INDICADOR POLÍTICO
Carlos Ramírez
Todas las expectativas de la 4T están dependiendo de los efectos positivos del Tratado de Comercio Libre en su segunda fase. Sin embargo, desde ahora se puede prever que no habrá resultados positivos y el PIB en los próximos años quedará abajo del 2% promedio anual.
Y no se trata de alguna maldicióngitana, sino de los razonamientos económicos. El TCL 2.0 dependerá de que México diseñe un nuevo modelo de desarrollo y una nueva política económica. En este sentido, la clave de los beneficios del Tratado en México está atada a una de las variables desdeñadas por los gobiernos de Salinas de Gortari al actual: la competitividad de la producción; y para lograrla se necesita de la reconstrucción total de todos los sectores involucrados en la producción, no sólo en las fábricas, sino en la educación, la tecnología, la facilidad para crear negocios, entre muchas condicionantes.
El saldo del TCL 1993-2020 se puede medir en tres datos: multiplicación del comercio exterior por 10, tasa promedio anual de PIB de 2.2% y abandono del Estado de sus tareas de regir el desarrollo. Las razones del fracaso del TCL salinista –íbamos a ser potencia mundial– tuvo dos contradicciones originales: el retiro del Estado de su función constitucional de ser el rector del desarrollo y la ausencia de una política industrial de Estado. Por ello el TCL depende del sector primario.
Hay dos conjuntos de cifras recopiladas por el profesor Arnulfo R. Gómez que exhiben fracaso del TCL, con el dato adicional que el nuevo TCL 2.0 las dejó vigentes.
Primero:
–El PIB de México en el mundo bajó del lugar 9 en 2001 al 15 en 2019.
–Participación mundial de las exportaciones mexicana: del 2.58% al 2.35%.
–Cierre de casi 2,500 empresas exportadores en ese mismo lapso.
–Baja de la participación de productos mexicanos en la exportación total de 58% en 1993 a 37% en 2018. Este dato revela que México regresó a país maquilador.
Y segundo:
–De las 140 variables de competitividad, México tiene ventaja en apenas 18 y desventajas en 122.
–México se localiza en el lugar 48 del índice de competitividad.
–Lugar 98 en calidad de las instituciones, con un dato comparativo: Vietnam esta en el sitio 89.
–Lugar 119 en trámites y regulaciones.
–Lugar 116 en corrupción.
–Lugar 96 en eficiencia del mercado laboral.
–Lugar 89 en capacitación.
–Lugar 114 en visión de largo plazo.
–Lugar 41 en complejidad para los negocios.
–Y, entre otros, lugar 64 en sistema financiero.
A lo largo de los veintisiete años del TCL 1.0 México descuidó la construcción de una economía funcional al Tratado; hoy que llega el TCL 2.0 el país encuentra la misma limitación: no hay un proyecto de Estado en materia industrial, no existe una propuesta de modernización productiva, el sistema educativo y tecnológico ha sido sacrificado por la economía de los subsidios sociales.
Otro dato revelador: México entra al TCL 2.0 con el mismo modelo sindical de manipulación, lideres corruptos, dirigencias sin funcionalidad, con jefes sindicales que quieren cargos en el Congreso. Y los empresarios que debieran ser los emprendedores del cambio están exigiendo que el Estado que por favor los conduzca, los guie, los subsidie, los consienta. Y si los dosmotores del modo de producción carecen de enfoque autónomo de modernización y desean seguir siendo pilares del régimen del Estado, entonces el TCL 2.0 no detonará el desarrollo, sólo beneficiará a las empresas que hoy han sacado ventajas en la exportación y, lo que es más importante, el TCL 2.0 no contribuirá a subir el PIB arriba del techo de 2% promedio anual.
Si el gobierno de la 4T quiere potenciar el TCL 2.0 para dar mejores resultados económicos que los gobiernos priistas-panistas de 1993-2018, entonces deberá emprender la gran reforma del modelo de desarrollo, de la política económica y del Estado de bienestar. El pacto Estado-trabajadores-
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Política para dummies: La política es la expresión del modelo de desarrollo.
@carlosramirezh