Necesaria inversión de 820 mdp para mejorar alerta sísmica del país
Ciudad de México a 30 de Octubre (CÍRCULO DIGITAL).-El director del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires), Juan Manuel Espinosa, señaló que es urgente invertir 820 millones de pesos para mejorar el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex), el cual fue creado tras el terremoto de 1985.
En entrevista con Notimex señaló que actualmente tienen instalados en el país un total de 97 sensores sísmicos, sin embargo, no son suficientes y es necesario ampliar esta red.
«Todavía faltan instalar 60 instrumentos para que quede la cobertura más adecuada. En el sismo del 7 de septiembre, lamentablemente no pudimos advertir con más oportunidad dado que el sistema avanzó hasta el Istmo de Tehuantepec; resta ir hasta Guatemala, por la costa, para tener monitores del fenómeno sísmico y poder alertar con más oportunidad», indicó.
Espinosa detalló que es fundamental instalar sensores sísmicos en los estados de Tabasco y Veracruz, en la zona cercana a Oaxaca, y además, una franja de refuerzo que lleva el sistema en la costa, desde Caleta de Campos hasta Guerrero.
«Se le deben de poner más sensores; (también) debemos de lograr que la gente que vive fuera de la ciudad sea alertada. El Valle de México es la única entidad donde todo el territorio tiene una cobertura de señales de alerta a través de altoparlantes», comentó.
Consideró también importante extender el sistema de radiodifusión para que las personas que viven en municipios alejados, donde no hay acceso a las nuevas tecnologías, puedan ser alertadas de un sismo de gran magnitud y prevenir daños mayores.
«La posibilidad de alertar a la gente debe ser vista con mucho ánimo, porque estamos instalando equipos que no sólo captan avisos de alerta de sismos que emitimos nosotros, sino también podrían darle información a la gente sobre un posible maremoto que podría estar en proceso, podrán hacerse señales contra tsunamis, se pueden advertir problemas meteorológicos: las lluvias, los huracanes», resaltó.
El director del Cires indicó que con los 820 millones que hay que invertir se podrían instalar otros 60 sensores y de igual modo 60 transmisores que son necesarios en este territorio de alta sismicidad.
«El costo de operar este sistema ya ampliado sería -con 150 sensores sísmicos más o menos a nivel país y un sistema de difusión de mayor alcance para que la gente tenga estos conocimientos- debe tener un costo de operación de 180 millones de pesos anuales, son retos importantes, pero no tan costosos como otros», aseveró.
Consideró además que es importante que las autoridades inviertan en este sistema para poder seguir investigando sobre este fenómeno y de esta forma poder hacer propuestas tecnológicas mejores.
Explicó que todas las ciudades de la costa del Pacífico mexicano deben de tener el servicio de alertas sísmicas, pues están más propensos que otros estados, por ejemplo, del norte del país.
Y es que, de acuerdo con el Cires, México se encuentra en la zona sísmica más activa del mundo denominada «Cinturón de Fuego», en el Océano Pacífico, principalmente en la región costera entre Jalisco y Chiapas, así como el denominado «Eje Volcánico Mexicano», ubicado en Veracruz, Puebla y el Estado de México.
Ante este peligro, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex) ha funcionado como un recurso tecnológico útil para ayudar a la población a estar informada, entrenada y capacitada en el qué hacer, para aumentar la oportunidad de sobrevivir a un sismo.
Juan Manuel Espinosa expuso que un sismo inicia en un lugar profundo, normalmente, y las ondas empiezan a propagar en forma esférica, es un efecto radial que va creciendo hasta que llegar a la superficie (epicentro).
«El sensor empieza a ver la vibración y si la vibración es de energía peligrosa, el sistema emite avisos de un sismo que debe ser alertado», agregó.
El Sistema de Alerta Sísmica México (Sasmex) puede brindar en promedio desde 20 segundos hasta 120 (como ocurrió con sismo del pasado 7 de septiembre), aunque pareciera poco durante este tiempo, las personas que se encuentren en edificios o lugares inseguros pueden desalojarlos y salvar sus vidas.