CIUDAD DE MÉXICO, 05 de diciembre, (CDMX MAGACÍN / CÍRCULO DIGITAL).- Debido al proceso de envejecimiento de la población mexicana, así como al aumento de las enfermedades crónico-degenerativas, México debe iniciar la discusión respecto a la eutanasia y el suicidio asistido, planteó Diego Valadés, investigador de la UNAM.
El integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo que los viejos y enfermos tienen derechos que exigir y ejercer esta opción que pronto se podría convertir en una demanda social.
“Aunque la dirigencia política no esté preocupada por el tema, sí es una inquietud que avanza en la sociedad, de manera que pronto se convertirá en un reclamo social”, enfatizó el abogado constitucionalista en un comunicado de la máxima casa de estudios.
Refirió que de acuerdo con la encuesta nacional de la asociación Por el derecho a morir con dignidad, 63 por ciento de los entrevistados opinó que ante padecimientos terminales y dolorosos, es aceptable la eutanasia.
Comentó que la muerte asistida se aplicaba sólo a quienes tenían enfermedades terminales y dolorosas, pues algunos países han ampliado el concepto a quienes sufren padecimientos que, sin ser terminales, afectan sus posibilidades de autonomía y merma su percepción de dignidad.
Tras subrayar que aunque este tema involucra aspectos religiosos y concepciones éticas, expuso que la intención es que “los sistemas jurídicos permitan la eutanasia dentro de condiciones de seguridad plena, con protocolos médicos y jurídicos rigurosos, a favor de quienes deseen ser privados de una vida que ya consideran innecesaria”.
El también miembro de El Colegio Nacional señaló que en México la voluntad anticipada, que permite a cualquier persona indicar ante un notario su voluntad respecto a permanecer o no conectado a aparatos que garanticen una sobrevida artificial, es un primer paso a la eutanasia.
La eutanasia evitaría decisiones que generan traumas múltiples a quienes padecen una enfermedad y a sus cercanos, quienes deben hacer frente a una muerte violenta, puntualizó.