Opinión
LUCERO MARQUEZ
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…
Rubén Darío
El 50.6% son mujeres y el 49.4% hombres… No basta traerlos al mundo…
En mi México lindo y querido, conforme al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), habitan cerca de 37,504,392 millones de jóvenes, entre los 12 y 29 años; representando el 31.4% de la población total.
No basta con llevarlos a la escuela a que aprendan…
La Encuesta Nacional de Valores en Juventud 2012 México, IMJUVE-IIJ, UNAM, 2012. Área de Investigación Aplicada y Opinión. Encuesta nacional en vivienda de 5000 casos, indicó que 43% de los jóvenes estudió la secundaria y 28.2 la preparatoria, sólo el 10.5% cursó el nivel superior y las carreras técnicas fue el camino seguido por el 7%.
Porque la vida cada vez es más dura…
Con este contexto, 15 de julio se conmemoró Día Mundial de las Habilidades de la Juventud y ¿con qué se come eso? ¿Los sistemas educativos están claros de las habilidades y conocimientos que requieren los jóvenes para promover en ellos oportunidades de aprendizaje durante toda su vida? ¿Estos sistemas garantizan una educación inclusiva, equitativa y de calidad? ¿Cuáles son las habilidades que la juventud necesita desarrollar para integrarse en las economías del futuro y ser el motor mismo del desarrollo sostenible? ¿Habilidades? ¿Conocimientos? ¿Competencias?
Considero que las habilidades no van solas, las competencias no van solas, la innovación, las nuevas y emergentes tecnologías, como la inteligencia artificial, no van solas; van en conjunto y deben servir a los jóvenes para la confrontación exitosa con sus distintas realidades y circunstancias.
Los programas escolares deben orientarse al diseño de currículos integrales; no basta con competencias básicas de alfabetización y cálculo, intermedias o superiores, también se necesitan habilidades para el desarrollo personal y social; la protección de los derechos humanos, el desarrollo de la autonomía personal y la inclusión social y el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres. Además, se requiere de la visualización de que cada joven, cada ser humano, es diferente, distinto, y esa diferencia debe respetarse en la enseñanza, en su evaluación, en su aprendizaje.
Los jóvenes no van solos, no deben ir solos. Son nuestros jóvenes, son nuestros muchachos y muchachas.
Tú le dijiste niño, «será mañana, es muy tarde, estoy cansado»
¿Nos acercamos a ellos? ¿Los escuchamos? ¿Los miramos? ¿Sabemos de sus sentires, de sus pensares, de sus sueños?