Politécnicos producen pasta a base de insectos rica en proteína
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de julio, (AMPRYT / CÍRCULO DIGITAL).- Estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) elaboraron una pasta de bajo costo enriquecida con proteínas derivadas de un insecto y fibra de bagazo de naranja, que puede contribuir al combate de la desnutrición en comunidades de extrema pobreza.
Mariela Aguilar Lara, Cinthia Eliana Cerezo Villaldama, Kenya Lizbeth Contreras Ramírez, Sharon Martínez De Luis, Diana Karen Alvarado Rodríguez, Berenice Valenzuela Santillán y Fernando Cortés Cervantes, son los creadores del producto.
Los jóvenes de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) perfeccionaron la fórmula tradicional de la harina de trigo, con proteínas de alta digestibilidad provenientes de las larvas de un pequeño insecto coleóptero llamado tenebrio molitor.
Aguilar Lara consideró que, por su bajo costo, la sopa es un alimento de alto consumo en las familias mexicanas, por ello planean constituir una microempresa para ofrecer sus beneficios a la población.
La pasta cumple con el propósito de ofrecer a la población alternativas de alimentación, lo que resulta importante si se toma en cuenta que en zonas marginadas del país muy pocas veces se consumen proteínas, detalló en un comunicado.
El producto politécnico representa una opción para complementar la dieta diaria, debido a que la calidad de dichos nutrientes es comparable con las carnes de cerdo y res.
La elaboración de la pasta requirió de múltiples pruebas, fue necesario estandarizar la formulación con las cantidades apropiadas de cada ingrediente y al mismo tiempo conseguir que el producto tuviera la elasticidad y textura adecuadas.
Los estudiantes de Ingeniería Bioquímica detallaron que las pastas convencionales generalmente aportan carbohidratos, por lo que se cuidó que su propuesta fuera más balanceada, con un aporte significativo de proteína, el doble de fibra y minerales como fósforo y calcio.
Destacaron que cultivar las larvas es relativamente sencillo; “se obtiene la primera generación de tenebrios y de ahí en adelante se cultivan los insectos, los cuales se alimentan con algunos cereales, lechuga y frutas para hidratarse. Únicamente se cuida que se reproduzcan en condiciones adecuadas y se requieren espacios pequeños”.
El producto se desarrolló de acuerdo con las normas oficiales de calidad, y debido a que su materia prima es poco común se realizaron pruebas microbiológicas que garantizan la inocuidad del producto, el cual no contiene conservadores y tiene una vida de anaquel de casi un mes.
Al realizar las pruebas sensoriales, los jóvenes politécnicos se percataron de la buena aceptación que tuvo la pasta, la cual no tiene sabor específico, pues la sazón de cada persona le otorga esa propiedad.