Análisis a Fondo
Francisco Gómez Maza
- En verdad no son odios sino un miedo aterrador
- En el odómetro, son primeros EPN, Mede et altera
Espléndido ejercicio de análisis y comunicación encabezó, a alrededor del mediodía de este lunes, el colega y amigo, Édgar Félix, al subir un “post” al Facebook, generador de un gran interés en un grupo de internautas, que no se graban memes teniendo como fondo la cama: “Presunta seria: por qué AMLO genera tantos odios”.
Édgar Félix escribió:
“Del 1 al 10, en el Odiómetro imaginario, cuánto odio te genera, en este orden: 1.- Enrique Peña Nieto. 2.- José Antonio Mede Kuri breña. 3.- Andrés Manuel López Obrador. 4.- Margarita Zavala. 5.- Jaime, El Bronco, Rodríguez Calderón. 6.- Ricardo Anaya Cortés.
“A mí, respondió el periodista. Peña Nieto me genera 10 en odio; el PRI se lleva otro 10; Anaya, otro 10; Meade, otro 10. Margarita, 10… Ya me preocupé: A AMLO lo tengo en 5. Al Bronco, en 6, y así. Al grupo “Atraco mucho”, en 10. A los banqueros, caray, en 8.”
Y como lo conozco, le creo. Félix es un gran periodista, absolutamente profesional. Ni él ni yo abrigamos ni filias ni fobias. Haríamos mal. Somos periodistas y, como tales, nos guardamos nuestras emociones y sentimientos, para recabar y ofrecer información verdadera, sin tomar partido. Somos profesionales de las ciencias de la información. No somos activistas El periodista tiene que ser incómodo al poder. El otro, el que halaga, es todo menos periodista; es propagandista. No se da cuenta de que la adulación se revierte, como un bumerang, en vituperio.
Todo político genera odios y amores. Genera miedo. El odio no es la contraparte del amor. El odio es el escalón más bajo de la escalera del amor. Lo contrario del amor es el miedo. Y el tabasqueño genera miedo en las clases dominantes y en una clase media ignorante que teme perder lo poco que tiene. También genera miedo en los ex izquierdistas radicales, que soñaron en ser héroes de las guerrillas. Nombres hay muchos. Manipulan la información de manera burda.
Y aunque no soy sicólogo social (me corrige Félix: pero eres periodista), creo – puedo equivocarme – que el candidato de Morena genera odios por envidia, por ignorancia y, sobre todo, por miedo, por miedo al mismo personaje por ser el personaje mismo, porque es un reclamo a las buenas conciencias del PRI y del PAN y de los barones de las clases dominantes, a los oligarcas que no ven más allá del banco de su preferencia o de sus pingües depósitos en los paraísos fiscales del istmo centroamericano o del Triángulo de las Bermudas, y le tienen miedo porque amenaza sus poderosos intereses económicos y los intereses mezquinos de una clase media ignorante, mediocre. Pero esos miedos (odios, digamos) son superados por millones de amores, entre estos de muchos magnates de las clases dominantes.
He escuchado a quienes odian (le tienen miedo) a López, como apoda con desdén el prieto de Quique, el patiño del otro Quique, con sofismas tales como que, si él gana la presidencia, México se convertirá en otra Venezuela, como si México, bajo la égida del PRI, estuviera mejor que la república bolivariana, en dónde tiene metidas las manos la CIA y las demás agencias terroristas del gobierno estadounidense. Bajo el mangoneo de los neoliberales venidos del pueblo mexiquense de Atracomulco, que se han enriquecido a costa del Erario. Y que no quieren dejar de chupar la teta del Estado porque no saben hacer otra cosa en la vida más que ser servidumbre de Pluto, no el perrito, sino el dios del dinero.
Pero si vamos a hablar del Odiómetro, los más odiados son EPN, el PRI, Meade, Anaya y Margarita…