Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Al líder de los senadores de Morena, el zacatecano Ricardo Monreal, no se le puede siquiera insinuar que AMLO o algún secretario de Estado le pueda dar instrucciones o un regaño a los senadores.
Inmediatamente brinca y aclara que, como poder independiente, los senadores no aceptan ni instrucciones ni regaños de nadie. Ni siquiera de López Obrador.
Bueno, la aclaración es sólo para señalar que Ricardo Monreal, su bancada mayoritaria y el resto del Senado, están justo en el momento de mostrar si realmente son tan autónomos como dice el zacatecano.
Miren, sigilosamente, el martes 29 de enero pasado, la secretaria de Gobernación y senadora con licencia doña Olga Sánchez Cordero emitió, a través del Diario Oficial, los Lineamientos Generales de Comunicación Social del Gobierno Federal y sus requerimientos para la aplicación de la publicidad gubernamental.
En sus 21 páginas y 24 capítulos, estos lineamientos no son más que la copia con algunas modificaciones de los que rigieron la relación del Gobierno de Enrique Peña Nieto y los medios todos de comunicación social.
Si uno hace siempre las cosas igual, iguales serán siempre los resultados. No hay milagros en eso.
Hoy quienes tenemos medios informativos, especialmente portales noticiosos, nos preparamos de nuevo a cumplir con viejos los requisitos para poder participar en las campañas publicitarias del nuevo gobierno.
Un sistema basado en la discrecionalidad y el flujo de grandes cantidades de dinero a algunos medios y periodistas mientras a la mayoría se les deja en la marginalidad.
Un dato: de acuerdo a un estudio de Artículo 19 -dedicado al análisis de medios-, se encontró que el gobierno gastó unos 40,000 millones de pesos de los cuales el 56% se le entregó a Televisa, Estudios Azteca, la agencia publicitaria Starcom World Wide, Estudios Churubusco Azteca, Grupo Radio Fórmula, El Universal, Excélsior, la Organización Editorial Mexicana (propietaria de “los soles”), Núcleo Radio Mil, Grupo Imagen, Grupo Radio Centro, el Sistema Público de Radiodifusión del Estado de México, Radiorama, la representante de medios impresos Medios Masivos Mexicanos, Milenio Diario, la empresa publicitaria Rack Star, Canal 40 y La Jornada. Todos ellos recibieron 22 mil 719 millones 889 mil pesos del gobierno, en cinco años.
El restante 44% fue a dar, luego de uno que otro jugoso moche, a 3 mil 108 medios de todo el país.
La cuestión es que, en el intermedio, desde el triunfo de Andrés Manuel López Obrador se habló mucho de que ahora sí
Andrés Manuel López Obrador dijo y reiteró que se iban a cerrar las oficinas de prensa del Gobierno Federal. Y que sólo se aplicaría un 50% del presupuesto anterior de publicidad.
Pues no, no pasó nada de eso. Hoy las oficinas de prensa siguen abiertas y sólo cambiaron de nombre: oficinas de “enlace”.
Y el presupuesto no sólo no bajo al 50% sino que aumentó de 3,220 a 4,500 millones de pesos.
En el primer encuentro de “enlaces” de comunicación con Jesús Ramírez -jefe de prensa de AMLO-, allá por el 21 de enero en Palacio Nacional, se destacó que el Presidente quiere privilegiar a los medios digitales y a las redes sociales.
La instrucción es lógica en un escenario donde los medios tradicionales, especialmente los impresos, cierran en todo el mundo se desploman sus ratings, y en el cual lo digital y de redes crece exponencialmente en visitas e influencia, sobre todo ya prácticamente entre todas las clases sociales y sin distinción de edades. Cada vez son más los adultos mayores que las usan igual que los millenials.
El tema es que, con los mismos lineamientos del régimen anterior, planeado y ejecutado para la transas y los privilegios, de pago para que me alabes, o de te doy esto pero pásame el 25%, y con un presupuesto que aumentó casi en 1 mil 500 millones de pesos, no se puede esperar resultados distintos a los obtenidos por Peña Nieto.
EL DESAFÍO
De ahí nuestra reflexión inicial, sobre la independencia del Poder Legislativo señalada reiteradamente por Monreal, quien, además, en su libro “Desafíos: El Senado de la Cuarta Transformación”, en su capítulo 7 plantea que al sorprendente y abrumador triunfo de AMLO debía surgir un nuevo modelo de relación Prensa-Estado.
“La Comunicación, como herramienta valiosa para conseguir la gobernabilidad, tendrá que aprovechar la coyuntura para también transformarse hacia el cambio de modelo comunicacional que se ha aplicado en los últimos 3 sexenios y que se puede resumir en que, a mayor gasto de Comunicación Social, menor credibilidad en el gobierno y las instituciones”.
Así Monreal advierte su preocupación sobre el tránsito a un nuevo modelo de relación entre Prensa y Estado pero, dice, para ir a uno que privilegie la información sobre la manipulación mediática y la publicidad.
En su equipo cercano, se llegó a hablar en estos meses anteriores de la necesidad de aprovechar el triunfo de AMLO, para modificar el modelo de dispersión de recursos publicitarios gubernamentales, hacia uno cercano al europeo, donde los medios reciben un subsidio bajo el principio de ser entidades de interés público por ser creadores de opinión pública e impulsores de mejores niveles de civilidad y cultura.
Este subsidio sería aplicado a medios dirigidos por periodistas bajo el esquema de fortalecer un ejercicio profesional sólido ajeno al alago y si basado en los mejores niveles informativos.
En este capítulo Monreal señala:
“Transformar esa relación, erradicar los fenómenos de corrupción, fortalecer a los medios de comunicación y los canales de comunicación institucionales hacia los diversos sectores de la sociedad, son algunos de los retos del nuevo gobierno.
“En estos momentos de transición, la credibilidad y la confianza ciudadana en las instituciones de la república es baja, reprobatoria, y se refleja en las percepciones de la sociedad sobre la actividad política y sus actores. El Congreso, y en especial el Senado, se encuentran en esta situación”.
Creemos que frente a lo que plantea la repetición de viejos métodos de una relación viciada de Comunicación entre la Prensa y el Estado, Monreal tendría que impulsar su propia visión de cambio.
Ir a una nueva estrategia de comunicación a través de nuevas formas de dispersión de recursos que tiendan l fortalecimiento y elevación profesional de los medios.
En lo informativo el cambio se está dando. Ya en la página del Senado el área de Comunicación encabezada por Abelardo Martin a colocado secciones para el fortalecimiento de una cultura legislativa
Al mismo tiempo fluyen los productos informativos que dan cuenta de las diferentes tareas de las comisiones y cápsulas que van dirigidas al gusto de las nuevas audiencias.
Sólo falta hoy un buen y efectivo sistema de flujo publicitario que de soporte a lo que ya se hace en otras áreas.
Ahí Monreal puede demostrar con hechos que el poder que representa es realmente independiente y que no va atrás ciegamente de lo que le marca el gobierno de AMLO.
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