Análisis a Fondo
Francisco Gómez Maza
· Sigue la mata dando en Veracruz
· Del Negro Fidel a Cuitláhuac
Qué va a seguir ocurriendo en el estado de Veracruz. Mucha gente ha estado siendo masacrada.
La delincuencia se enseñorea particularmente desde el gobierno de Fidel Herrera Beltrán, a quien acusaron mediáticamente de mantener ligas con capos de la delincuencia organizada y el narcotráfico, pero que al final nadie le pudo comprobar. Y siguió la violencia, con el encarcelado, acusado de saquear las arcas del estado, con su esposa en un exilio voluntario en Londres, y luego con Miguel Ángel Yunes Linares, quien en la época de Fox fungió como director del Sistema Nacional de Seguridad, pero que en los dos años que fungió como gobernador no pudo con la delincuencia y hasta parecía que la solapaba.
Hace una semana, el estado de Guanajuato se llevaba el palmarés de ser la entidad federada más violenta de México. Pero Veracruz no ha dejado de serlo desde que se iniciaron ahí los secuestros, las desapariciones forzadas, y los asesinatos de periodistas. Una de las grandes asignaturas pendientes en materia de seguridad en el país tiene un solo nombre: Veracruz, dice bien el semanario Político. Y el gobernador Cuitláhuac García, más allá de sus buenas intenciones, requiere confrontar el escenario de violencia, criminalidad y desaparecidos que sólo aparecen calcinados en los entierros clandestinos. Desde el gobierno de Duarte, Veracruz se convirtió prácticamente en un cementerio en donde los asesinos esconden a sus víctimas. Veracruz es el estado que tiene más fosas clandestinas. Hasta ahora han sido descubiertas 76 mientras que en Sonora (increíble) han sido encontradas 35, curiosamente también, en Sinaloa, nido de criminales, sólo han descubierto 23 y en Guerrero, 20. Hay que revisar los números de la inseguridad para entender lo que hoy se vive.
La violencia amaga cotidianamente la vida del ciudadano promedio del estado. Al término del mandato de Herrera, quedaron registradas 583 denuncias por asesinatos. Con Javier Duarte, en 2016. hubieron mil 258 casos; en el primero de los dos años del panista Miguel Ángel Yunes Linares , hubo mil 822 y en el 2018, mil 492. Sólo en tres meses, de enero a marzo, de la era de Cuitláhuac, se registraron 420 víctimas de homicidio. Son estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En secuestros, Veracruz no canta mal las rancheras. En 2010 hubo 17. En 2018, el segundo año de Yunes Linares, 175. Y en los primeros tres meses de 2019, 111. Ya con el gobierno de Cuitláhuac.
Una herida profunda para los veracruzano tiene que ver con las desapariciones; aun cuando la autoridad estatal ha señalado que la cifra supera las 3 mil 500 víctimas, activistas y organizaciones de la sociedad civil han denunciado que el número real podría estar por encima de los 5 mil casos.
Y no es que se trate de culpar a los gobernadores. Los secuestradores y asesinos no van a pedirle permiso a un gobernador para secuestrar o matar. Tampoco es creíble que el gobernador mande a secuestrar y a matar.
Pero la violencia sigue en contra de los veracruzanos. El alcalde de Astacinga, Antonio Ramírez Itehua, fue víctima de un atentado en las Altas Montañas. Afortunadamente sobrevivió. Susana Carrera, empresaria, fue encontrada muerta, decapitada y en una bolsa, precisamente el 14 de febrero, día del amor y la amistad. El viernes santo – 19 de abril- un comando baleó a los comensales de un restaurant en Minatitlán matando a 13 de los participantes en la fiesta y un bebé de 12 meses. Este fin de semana hubo 18 asesinados en diversas partes del estado. Solo el sábado, fueron ejecutadas 13: el cabalístico 13.
Mientras tanto, el fiscal Jorge Winckler, enfrenta la amenaza de juicio político por presuntos actos de corrupción y colusión con la delincuencia organizada aunque el proceso se encuentra suspendido desde febrero de este año. [email protected]