Pequeña y mediana empresa en el sector aéreo, a la expectativa
CUIDAD DE MÉXICO, 16 de mayo, (LA RED SOCIAL / CÍRCULO DIGITAL).- Según datos de la Dirección General de Industrias Pesadas y de Alta Tecnología de la Secretaría de Economía, más del 64% de los empleos que genera la industria aeronáutica en el país se concentran en los estados de Baja California, Chihuahua y Querétaro.
Por número de trabajadores, el 70% de los empleos generados en el país está concentrado en empresas pequeñas y medianas, mientras que el 23% es ocupado en empresas grandes y sólo el 7% se encuentra en micro empresas.
La industria de la aviación en México empieza a convertirse en el principal motor de la economía del país y la fabricación especializada de enseres y partes de avión está resurgiendo como un nicho de negocios luego de que el gobierno federal liquidó en los años 90 sus flotas de empresas paraestatales e instituciones como Pemex, CFE y PGR.
Víctor Alvarado Bravo, proveedor de suministros para el sector aéreo, especializado en pintura para aviones militares de la Fuerza Aérea Mexicana, analiza lo ocurrido en los últimos 20 años desde que se importaban partes de avión para pequeñas y grandes aeronaves, hasta que se cerró el mercado en las aduanas en 1994.
Creador del grupo especializado de Aviación dentro de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, recuerda que las empresas que habían crecido como proveedores y prestadores de servicio de las grandes empresas paraestatales, vieron caer sus ingresos cuando el gobierno federal decidió rentar aviones en lugar de mantenerlos.
“Quizá por malas administraciones, pero el hecho es que en 1994 empezaron a retirar las flotas de Pemex, CFE, Sagarpa, INEGI, Teléfonos de México, Banrural, PGR. Todos ellos tenían flotas y a todos les surtíamos tanto helicópteros, como aviones. La PGR llegó a ser la flota más grande de Latinoamérica de helicópteros”.
Todas esas flotas desaparecieron y el gobierno optó por subarrendar; “yo no sé, me declaro incompetente para saber el análisis del costo-beneficio de tener una flota o arrendarla”, pero nacieron empresas como Pegaso y Eolo, entre otras, que ahora le dan servicio a las plataformas marítimas de Petróleos Mexicanos.
Para muchas empresas pequeñas y medianas se acabó el negocio y sólo sobrevivieron aquellas que encontraron distintos nichos de oportunidad. Este fue el caso de EmBravo, que se orientó al trámite aduanal y a proveer suministros para reparaciones al sector militar.
Especializado en el tratamiento y pintura de aviones, su empresa factura 4 millones de pesos anuales, con un alto riesgo en la importación de partes y productos, en las licitaciones de contratos y en el tiempo de recuperación de la inversión.
Actualmente la pintura de los aviones de ala fija de la Secretaría de Marina, es suministrada EmBravo, “nosotros le diseñamos un tono de bajo perfil y unificamos el color de todas sus aeronaves”, llegando a un alto grado de especialización. “El uso de un equipo militar no es el mismo que el de un Jet”, advierte.
“Los helicópteros de la Marina bajan en terrenos agrestes, salinos, en desiertos, o en lugares de temperaturas bajo cero. Suben a más de 25 mil pies y cuando bajan quiebran la pintura, por los cambios de temperatura. Esto ocasiona desprendimientos, se vota la pintura, deja desnuda la lámina, causa corrosión, desgaste de tornillos y empieza a reblandecer la estructura”.
La pintura en las aeronaves es importante, explica, pero en México todavía no se le da su verdadero valor. La aplicación de una o varias capas de pintura tiene una relación directa con el peso del avión y con la aerodinámica, y por tanto, en el consumo de combustible. Éste, a su vez, influye en la emisión de CO2 a la atmósfera.
Actualmente, algunas aeronaves en México todavía son tratadas con pintura de carro debido a que los pintores no quieren cambiar de material por los tiempos de secado y de entrega del aparato. “He llegado a pintar un avión Pilatos y le he quitado hasta 5 capas de pintura. Eso no lo ha querido entender la autoridad”.
Las capas de pintura, además de aumentar el peso e incrementar el consumo de combustible, bajan el grado de autonomía de un avión, advierte Víctor Alvarado Bravo, uno de los pocos especialistas en México en la materia, autor del diseño original del tono de azul de los aviones de la Policía Federal.
Actualmente se analiza la posibilidad de generar una carrera técnica en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) o en la Universidad Nacional Aeronáutica de Querétaro (UNAQ) para generar licencias de pintor en aeronáutica, ya que esta carrera no existe y ninguna empresa los tiene.
Rosa Náutica (Agencia especializada en aviación)