafarrancho. Respeto su opinión,por supuesto, pero no la comparto. Lo único que les puedo desear es que con su PAN se lo coman. Mientras tanto el tabasqueño sigue, inmutable como Juanito el Caminante, en su interminable Tour Pata de Perro repitiendo el mismo viejo discurso, con una pequeña e inesperada variante: de manera totalmente unilateral ha decretado una amnistía para todos aquellos políticos a los que antes fustigaba ferozmente. No creo, sinceramente, que esa inocentada le sume nuevos adeptos.» Y el colofón satírico, como siempre, a cargo de El Poeta del Nopal: » En un juego de vencidas / fuerte revés les aplica / pues no tiene casa chica, / ni Casa Blanca o queridas / ni fincas bien protegidas / a nombre de testaferros, / pero comete un gran yerro / si ningún bien se adjudica / mientras el perdón predica / en su Tour Pata de Perro.»