Ciudad de México a 05 de octubre ( JUAN R. HERNÁNDEZ /CÍRCULO DIGITAL).-En nuestra época, ciertas personas pueden sentir estrés y dolor, además de tener una vida social pobre que los podría llevar al aburrimiento. Es así que algunos han buscado espacios de esparcimiento y han llegado a la seriefilia o adicción a plataformas de internet, donde todos podemos ver programas televisivos día y noche, capítulo tras capítulo sin importar nada.
Al respecto, Gabriela Orozco Calderón, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que vivimos en una sociedad y tiempo donde fácilmente obtenemos cada vez más rápido las cosas y no nos detenemos por una gratificación, porque ésta se da de forma inmediata.
En este contexto, añadió la entrevistada, este tipo de plataformas nos gusta mucho por varias características. Una de ellas es que están a nuestra disposición, cualquier día y hora que queramos, y no tenemos un espacio determinado para verlas, aunque en muchos casos tengan un costo monetario.
Además, no depende de las características sociodemográficas, no importa la edad, sexo o nivel socioeconómico, todos tenemos acceso inmediato y en cualquier lugar donde tengamos un celular, computadora ya sea en la casa o en la oficina, e incluso en las televisiones, resaltó.
Los programas se caracterizan por contener ráfagas visuales, todo ocurre de forma muy rápida, donde los directores toman varias escenas para darnos la sensación de participar en la trama, en algunos casos los protagonistas se dirigen hacia nosotros y controlan fuertemente nuestra atención, además de contener muchas escenas de sexo y violencia. Hasta nosotros estamos determinados biológicamente a responder este tipo de estimulación, enfatizó.
El problema es cuando surgen consecuencias negativas y olvidamos o abandonamos nuestras actividades por ver las series, enfatizó la psicóloga. Además, existen varios factores de riesgo como son trastornos psicológicos o psiquiátricos, que podrían promover que este tipo de plataformas generen dependencia.
Por ejemplo, problemas de personalidad, falta de autocontrol, comportamientos impulsivos, disforias, estados de ánimo anormales o cambiantes, que son dependientes de este tipo de diversiones, además de una falta de control para esperar la gratificación, agregó.