Regresará a México el bailarín y coreógrafo japonés Taketeru Kudo para presentarse en el Teatro de la Danza
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de mayo, (DE VAGOS / CÍRCULO DIGITAL).- Uno de los expertos de danza butoh a nivel mundial comparte el escenario con un títere de madera de tamaño humano para cuestionar la manera en la que reconocemos a los demás.
Se trata del bailarín y coreógrafo japonés Taketeru Kudo, quien regresará a nuestro país para interpretar una de sus grandes creaciones escénicas y la más reciente dentro de su producción: El amor al terror, el martes 6 de junio a las 20:00 en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque.
La presentación de Kudo, considerado uno de los principales bailarines de butoh de todo el orbe, se efectuará en el marco del ciclo Resonancias, en colaboración con el Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual. Este proyecto es apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
En entrevista, el creador japonés explica que El amor al terror comienza con las condiciones de destrucción total y la reencarnación desde el interior de los escombros.
“En el escenario se observa, además del bailarín, otra existencia: un títere de tamaño humano. La reunión entre estos dos personajes nos hará preguntarnos si el hombre es controlado o si la marioneta es trabajada por un poder invisible. Surgen sentimientos entre ellos, como el amor y el odio. Es una lucha desesperada de la existencia humana que hará cuestionarnos: ¿Cómo reconocemos a los demás? ¿Son los demás el reflejo de uno mismo?”.
La danza del maestro Kudo siempre se ha sustentado en la búsqueda permanente del corazón de la existencia humana. “Siempre he mostrado interés por la condición humana; su misterio, delirio, maravilla y contradicción. En ese sentido, varios son los temas que se abordan en El amor al terror, como la destrucción, la violencia, el renacimiento, la libertad, el amor y el deseo”. El coreógrafo busca despertar en los espectadores “simplemente que reflexionen sobre la condición humana”.
Las propuestas de Kudo –quien en 1992 se inició como bailarín solista después de haber aparecido en escena con los pioneros del butoh: Koichi Tamano y Yukio Waguri–, siempre se han distinguido por la singularidad de su estética. Con El amor al terror se muestra más que satisfecho, ya que ha logrado una obra de danza butoh para solista que establece un peculiar diálogo corporal con un títere.
Todo esto es resultado de la formación integral que tuvo en distintas ramas del arte: a la par de sus estudios en literatura francesa en la Universidad de Keio se dedicó a la actuación, la danza moderna y el nichibu (danza tradicional japonesa), para, posteriormente, encontrarse con su destino artístico en el butoh.
Antes de fundar su propia compañía, trabajó con la agrupación de danza butoh Sankai Juku durante tres años. En la actualidad dirige su propio proyecto: Tokio Gien-kan, inspirado en Jean-Louis Barrault, Vaslav Nijinsky y Yukio Mishima.