Se estrenará en festival de cine de Guadalajara «Rita, el documental», de Arturo Díaz Santana
Ciudad de México a 22 de Enero (DE VAGOS / CÍRCULO DIGITAL).-El tránsito en vida de Rita Guerrero, artista, ejecutora con rigor de su instrumento natural fonador, convertida en múltiples personajes, histriónica, escenofonista y activista (1964-2011), volverá en fotogramas tras más de dos mil 500 días de silencio, justo al sitio de su génesis: Guadalajara.
En el 33º Festival Internacional de Cine de esa ciudad (como selección oficial) se presentará “Rita, el documental”, del director universitario Arturo Díaz Santana, creada con apoyo de la UNAM y el IMCINE.
Díaz Santana, egresado de Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), y del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), fue seleccionado en la séptima edición para ópera prima documental de dicho centro, que apoya el trabajo de egresados, por lo que en 2014 inició este trabajo biográfico acerca de la polifacética artista, que será estrenado entre el 9 y 16 de marzo en el FICG 33.
“Es la historia de un ser humano, no es un documental sobre Santa Sabina, ni sobre la música o el rock; se inserta en esos contextos, pero de lo que se trata es del camino espiritual de una artista, de rescatar los valores positivos de la sociedad mexicana, con la idea de que la cultura es la medicina de esta sociedad”, indicó Arturo Díaz.
El documental, que se presenta a siete años de la desaparición física de la voz de Santa Sabina y Ensamble Galileo, “retrata el camino espiritual” de Rita Guerrero, y cuenta con el trabajo del cinefotógrafo Carlos Arriaga, con la posproducción de Alfonso Coronel y la producción de Solange Alonso.
Tiene una duración de 118 minutos, con 26 testimonios y 68 fuentes institucionales y personales, además de la intervención de alrededor de 40 músicos de diversos géneros.
Entre universitarios
A principios del milenio, Arturo se mudó al departamento del músico Aldo Max, que colaboraba en el rubro sonoro de sus trabajos. Fue ahí en donde, mediante una contestadora de teléfono, conoció a Rita a través de su voz, su “rasgo distintivo”.
Aunque la llamada era para que Aldo se integrara a Santa Sabina, Díaz Santana forjó una amistad cinematográfica con la egresada del Centro Universitario de Teatro (CUT) de la UNAM, aún más allá de la noche del 11 de marzo del 2011, cuando Rita se enfundó en alas negras y fue vencida por el cáncer de mama.
“Es una buena posición la mía para hacer un proyecto de ella, porque yo no la idolatro, y sé que no bebía sangre y que no dormía en un sarcófago con rosas negras alrededor; la vi decaer, estuve en su velorio, en el bautizo de su hijo; grabé sobre todo su abordaje en la música antigua, que era su verdadera pasión, por lo que éste es un homenaje sin idealización, contado a través de sus grandes compañeros, amigos, socios y hasta rivales”, compartió Arturo.
Sueño de agua
El también integrante del equipo de Redes Sociales de la Dirección General de Comunicación Social (DGCS) de la UNAM confesó que fue la propia Rita la que le obsequió los discos de Santa Sabina.
“Nunca fui fan del grupo, pero esto ya es como un tatuaje en la vida; mi relación con ella es profunda y la sigo conociendo, me ha marcado, lo que más evoco es su risa”, recordó.
Tras una tarde en la Cineteca Nacional con el documental sobre la vida de Bob Marley, de Kevin Macdonald, Arturo emprendió el trabajo que ha concluido como su ópera prima.
“En este documental hay muchas cosas nuevas porque hubo una investigación muy profunda, a cargo del historiador Jorge Paredes; fue un trabajo muy extenso, en bibliotecas, filmotecas, archivos personales, incluso algunos videos que grabó su hijo Claudio cuando tenía cuatro años”, precisó.
Azul casi oro
El primer testimOnio de la película lo protagoniza la madre de Rita, adelantó Arturo Díaz. “La señora tiene 95 años de edad y todavía se enoja cuando recuerda que su hija se escapó de casa con rumbo a la Ciudad de México.
“Como las mejores cosas del país que han empezado aquí en la UNAM, ésta no fue la excepción; los jóvenes de finales del siglo anterior se dieron cuenta que podían utilizar los espacios para iniciativas culturales, así estuvieron en el Estadio de Practicas, el Espacio Escultórico, en la explanada de la Rectoría, en todo tipo de conciertos, lo que sentó los precedentes de los eventos masivos de ahora.
“¿Qué opinaría Rita sobre este trabajo?, creo que indudablemente diría: ‘¿no tienes otra cosa mejor que hacer?’”.