Para esquivar demandas, sigue el NAIM en Texcoco
De acuerdo con la minuta de la instalación del nuevo consejo de administración del GACM, en la que participa Javier Jiménez Espriú como presidente, sólo se va a hacer una recompra de mil 800 millones de dólares de un gran total de seis mil millones que se emitieron, como parte de un paquete de medidas precautorias.
La recompra deberá ser aceptada por la mayoría de los fondos involucrados y se haría válida en un plazo de hasta 20 días hábiles. La meta es “poder anunciar el cierre de la operación del NAIM en la segunda quincena de diciembre”.
Además se tienen varios acuerdos hacia el interior del nuevo gobierno, uno de ellos es hacer una evaluación del plan estratégico del NAIM, en el que se evaluarían los costos y contratos hasta ahora firmados, así como una revisión de los avances de los mismos.
Los expertos explican que el gobierno no firmará la cancelación de los contratos y el fin de las obras en Texcoco sin un acuerdo firmado con los fondos. Si en este momento se paran se activan las demandas de los bonistas internacionales.
Lo que van a hacer es una recompra de los bonos como una medida temporal y no implica dar marcha atrás al proyecto de ampliación de Santa Lucía. Y, mientras se hace la evaluación, continuar “con las obras en el proyecto durante el proceso”.
Este lunes, a las 7:00 horas de Nueva York, se emitirá una oferta de compra por hasta mil 800 millones de dólares de los bonos, “en subasta desde $0.90 USD y hasta par de los bonos”, precisa la minuta.
En los hechos se estarían pagando unos 20 centavos extras por dólar, y de esa forma se evitan las demandas de parte de los tenedores de bonos, los fondos van a ganar con esta operación más que los bonos del tesoro y en menos tiempo.
Esta operación, a largo plazo, tiene consecuencias porque encarece las operaciones de financiamiento para otras obras como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, la ampliación de puertos y aminora la presión que ya tiene la deuda de Pemex, así como en la adquisición de capital de trabajo de la CFE.
Otra de las urgencias que se busca resolver es la presión de las calificadoras por lo que es prioritario que “cuando se presente el paquete presupuestal 2019 se tenga resuelto el tema del aeropuerto, con certidumbre y claridad para los mercados y los inversionistas”.