Análisis a Fondo
FRANCISCO GÓMEZ MAZA.
>> Ya lo decretó Toño Sola
>> El peligro son Midi y Anaya
Si no conociera yo a Toño Sola, lo compraría y estaría de acuerdo en que López Obrador ya no es más un peligro para México, que los peligros para México resultaron ser el boquiflojo cocacolero vende botas, el rezandero y el último de los mohicanos de la cueva de atracadores.
Sola fue durante algún tiempo el ayudante de la oficina de prensa y propaganda del negocio que les heredaron a los albicelestes el gran maestro Manuel Gómez Morín y don Luis Calderón Vega (ambos de feliz memoria; no como los de ahora), que pintaron su raya con el gobierno y jamás pensaron que los meones de agua bendita, como les decía el primero, se iban a arrejuntar con los hijos del turco Plutarco para hacerle el juego a la corrupción, la impunidad, la simulación, y el cinismo, las grandes “virtudes” de los que se agandallaron los colores patrios.
Pero López Obrador jamás ha sido un peligro más que para los intereses de la clase política toluquita, la de los grandes acumuladores de dinero robado a las arcas de la nación. La de los Hank, la de los Montiel, la de los Chuayffet, la de los Del Mazo Maza, la de los Aspe Armella Maza et alteri, que son los máximos representantes del imperio para trabajar por en beneficio del Imperio, en favor de los grandes capitales del Imperio (cuando digo imperio me refiero a los Estados Unidos o mejor dicho a los grandes capitalistas de Wall Street, el santuario a donde caen de rodilla los vendepaetrias huachicoleros. Y a la Casa Blanca cejará nunca de apoderarse del territorio mexicano para poner una estrella más a su ensangrentada bandera. Ya los traidores de Guadalupe Hidalgo les regalaron más de la mitad del territorio nacional, pero los rubios lo quieren todo, por el petróleo, por los minerales, por el golfo de México, al que incluso están pensando ya cambiarle de nombre.
Esos, discúlpenme los adoradores del becerro de oro, han sido no el peligro sino los amigos de Washington. De ahí que odien a Andrés Manuel y lo acusen ante el pueblo ignorante de que va a convertir a México en otro Venezuela, cuando ellos con toda su ideología no han podido convertirlo en una Suiza o en por lo menos el estado de Whashington, que es uno de los vergeles más productivos de los estados de la Unión norteamericana.
Además, como para que no quede duda, Andrés Manuel está recogiendo cuanta basura política desechan los otros miembros de la Partidocracia, que llevan en su actuar todos los vicios tricolores y albiazules con tufo de corrupción, simulación y cinismo y no voy a mencionar nombres porque no tiene caso. Ya todos ustedes los han visto y los conocen. Inclusive Sola, en algún momento, pretendió prestar sus servicios de “comuncólogo político” al tabasqueño, ya que no pudo hacer ganar a la pequeña Chepinita cuando ésta jugó para presidenta junto con Quique y el de Nacajuca, cuando el PRI recuperó Los Pinos a billetazos como lo hizo cinco años después con la entronización de Alfredito en el palacio de gobierno de Toluca, a madrazos de dinero sucio, campaña depredadora en la que participó activamente el ciudadano Midi.
Pero yo debo desconfiar en que el IFE le vaya a reconocer, si es que triunfa, que todo parece indicar que sí, el triunfo de Andrés Manuel porque es decisión del gran capital de Wall Street no darle la oportunidad de probar que no es un ruso, ni cubano, ni mucho menos bolivariano. Los resultados ya están decididos. Va a ganar Midi, porque cuando han visto ustedes, sobre todo los que viven en el campo, que un cochi (cerdo) suelte la mazorca. Y los barones mexiquense no van a dejar la teta así como así, aunque chillen los seguidores del tabasqueño.
Así que, amigo, inolvidable amigo, Toño Sola. En 2012 trataste que tu cliente se sentara en la silla. Ahora vas a volver a equivocarte. México es un gran bocado para los calvinistas del norte, independientemente de que esté gobernándolos un enajenado. Así que la suerte de los mexicanos sólo está en manos de los mexicanos. De nadie más. Pero los mexicanos somos una caterva de agachados y nos da miedo perder la pobreza en que vivimos en vez de lanzarse a defender su voto, que como la vida en Guanajuato, no vale nada. ¿Verdad, Lorencito?