Morena acelera; oposición, sin prisa
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Mientras que el partido gobernante, Morena, trae prisa, acelera, se adelanta casi dos meses a los tiempos legales, el hecho no parece inquietar en la oposición donde, sin prisas, dicen que esperarán los plazos que estableció el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) para el proceso electoral en la capital del país.
Este mismo lunes Morena emitirá su convocatoria para la selección de su candidato a la Jefatura de Gobierno, y los aspirantes tendrán que registrarse entre el 25 y 26 de septiembre. El método de selección, han anticipado, será el mismo que para las corcholatas presidenciales: la encuesta que, para este caso prevén levantar a finales de octubre, para que el 5 de noviembre que inician legalmente los procesos internos de los partidos los morenistas tengan su candidato. Ya la precampaña que hagan será, como es su especialidad, pura simulación.
En el caso de la oposición, hace unos días los presidentes formales de los tres partidos que van a conformar el Frente Amplio por la CDMX acordaron que se van a ajustar a los plazos del IECM, por lo que su convocatoria –que le toca ‘siglar’ y emitir al PAN– estaría lista hacia la segunda quincena de octubre, y el proceso interno entre los aspirantes se llevaría a cabo entre el 5 de noviembre y el 3 de enero, cuando formalmente concluyen las precampañas.
¿Por qué Morena se acelera? Son varias las razones. La principal, que hoy la percepción es que ya perdieron la Ciudad de México y un intento desesperado por recuperarla es anticiparse y tener más tiempo de hacer campaña. Otra causa es la presión de la nomenklatura del partido (los duritos, los radicales, la alta burocracia), que fijó los tiempos para ayudarle a quien es su favorita, la alcaldesa de Iztapalapa –con licencia desde el sábado–, Clara Brugada, para que ver si puede alcanzar en las preferencias al puntero, el ex jefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, impulsado por la virtual candidata presidencial Claudia Sheinbaum, incluso a contracorriente de una buena parte de las bases morenistas, cual si fuera su némesis.
La tercera es porque todo apunta a que el candidato será Harfuch –incluso Ricardo Monreal lo afirmó al declinar su participación por la CDMX–, por lo que la idea de anticipar los tiempos le permitirá a Morena un mayor espacio posterior para la operación cicatriz, sobre todo con los duritos, los radicales, e ir unidos a la contienda Constitucional, porque saben que la van a tener difícil, incluso con Harfuch, a quien los estrategas electorales y políticos incluso de oposición consideran como el mejor candidato que tiene Morena.
En la oposición tienen calma, porque lo que más les conviene es respetar los plazos del IECM para que también se eviten un desaguisado de que Morena los quiera descalificar con argumentos de que hicieron campaña anticipada. Además, en su estrategia les vienen bien esos tiempos, porque de esa forma los aspirantes que son alcaldes –por ejemplo, Santiago Taboada de Benito Juárez o Lía Limón, de Álvaro Obregón– pueden solicitar licencia a su cargo los primeros días de noviembre para que en caso de ganar la candidatura sea hasta enero cuando se tenga que declarar su ausencia definitiva. Para ese momento, el cálculo político es que la inercia de las campañas y el debilitamiento del Congreso no permitiría que desde ahí la mayoría de Morena les impusiera un sustituto inconveniente. Y lo mejor que ven los opositores al no anticiparse: Morena enseñará desde antes su juego: fortalezas, debilidades, fracturas, que podrían ser aprovechadas por ellos. Lo veremos.