Síndrome de piernas inquietas, trastorno del sueño que afecta calidad de vida
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de julio, (AGENCIAS / CÍRCULO DIGITAL).- Sentir hormigueo, desesperación y cosquilleo en las piernas al acostarse y que esta sensación impida dormir son síntomas de un trastorno del sueño denominado síndrome de piernas inquietas (SPI) que, de no tratarse de manera oportuna, puede impactar en la calidad de vida de quien lo padece.
Así lo señaló Ulises Jiménez Correa, responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño (CTS) de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien explicó que el SPI se caracteriza por sensaciones en las piernas, que el paciente refiere como desesperación, ansiedad o nerviosismo.
Además, se acompañan por el impulso de moverlas para tener un poco de alivio y descansar y los afectados dicen sentir cierta quemazón o insectos subiendo por el interior, precisó en un comunicado de la UNAM.
Asimismo, agregó, ese síndrome tiene la particularidad de que los síntomas se disparan al acostarse e intentar relajarse, lo que origina problemas para conciliar y mantener el sueño. Indicó que es normal movernos cada hora mientras dormimos, pues no es posible permanecer en la misma posición por mucho tiempo, lo que no es adecuado es que se presente la sintomatología referida, generalmente vinculada al insomnio y que, en consecuencia, haya cansancio, somnolencia, irritabilidad y deterioro de la calidad de vida.
El especialista comentó que aun cuando en el país no existe una cifra de prevalencia del SPI, en diferentes países se han reportado datos que van desde 1.9 hasta 15 por ciento. En la CTS, entre ocho y 10 por ciento de los pacientes que se hacen un estudio de sueño tienen este diagnóstico.
“Cuando llegan con nosotros, dicen tener molestias en las piernas, tan irritantes que no pueden dormir. A esa dificultad se le denomina insomnio de inicio, y también se puede presentar en las madrugadas, porque la persona mueve las piernas, al hacerlo se despierta y tiene dificultades para volver a conciliar el sueño”, especificó.
Jiménez Correa apuntó que este síndrome es más común en adultos mayores y algunas de sus causas son lesión en la médula espinal, anemia, disfunción renal o alguna enfermedad neurológica, como el mal de Parkinson; también se puede presentar en pacientes diabéticos que tienen neuropatía periférica.
Explicó que hay dos métodos para detectarlo, el clínico, que implica insomnio de inicio, nerviosismo, intranquilidad y molestias en las piernas al acostarse y durante la madrugada, y mediante estudios polisomnográficos, con los que se puede documentar el incremento del tiempo que transcurre para empezar a dormir.
De los tratamientos, comentó que existen varios, como medicamentos útiles para mejorar la producción de dopamina, así como ejercicios y estiramientos antes de acostarse, sobre todo de los músculos de las piernas.
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