Protestas sociales marcan ocho meses de gobierno de Macri
CIUDAD DE MÉXICO, 09 de agosto, (MOMENTO INFORMATIVO / CÍRCULO DIGITAL).- Los primeros ocho meses de gobierno del presidente de Argentina, Mauricio Macri, quedaron marcados por crecientes y multitudinarias protestas sociales en contra de las políticas que han empobrecido a la población.
El pasado 10 de diciembre, Macri se colocó la banda presidencial con tres promesas básicas: lograr la pobreza cero, derrotar al narcotráfico y unir a los argentinos.
Sin embargo, ocho meses después el país padece una inflación acumulada del 40 por ciento, mientras que los aumentos salariales más altos alcanzaron apenas el 30 por ciento, a lo que se suman los despidos masivos de trabajadores.
Desde el principio de la gestión de Macri miles de personas comenzaron a salir a las calles para repudiar la derogación por decreto, es decir, sin pasar por el aval del Congreso, de la llamada Ley de Medios o el nombramiento de dos jueces de la Corte Suprema de Justicia.
Esas primeras marchas eran convocadas y protagonizadas por militantes o simpatizantes de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández (2003-2015) que todavía intentaban asimilar la victoria de Macri.
Con el paso de los meses, las marchas se multiplicaron y se fueron sumando ciudadanos que, al ser entrevistados, aclaraban que no eran kirchneristas ni simpatizaban de forma alguna con la expresidenta, pero que se sentían afectados por las políticas del nuevo gobierno.
Así, hubo marchas masivas, ignoradas o minimizadas por los medios más influyentes que apoyan a Macri, por los despidos de miles de trabajadores estatales y privados, el recorte presupuestal a universidades y los aumentos siderales de tarifas de gas, luz y agua.
El pasado domingo, por ejemplo, decenas de miles de manifestantes de organizaciones sociales y gremios marcharon a Plaza de Mayo para repudiar las políticas macristas y exigir “tierra, techo y trabajo”, lema difundido por el Papa Francisco.
La movilización se realizó en el día de San Cayetano, el patrono al que se le rezan en Argentina para conseguir empleo, pero la protesta política opacó por primera vez el sentido religioso de la festividad.
Este martes, apenas dos días después de esa marcha, el centro de Buenos Aires volvió a ser tomado por organizaciones de izquierda y sindicatos que promueven la realización de un paro nacional de 36 horas.
Las protestas más numerosas y expansivas, que se han replicado en las principales ciudades del país, han sido contra el “tarifazo” de los servicios públicos que implicaban alzas del 300 al dos mil por ciento que ya han sido frenadas por diferentes jueces.
Miles de personas salieron a las calles o se asomaron en sus balcones el pasado 14 de junio para hacer ruido con ollas, sartenes, cacerolas y cucharones, incluso en los elegantes barrios macristas por excelencia.
El “cacerolazo” se repitió el pasado jueves, otra vez con amplio poder de convocatoria, y se seguirá replicando con frecuencia hasta que mejoren las políticas sociales y económicas del país.