Persisten retos en calidad, costos y acceso de energía eléctrica en México: CESOP
Se advierte que 0.95 por ciento de los hogares en el país, no cuenta aún con electricidad
Capacidad de transmisión y distribución, así como mantenimiento, variables que influyen en eficiencia del sector
Ciudad de México a 17 de Mayo (AMPRYT/ CÍRCULO DIGITAL).- El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), de la Cámara de Diputados, señala que México cuenta con índices significativamente elevados de acceso a la energía eléctrica en zonas urbanas, fabriles y viviendas; sin embargo, persisten retos de suma importancia en cuanto a la calidad del servicio, el monto de las tarifas y el acceso al fluido en áreas depauperadas y de difícil acceso.
Dichos desafíos se inscriben en un marco en el que la presencia de la iniciativa privada en el sector de la energía parece no haberse consolidado del todo y que frente a las características propias del actual proceso electoral, se visualiza un escenario significativamente distinto al prevaleciente en los años anteriores.
En el estudio del CESOP “El acceso universal a la energía eléctrica. Datos y referencias para un análisis legislativo”, se precisa que la baja competitividad del sector eléctrico en México no sólo se explica por una reducida interconexión geográfica, el desgaste de instalaciones y la inversión mal focalizada, sino también por las altas tarifas, pérdidas en la transmisión y distribución, y por la concentración de la generación a partir de los hidrocarburos.
Se especifica en el texto que la competitividad en el sector eléctrico, está fundamentada en sus capacidades de generación, pero sobre todo, en su eficiencia en la transmisión, transformación y distribución, de manera que los costos varían de acuerdo al origen, es decir, éstos cambian según la fuente termoeléctrica, hidroeléctrica, carboeléctrica y otras, influyendo también la distancia, las condiciones de las subestaciones eléctricas y de las líneas de transmisión.
De ahí, que “la capacidad instalada de transmisión y distribución, así como el mantenimiento, son las variables que más influyen en la eficiencia del sector”.
El CESOP resalta en el documento que la capacidad instalada en infraestructura eléctrica en México no ha sido capaz de satisfacer la demanda de acceso, ni de disminuir el precio como bien final, sino por el contrario, lo ha aumentado. A pesar de los esfuerzos, se advierte que al menos 0.95 por ciento de los hogares en el país no cuenta aún con electricidad en su vivienda.
La prestación de este servicio al público consumidor –ya sean del ramo industrial, rural, de servicios o del sector doméstico-, se ha caracterizado por ser una de las actividades que más recibe quejas e inconformidades de la población.
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), los usuarios han canalizado a esa dependencia las quejas suficientes para convertir a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en una de las empresas con mayores cantidades de denuncias.
En 2007, siete mil 844 ciudadanos se inconformaron con los servicios y las tarifas del sector electricidad. En el 2009, esa cantidad fue de seis mil 573 y en 2013 la cifra fue de 16 mil 32. Para 2015, de la totalidad de las 141 mil 419 quejas recibidas ante Profeco en ese año, el 20.5 por ciento correspondió a la CFE.
Según el Consejo Nacional de Población, la disponibilidad de energía eléctrica fue el indicador con mayores coberturas. Pese a ello, cerca de un habitante por cada cien, no disponía del servicio. La carencia ha variado poco en el periodo 2010-2015 (cerca de 0.8%), y puede aseverarse que en Sinaloa, Tlaxcala, Baja California, Morelos, Tabasco, Colima, México, Jalisco, Aguascalientes, Coahuila, Nuevo León y la Ciudad de México, la cobertura es casi total, debido a que menos de 0.50 por ciento de su población habitaba en viviendas sin energía eléctrica.
Sin embargo, en Oaxaca (2.87%), Durango (2.63%), Nayarit (2.54%) y Chiapas (2.49%) la situación es diferente. Los valores extremos que evalúan este indicador fueron ocupados por la Ciudad de México y Oaxaca; no obstante, la brecha entre ambas entidades se redujo de 4.85 puntos en 2010 a 2.83 en 2015.