México necesita regular la iluminación de emergencia para garantizar la seguridad de la población
Ciudad de México a 27 de Abril (ESFERA EMPRESARIAL /CÍRCULO DIGITAL).-El ser humano tiene un miedo innato a la oscuridad. Nos desorienta y nos hace sentir vulnerables, aumentando el estrés y poniéndonos en riesgo. Es la luz que divisamos en plena oscuridad, la que nos guía, nos da un punto de referencia y nos ayuda a volver a tomar el control de la situación, dando seguridad a nuestros pasos, reflexiona Pablo Fernández, director de Normagrup México
Y explica:
Algo tan simple como unas obras en la calle o un fallo en la red eléctrica, puede dejarnos sin luz en nuestra casa, hotel, oficina, centro comercial, restaurante o lugar donde nos encontremos. En hospitales y centros escolares puede ser todavía más peligroso. Los desastres naturales que desafortunadamente azotan nuestro país, como pueden ser huracanes, temblores e inundaciones, suelen ir acompañados por cortes de energía eléctrica, ya sea por seguridad o por falla, y en estos casos en los que la oscuridad puede hacernos entrar en pánico, la iluminación de una lámpara de emergencia podría ser determinante entre salvar la vida o no.
¿Qué son las lámparas de emergencia?
La iluminación de emergencia se surte de la corriente continua, por baterías individuales o centralizadas y que se emplean en situaciones de corte de electricidad de la red principal. Es decir, son aquellas lámparas que se prenden automáticamente y de forma instantánea cuando se corta la electricidad. Las lámparas de emergencia son elementos indispensables para garantizar la seguridad de las personas en situaciones o ambientes de peligro. Esto se debe a que el papel de estas luminarias es fundamental durante la evacuación de un edifico, ya sea por evento grave, alertas sísmicas o cortes de electricidad. Realizar una evacuación de emergencia con luz, es muy distinto a realizarla a oscuras, pudiendo evitarse miedos, estrés y accidentes.
Los dispositivos de iluminación de seguridad (autónomos o centralizados) deben garantizar dos funciones fundamentales. Por un lado, está la iluminación antipánico por medio de una lámpara de emergencia, capaz de evitar situaciones de peligro generado por pánico durante una evacuación, asegurando una iluminación mínima para facilitar la identificación de una ruta de salida y la intervención de la asistencia. Y por otro, la iluminación de pre-evacuación por medio de una lámpara de señalización, capaz de garantizar la evacuación segura de los ocupantes a través de las vías de escape, señalando el camino y los obstáculos.
Importancia de normativas oficiales
Debido a la importancia de contar con este tipo de alumbrado en casi cualquier lugar donde haya gente, la existencia de una normativa oficial que regule su colocación y características es esencial. En México a día de hoy no existe una normativa clara respecto a las lámparas de emergencia, situación que contrasta por ejemplo con Europa, donde desde hace años existen organizaciones que regulan estas cuestiones y que todos los países deben cumplir. O con otros países latinoamericanos, como Chile, donde disponen de una Norma Chilena Eléctrica, con un apartado específico para alumbrado de emergencia.
La instalación de este tipo de lámparas es uno de los principales puntos a tratar. Unas de las pocas especificaciones que se encuentran en las Normativas Oficiales mexicanas es la NOM-025-STPS-2008, que en referencia a las condiciones de iluminación en centros de trabajo, especifica que se deben “instalar sistemas de iluminación eléctrica de emergencia, en aquellas áreas del centro de trabajo donde la interrupción de la fuente de luz artificial represente un riesgo en la tarea visual del puesto de trabajo, o en las áreas consideradas como ruta de evacuación que lo requieran.”
Esto resulta bastante vago, en comparación con otras normas, como la chilena o española, que son más exhaustivas en sus requerimientos, donde las lámparas de emergencia son de carácter obligatorio en lugares como puertas de salida de emergencia, cerca de escaleras, cambio de direcciones en vías de escape, cerca de equipos de extinción o alarmas de incendios, indicándose claramente dónde se deben instalar, cada cuánta distancia y con qué número de luxes necesarios. Además, las lámparas de emergencia deben garantizar una autonomía de una a tres horas dependiendo del ambiente. En México, el tiempo estándar con las que se instalan es de unos 90 minutos, aunque no se dispone de normativa oficial.
Si bien el sector de iluminación es cada día más exigente en México, y son muchos los profesionales de la arquitectura e iluminación que tienen en cuenta la iluminación de emergencia, México tiene un gran potencial a desarrollar en esta área, ya que el que no haya una regulación clara y exacta dificulta que se exija su uso. Además, no solo mejoraría la seguridad de la población, ya que nunca nos quedaríamos sin luz, si no que generaría una industria nueva en el mercado, donde hoy existen pocas empresas, generando más empleo y competitividad.