LUCERITO DEL PILAR MARQUEZ
Cierto: desde su nacimiento, toda persona tiene derecho a tener un nombre y un apellido, además de la fecha de nacimiento, el sexo y la nacionalidad, es decir, una identidad. Identidad que representa el reconocimiento inmediato por parte del Estado de la existencia de la persona, y la formalización de su nacimiento ante la ley.
Cierto: la Suprema Corte de Justicia de la Nación señaló que los padres y madres que registren a sus hijos e hijas de la Ciudad de México podrán elegir qué apellido va primero, luego de que este órgano máximo de justicia declarara inconstitucional una porción del artículo 58 de la capital mexicana que obligaba a que el del hombre fuera primero, por considerarlo “un prejuicio que discrimina y disminuye el rol de la mujer en el ámbito familiar”.
Cierto: desde hace años al nombre le siguen el apellido paterno y luego el materno, al menos en mi México lindo y querido. Cierto, después de nueve meses de espera, llegamos a este mundo y las madres y padres que aún no lo tienen definido tienen que jugar a ¿Qué nombre le pondremos? Y hoy por hoy, si le entran, hay que jugarle a qué va primero: el apellido materno o paterno.
Cierto o falso: ¿Aún en las madres solteras el primer apellido que se da a los hijos e hijas es el del abuelo? ¿Poner en primer término el apellido materno, rompe con las cadenas de un privilegio ancestral? ¿Se deja de discriminar el rol de la mujer en el ámbito familiar?
¿Qué nombre y apellidos le pondremos? matarilerileron.
Cierto o falso: no basta, no alcanza con el cambio en el orden de los apellidos; no alcanza para visibilizar y respetar a las mujeres, madres o no, como sujetos de derecho.
Cierto o falso: si el apellido materno va primero ¿Ya no más violencia física contra las mujeres? ¿Ya no más víctimas de violencia sexual? ¿Podrán elegir libremente cuántos hijos o hijas desean concebir? ¿Podrán caminar sus pasos sin que les griten piropos tan sutiles como “mamacita que buena estás”?
Cierto o falso: habrá quienes señalen “es un paso más” “es un avance más” y tal vez lo sea; pero, sin información y formación en equidad e igualdad, se puede convertir en letra muerta, como muchas de las leyes y normas de mi México lindo y querido.
Quienes quieran jugar al matarilerileron, un aplauso; quienes además quieran una formación informal y formal sustentada en la dignidad de las personas, el respeto, honestidad, verdad, igualdad, justicia, responsabilidad, una ovación.
Cierto o falso: la decisión es de ustedes… de nadie más.
Sin embargo, jugar la ronda infantil del matarilerileron… no alcanza, no me alcanza…