Presidencias legislativas, cuestión de estilos en el Senado y San Lázaro
TRAS LA PUERTA DEL PODER
Roberto Vizcaíno
Con la elección de la priísta Dulce María Sauri y del morenista chiapaneco Eduardo Ramírez como presidentes de la Cámara de Diputados y la de Senadores, respectivamente, concluye esta mañana una de las exhibiciones más deleznables de la condición humana dentro de los grupos parlamentarios del Congreso, y a la vez de mayor habilidad e ingenio en el quehacer político.
Cuestión de estilos, diría don Daniel Cosio Villegas creador nada más y nada menos que del Fondo de Cultura Económica, del Colegio de México, de la Escuela Nacional de Economía y de El Colegio Nacional y uno de los estudiosos más importantes y certeros del quehacer político en México.
Y es que, mientras en el Senado, lo que presagiaba una nueva tormenta de egos y ambiciones encabezadas por Martí Batres y sus 12 aliados internos fue aprovechada por Ricardo Monreal, como en el jiu-jitsu, para confirmarse como el más efectivo negociador y concertador de acuerdos politicos del momento de la transformación nacional.
Y, para confirmar que, como lo decía don Jesús Reyes Heroles, todo lo que se opone-apoya, el zacatecano dejó correr las pretenciones, codicias y ambiciones del grupo de Batres para, al final, concertar un acuerdo interno que terminó por alinear una plantilla única con un reparto de posiciones en la mesa directiva que fue aplaudido por todos, incluso por los inconformes quienes al final desistieron en su intención de armar un tango.
Así, de los 60 senadores de Morena, 51 votaron por Eduardo Ramírez y el resto del listado sin que hubiera un reclamo.
El resto de la plantilla, va cómo sigue: para la vicepresidencia, la senadora Imelda Castro Castro, de Sinaloa ;y para las secretarias sólo se inscribieron las senadoras Margarita Valdez Martínez, de Durango y María Merced González, de Hidalgo.
De igual manera se logró el acuerdo con el resto de los demás partidos que propondrán a su representante en la mesa directiva, pues se busca renovarla de manera armoniosa.
En donde todo se desbordó y las relaciones entre personajes y grupos quedaron al final fracturados y abiertamente confrontados, fue en San Lázaro. Ahí hoy todo hierve.
Todo porque las ambiciones y la egolatría del impresentable petista Gerardo Fernández Noroña llegaron al extremo de la compra abierta, descarada, inmoral de diputados para inflar artificialmente la bancada del PT, a fin de colocarla como la tercera fuerza en la Cámara de Diputados.
Y es que la norma indica que la presidencia en San Lázaro deberá ocuparla un diputado de la tercera fuerza política en esa legislatura. Y la tercera fuerza era la del PRI con 46 diputados. El PT de Fernández Noroña debería entonces tener al menos 47 diputados.
El viernes, luego de una “negociación” urgente y al filo del límite entre Reginaldo Sandoval Flores, coordinador parlamentario del PT con Hugo Erik Flores, líder nacional del PT Fernández Noroña salió a decir que su fracción tenía ya 47 diputados y por lo tanto era la tercera fuerza y con ello debería ser un petista el siguiente presidente de la Cámara de Diputados.
La auforia de la Fernández Noroña duró meno que una pompa de jabón.
Alfonso Ramírez Cuellar, líder de Morena cuestionó la intención y el método de los petistas para crear una tercera fuerza irreal en San Lázaro. Y en especial repudió que la ambición de acceder a la presidencia de San Lázaro hubiera llevado a la dirigencia del PT a sumar a sus filas al exdelegado de Coyoacán y hoy diputado fedeal Mauricio “El Tomate” Toledo, quien durante la campaña de 2018 envió a porros a agredir a la enconces candidata a la Jefatura de Gobierno Claudia Sheinbaum.
A la condena se sumaron el senador Martí Batres y el coordindor de los diputados de Morena, Mario Delgado.
Adicionalmente trascendió que al “adquirir” el PT la afiliación del diputado de Morena Manuel López Castillo, el PT dejaba a la fracción de Morena en 250 diputados lo cual derivaba en que tenía que entregar la Presidencia de la Junta de Coordinación Política al PAN.
Es decir, las ambiciones desmedidas de Fernández Noroña trastocaron todo el equilibrio de fuerzas dentro de San Lázaro.
Al final, y con un fuerte aroma de intervención de YSQ desde Palacio Nacional, el diputado Manuel López Castillo regresó a Morena, con eso logró de nuevo una suma de 251 diputados para Morena para que Mario Delgado mantenga la presidencia de la JUCOPO.
Así el PRI logrará hoy colocar a Dulce Marìa Sauri como presidenta de la Cámara de Diputados durante el siguiente año, y Fernández Noroña se mantiene al margen, y en la rabia.
Una conclusión que deja en claro dóne hay talento de negociación y acuerdo, experiencia política… y dónde las cosas se salen de control.
“LA CONSULTA”
Con la presidencia del Senado bajo su control, el chiapaneco Eduardo Ramírez tiene una primer reto en el que tendrá sin duda la ayuda del zacatecano Ricardo Monreal: lograr los apoyos suficientes no sólo en la bancada de Morena, sino en otras, para pedir la Consulta propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador para enjuiciar a los expresidentes Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón Hinojosa, Vicente Fox Quesada, Ernesto Zedillo Ponce de León y Carlos Salinas de Gortari.
Para ello al parejo de la elección de presidente del Senado, los morenistas integraron una comisión que analizará la posibilidad de que sean los senadores quienes presenten una solicitud para realizar una consulta popular sobre el juicio a los expresidentes de México
La Constitución fija tres procedimientos para poder realizar esa consulta: que lo pidan un millón 800 mil mexicanos; que lo pida una tercera parte de los diputados o una tercera parte de los senadores o que lo solicite el Presidente de la República.
Para AMLO el ideal es que lo soliciten el millón 800 mil mexicanos, pero por si no se logra, los senadores de Morena iniciaron ayer el proceso interno de crear una comisión que vea lo de juntar 43 firmas de senadores para que sea esa cámmara la que solicite la Consulta.
Así, y luego de un amplio debate interno dentro de su plenaria, Monreal, dijo la Comisión se encargará de elaborar un documento técnico, unificado, “que soporte cualquier circunstancia para que lo podemos exponer en las próximas horas”.
La comisión será integrada por los senadores Citlalli Hernández Mora, Ovidio Peralta Suárez, Lucía Trasviña Waldenrath, Salomón Jara Cruz, Cecilia Margarita Sánchez García y Antares Vázquez Alatorre.
La propuesta fue presentada por la propia Hernández Mora, quien pidió el apoyo de sus compañeros para reunir las 43 firmas que se requieren para iniciar los trámites ante la Mesa Directiva del Senado.
Se trata, apuntó, de atender una demanda histórica de los ciudadanos para abrir un juicio a los exmandatarios que han cometido delitos electorales o de lesa humanidad, así como actos corrupción o sobornos.
La senadora Mónica Fernández, persidenta saliente del Senado, explicó que, de acuerdo con el procedimiento legal, la solicitud se tiene que presentar por escrito, con el equivalente al 33 por ciento de los integrantes de cualquiera de las Cámaras, que en caso del Senado sería de 43 legisladores.
Una vez que el Presidente entrante de la Cámara de cuenta de la petición, continuó, la ley dispone que se turne a la Comisión Gobernación y a las comisiones que correspondan.
El dictamen tiene que ser aprobado por la mayoría de cada Cámara y si se logra el respaldo de la revisora, ésta lo envía a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien deberá determinar si es constitucional o no.
Una condición esencial es que esa Consulta solo formule una sola pregunta.
Y esa pregunta debe ser sobre un tema de trascendencia nacional y no debe afectar ningún derecho Constitucional.
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