Tras la puerta del poder

Roberto Vizcaíno

Mientras la fractura del PAN avanza debido a nuevas renuncias y el aumento de los embates internos hacia su dirigente nacional, Margarita Zavala se registra hoy ante el INE como candidata independiente a la Presidencia de la República.

En este contexto Ricardo Anaya recorre infructuosamente programas de radio intentando culpar de sus males y los de su partido al PRI y al Gobierno de Enrique Peña Nieto, con un argumento que simplemente no convence a nadie: que ambos, PRI y Gobierno lo quieren destruir porque… ¿por qué?

Y así, mientras el Gobierno y el PRI lo responde que a ellos de nada les sirve que Anaya se hunda, otros muchos panistas lo acusan de traidor, de inconsecuente, abusivo, obstinado, ambicioso, gandalla y 0 confiable, el líder nacional del PAN y precandidato nada encubierto a la Presidencia de la República se apresta a recibir la, al parecer la inminente renuncia del expresidente Felipe Calderón, y -tras él- la de otros muchos renombrados personajes blanquiazules.

A Anaya simplemente se le deshace el partido.

Pero él insiste en que todo esto es un compló priísta, y que para ello el Gobierno prácticamente ha comprado a El Universal desde cuyas páginas se le difama con infundios.

Un argumento que deja de lado que este diario cumple hoy 101 años de existencia y cuya plantilla periodística y editorial es quizá la más profesional e importante de México y que por lo tanto el precio –si es que tiene precio-, sería muy, muy, pero muy alto.

En ese precio se valúa Ricardo Anaya.

Ayer mismo David Aponte, director editorial de El Universal salió a responderle a Anaya, al precisar que el diario simplemente ha presentado informaciones que comprometen la honestidad de Anaya como líder nacional de un partido, informaciones que no ha podido desmentir.

Hoy, recordó Aponte, las quejas de Anaya se ventilan en un juzgado que se encargará de dictaminar si lo publicado por El Universal es cierto o no.

Mientras tanto Anaya recorre medios tirando lo que algunos millenials calificarían de choro, acusando al PRI y al Gobierno de estar tras su desprestigio y la fractura de su partido, sin dar una sola razón que pudiera justificar tal cosa.

Y es que a cualquiera en este país simplemente no se le ocurre cómo es posible que el PRI y el Gobierno pudieran haber convencido a Margarita Zavala y a Luisa María Calderón de renunciar al PAN.

¿Para hacer quedar mal a Anaya?

O cómo podrían convencer a Felipe Calderón y a otros panistas de estar evaluando hacer lo mismo.

Habría que recordar que desde el 2 de mayo de este año Felipe Calderón, luego de un enfrentamiento verbal duro con Juan José Rodríguez Pratts externó por primera vez su hartazgo de Anaya.

Desde entonces el expresidente de la República calificaba al queretano de parcial y avasallador, dictatorial.

«Yo creo que lo que debemos hacer es precisamente evitar llegar a estos extremos…

«Yo sí he pensado, honestamente, la opción de salirme del PAN», adelantó.

De renunciar, Calderón estaría marcando un grave antecedente para el PAN y el liderazgo de Anaya, pues sería prácticamente cuando los dos expresidentes de la República surgidos de Acción Nacional habrían abandonado a este partido: Fox y Calderón.

DURO Y TUPIDO

En medio de todo esto, la bancada del PAN que encabeza Fernando Herrera en el Senado, emitió un breve comunicado en que se dice:

“El Grupo Parlamentario del PAN respeta la decisión de la senadora Luis María Calderón Hinojosa de renunciar a su militancia panista.

“Como ha declarado a medios, dicha decisión la ha tomado en atención a un proyecto político personal, en busca de una candidatura independiente, y en congruencia con sus lazos familiares.

(Es decir: la renuncia de la Cocoa no fue porque el líder de este partido sea todo lo que dicen de él)

Los senadores de Acción Nacional sostenemos que nuestro partido es una institución fuerte, de principios, valores e ideales, cuya vigencia e integridad están por encima de posturas individuales.

(Es decir: el PAN no ha perdido rumbo ni ideales ni mucho menos está tocado por las renuncias de Margarita, Luege y Luisa María)

Nuestra convicción, en este momento, es la de concentrarnos y dar continuidad al impulso de los temas de nuestra agenda legislativa y los acordados por las fuerzas políticas que integrante el Frente Ciudadano por México.

(Es decir: el PAN si está entregado a decisiones de terceros externos, a quienes dirigen el Frente)

ANAYA, ESTALINISTA

Y como si fuera la planta preferida en el jardín de sus opositores, Anaya recibió ayer el riego diario de descalificaciones de parte de Ernesto Cordero, presidente del Senado.

El exsecretario de Hacienda lo acusó de estar impulsando “una purga” interna en contra de él y del grupo de senadores rebeldes, al más puro estilo estalinista.

Pero le pronosticó no sólo un fracaso, sino que advirtió que al final no logrará llegar a la Presidencia de la República pues tal como va, se quedará sólo con el “puro cascarón” y la militancia clientelar de ese partido.

“Anaya, está hoy acorralado, desesperado… no sabe ya cómo eludir las acusaciones sobre su escandalosa e inexplicable riqueza y el manipuleo y alteración de nuestros Estatutos partidarios”, dijo Cordero.

“Y por eso anda tirando para todos lados, está desesperado”, insistió.

Cordero recordó que, en su rondín de los días recientes por las estaciones de radio, Anaya afirmó que el PRI ha fortalecido a los amigos panistas cercanos de José Antonio Meade.

Y habló de los senadores Ernesto Cordero, Roberto Gil Zuarth, Jorge Luis Lavalle Maury, Javier Lozano Alarcón y Salvador Vega Casillas, como parte de ese compló tricolor.

“¡Ahora resulta que, según Anaya, nosotros –Cordero, Gil, Lavalle, Lozano y Vega-, le estamos poniendo candidato presidencial al PRI!”, ironizó Cordero.

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