Posadas navideñas, tradición que vale la pena revivir
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de diciembre, (ESFERA EMPRESARIAL/ CÍRCULO DIGITAL).-Con la llegada de la temporada decembrina se reavivan tradiciones muy arraigadas en nuestro país, una de ellas son las llamadas “posadas navideñas” con las que se representa el recorrido que María y José de Nazareth hicieron hasta Belén para el nacimiento de Jesús, según los relatos históricos.
Las posadas son celebraciones populares de origen católico que se llevan a cabo durante los nueve días previos a la Navidad, lo que se ha convertido en una tradición muy mexicana y de otras partes de Latinoamérica durante más de 430 años.
El Origen
En nuestro país podemos remontarnos hasta el año 200 D.C., los aztecas celebraban el nacimiento de Huitzilopochtil (Dios de la Guerra) durante la época invernal, se le llamaba Panquetzaliztli y duraba del 17 al 24 diciembre.
Posteriormente, en 1520 durante la Conquista Española, los dioses prehispánicos y sus ritos fueron sustituidos o fusionados con el catolicismo.
Fue hasta el año de 1587 cuando se da origen a las tradicionales posadas, cuando, Fray Diego de Soria celebraba misas de “aguinaldo” en los atrios de las iglesias durante el período del 16 al 24 de diciembre, y en donde se presentaban escenas del nacimiento de Jesús.
Al coincidir esta fecha con la Navidad de los europeos, la celebración fue cambiando la imagen de Huitzilopochtli hasta sustituirla por la de María y José, hasta que durante el siglo XVIII, los festejos comenzaron a combinarse con otras tradiciones y cantos populares.
¿Cuánto duran?
Según la tradición, las posadas se celebran del 16 al 24 de diciembre, en símbolo al recorrido que hizo María y José de Nazareth rumbo a Belén para el nacimiento de Jesús.
De acuerdo con los relatos religiosos, nueve días fueron los que les tomó a María y José arribar a su destino. Al llegar a Belén, ambos fueron rechazados en el mesón y en no pocos hogares, así que tuvieron que refugiarse en un establo que les habían ofrecido.
Debido a dicho pasaje bíblico es que en varios países se conmemoran las posadas durante los nueve días anteriores a la Nochebuena.
¿Cómo se celebra?
La fiesta se desarrolló primeramente en los atrios de los conjuntos religiosos y después se extendió hacia la vía pública. La tradición indica que se cargan figuras de María y José con velas y se cantan letanías; después, frente a una casa se cantan versos donde se “pide la posada” y una vez que las puertas del domicilio se abren para dar paso a los feligreses, se reza un rosario.
Después del siglo XIX, las celebraciones han tomado diversos cambios, ya que existen reseñas que describen varios tipos de posadas realizadas por grupos de alta sociedad, quienes realizaban los festejos con mucha suntuosidad; mientras que en la clase media se solía festejar durante nueve veladas.
Y hasta el día de hoy la forma de festejar causa algunas divisiones. El padre, Óscar González, asegura que en la actualidad sólo la comunidad parroquial celebra las tradicionales posadas con el auténtico sentido espiritual.
Agregó que esta tradición tiene un gran significado espiritual, ya que es el tiempo de preparar el corazón para recibir al ‘Niño Dios’ en nuestras vidas, en todos los aspectos y ámbitos, razón por la cual se encienden velas en las posadas.
Los símbolos de las fiestas
Las tradicionales posadas mexicanas constan de una serie de elementos que no pueden faltar, como piñatas, ponche, el bolo, las letanías, villancicos, las luces de bengala, las flores de nochebuena, el nacimiento y hasta el pino navideño, cada uno con un significado especial para las fechas.
Por ejemplo, las piñatas eran utilizadas para celebrar el inicio de la primavera y el año nuevo chino, según los escritos por Marco Polo, fueron adoptadas por México hasta el siglo XVI gracias a los misioneros agustinos durante las “misas de aguinaldo”, hoy conocidas como posadas.
La piñata está hecha de diversos materiales, sin embargo, el folklore enmarca que se trata de una olla de barro adornada con papel de colores y que se llena de dulces o premios para después colgarse de una cuerda, mientras los participantes, le pegan para romperla con los ojos vendados.
El acto de romper la piñata hace alusión a la lucha del hombre en contra del mal, el objeto cuenta con siete picos, los cuales simbolizan los 7 pecados capitales, (soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza).
Los colores brillantes simbolizan la tentación; las frutas y dulces del interior significan la gracia de Dios; mientras que el palo con el que se golpea a la piñata representa la fe con la que el hombre lucha contra las pasiones.
Por su parte, el vendaje de los ojos se interpreta como la fe en Dios, en tanto que el romper la piñata ilustra la destrucción del mal, según los relatos tradicionales.
El ponche, es otro de los símbolos que está presente en las celebraciones y consta de una bebida a base de frutas de la temporada (tejocotes, caña, manzana, tamarindo, guayabas, jicamas, cacahuates, etc); el aguinaldo o bolo, se refiere a bolsitas con dulces que simbolizan el dar comunión.
Algo que tampoco puede faltar en las casas durante las celebraciones es el árbol de navidad, tradición que se remonta desde el siglo IX y que era adornado con antorchas durante el invierno, posteriormente, los evangelizadores lo decoraban con manzanas que representaban las tentaciones y con velas que significaban la gracia de Dios.
Entre los siglos XVII-XVIII la costumbre se difundió por toda Europa y llegó a América y para el siglo XX se cambiaron las manzanas por esferas y las velas por focos representando la abundancia y dones de Dios.
Por su parte, la flor de nochebuena, originaria de México y conocida por los Aztecas como Cuetlaxochitl o flor de los pétalos resistentes y que era utilizada para honrar a los guerreros que morían en batalla o para teñir telas, es otra de las cosas que comúnmente encontramos durante la temporada.
La flor recibe el nombre de Nochebuena, debido a que cuando los españoles la llevan a Europa durante la Conquista la bautizan con este concepto porque florece en diciembre.
El tradicional nacimiento aparece por primera vez durante el siglo XIII, cuando San Francisco de Asís instaló un pesebre con paja, una imagen del niño Jesús, un buey y una mula reales junto a ella, con el paso de los años se le agregaron personajes en Italia y España hasta que en el siglo XIX se popularizó en Hispanoamérica.
Finalmente los villancicos aparecieron durante los siglos XV y XVI como poemas de temática amorosa, hasta que en el XVII se musicalizaron canciones religiosas para las festividades litúrgicas.
Actualmente no todas las familias mexicanas conservan las costumbres del pasado, ya que las posadas se han convertido en bailes, sin que se recuerde la verdadera razón del festejo, así que vale la pena revivir la tradición de esas festividades clásicas como aún se hace en algunas regiones del país.