Se incrementa 30% los “Blanqueadores de Capitales”, enemigos de las empresas
Ciudad de México a 14 de Mayo (ESFERA EMPRESARIAL/CÍRCULO DIGITAL).- Crece 30% número de profesionistas blanqueadores de capitales en los últimos tres años que dañan a las organizaciones en las que se infiltran con problemas legales, mala reputación, riesgos operativos, concentración crediticia y otros . Aunque la mayoría de ellos opera en organizaciones financieras, en diversos sectores cada vez aparecen más casos de empleados que realizan ese ilícito de acuerdo a Alejandro Desfassiaux, autor de Cómo poner un alto a la inseguridad en México.
Generalmente los profesionistas que lavan dinero trabajan en bancos, casas de bolsa o de cambio, aseguradoras, transmisores de fondos, finanzas populares o inmobiliarias, pero ya se extendieron más allá del sector financiero. Ahora también se desempeñan como corredores de arte, concesionarios automotrices, prestadores de servicios profesionales o dentro de la hotelería, turismo y el sector de servicios dice el también Presidente Fundador del Consejo Nacional de Seguridad Privada.
“Por sus conocimientos, relaciones y apariencia son criminales miméticos que se desarrollan en ambientes empresariales, políticos y sociales pero realizan ilícitos que generan inestabilidad económica, problemas sociales, fiscales y monetarios”, comenta el autor del bestseller de seguridad.
En general éstos blanqueadores de capitales son empleados con más de cinco años de antigüedad en la empresa, ocupan un puesto de confianza, tienen a su cargo muchas funciones y rehúsan salir de vacaciones y/o delegar trabajo. “Son los últimos en salir de la oficina al terminar la jornada laboral, mantienen un bajo perfil en la empresa e incluso recurren a préstamos que pagan con descuentos de nómina”, menciona el experto.
Sin embargo, si existen métodos profesionales para detectar el blanqueamiento de capitales, pero los siguientes comportamientos son indicadores del ilícito:
1. Actividad en efectivo acumulado durante un periodo determinado.
2. Cambio constante de domicilio.
3. No desean dar información de antecedentes personales al momento de solicitar un crédito.
4. Tratan de solicitar un crédito sin identificación, referencia o domicilio local.
5. El domicilio permanente del cliente se encuentra fuera del área de servicio.
6. Súbitamente pagan un préstamo vencido sin una explicación plausible sobre la fuente de los fondos.
7. Garantiza un préstamo con depósitos en efectivo.
8. Ha solicitado varios créditos y tiene un buen historial crediticio. Al final solicita un crédito y entra en mora
9. Solicita préstamos de nómina para sus empleados pero no tiene el número de empleados que manifiesta
10. Solicita un seguro de vida y después lo cancela sin importar la prima que se le cobre.
11. Exagera las credenciales, antecedentes o capacidad financiera y recursos de un cliente en los informes escritos de Sofomes o Sofoles.
12. Vive un estilo de vida suntuoso que no podría ser sostenido con su salario.
13. Frecuentemente pasa por alto los controles internos, la autoridad establecida de control o elude la política de la Institución.
14. Usa los recursos de la compañía en beneficio de intereses privados.
15. Evita tomar vacaciones.
Es importante que en las empresas se detecten a quienes lavan dinero o colaboran para hacerlo no sólo por una cuestión moral, sino para prevenir problemas legales, desprestigio, riesgos operativos o de aumento en la cartera vencida o riesgos de concentración y virtualmente moratorias e insolvencia.
“Sofomes y Sofoles son entidades de alto riesgo, pero prácticamente en cualquier empresa pueden presentarse casos de blanqueamiento de capitales, incluso por el mismo personal de una firma de subastas de arte, por ejemplo”, comenta Desfassiaux.
Cómo evitar el blanqueo de capitales
Una de cada 10 empresas en México ya destina una parte de su presupuesto a la auditoría forense para evitar fraudes y robos internos, menciona el presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.
La auditoría forense permite reducir hasta el 90 por ciento los riesgos de fraudes internos y el robo hormiga en las empresas, también logra combatir el lavado de dinero y el financiamiento de operaciones ilícitas.
“En los últimos cinco años, los fraudes empresariales y el lavado de dinero aumentaron de 60 a 80%, y en el 87% de los casos estuvo involucrado al menos un empleado en tales ilícitos”, refirió Desfassiaux.
El incremento del 20% de fraudes empresariales en el último quinquenio, que pasó de 60 a 80%, es un delito multifactorial: gastar más de lo que se gana, ludopatía, adicciones prohibidas. “Pero es importante mencionar que este tipo de ilícito también se presenta cuando la compensación no corresponde al grado de responsabilidad que el puesto laboral exige, de ahí que se trate de justicia por propia mano y antes de mencionar que se gasta por encima de lo que se percibe, aumentan los casos de resentimiento patronal que inciden en traicionar al empleador”, menciona el experto en seguridad.
Asimismo, “El contacto permanente con los proveedores es un factor de alto riesgo para perpetrar delitos como transferir bases de datos de clientes, robar patentes, fórmulas o planes mercadológicos e incluso reducir inventarios”, dice el autor.
La alteración de documentos, encubrimiento de ingresos y endeudamientos ficticios, son prácticas comunes que incrementan el riesgo de fraudes en las organizaciones, así como la manipulación de contratos, apertura de cuentas de cheques sin autorización, asignación de bienes en comodato, adjudicaciones por medio de intermediarios y corrupción de funcionarios y empleados, enlista el experto.
Detectamos que en empresas con gran centralización de funciones y falta de controles aparecen más riesgos y los empleados con mayor antigüedad son más proclives a cometer estos delitos, refirió Desfassiaux.
El experto explicó que la auditoría forense interviene cuando se presupone algún delito, “por lo que se investiga, analiza e interpreta la información financiera de la que se tiene duda, al centrarse en excepciones, rarezas e irregularidades”.
Los elementos de juicio y evidencia contable constituyen la base fundamental de un peritaje contable, pues a través de su examen crítico y sistemático, el perito contable llegará a conclusiones sobre la compatibilidad y evaluación de evidencias en torno a lo que investiga. En la medida que disponga de todos los elementos de juicio relacionados con el peritaje, su opinión tendrá la validez que el caso requiera.
A diferencia de la auditoría financiera, que sólo analiza errores y omisiones, la auditoría forense considera diversos factores como la indagación de activos, situaciones de quiebra fraudulentas, análisis de reclamaciones de seguros y averiguaciones de conflictos de interés.
Finalmente, el experto dijo que la prevención y detección de los fraudes empresariales es responsabilidad del sistema de administración de las compañías, que deben implementar mecanismos de contabilidad y control internos adecuados.