Surrealismo de Leonora Carrington conquista nuevos públicos y espacios
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de mayo, (AMPRYT / CÍRCULO DIGITAL).- A cinco años de su muerte, ocurrida el 25 de mayo de 2011, la pintora mexicana Leonora Carrington sigue presente a través de sus obras, las cuales se exhiben en diversos recintos y plazas públicas, como la serie “La posibilidad de los sueños”, que recién concluyó su estancia en Guanajuato y continuará su periplo en la Huasteca Potosina.
Diez esculturas de bronce elaboradas a partir de los trabajos que la artista realizó en pintura y dibujo para ser transferidas al formato tridimensional bajo la supervisión de la propia Carrington entre 2009 y 2011, llegaron a Guanajuato en octubre pasado en el marco del Festival Internacional Cervantino.
Durante siete meses, las piezas invadieron espacios públicos de la ciudad, como la explanada del Museo de Arte e Historia de Guanajuato, donde se los transeúntes podían disfrutar de “Gato de la noche”, “Serpiente volador” e “Insecto monumental”, por mencionar algunas de ellas.
Las piezas concluyeron su estancia en Guanajuato el pasado 6 de mayo para regresar a la Ciudad de México y ser sometidas a mantenimiento. El siguiente lugar a visitar será la Huasteca Potosina, aunque también se contempla su visita a Sinaloa, Sonora, Baja California y Michoacán, señalaron medios locales.
La pintora mexicana de origen británico Leonora Carrington, una de las mayores exponentes del surrealismo y una mujer capaz de desafiar con rebeldía las modas y los lugares comunes, nació en Lancashire, Inglaterra, el 6 de abril de 1917, en el seno de una familia adinerada.
De acuerdo con el sitio “explorandomexico.com”, la artista fue expulsada de los colegios continuamente y pese a que su padre le prohibió que se dedicara a la pintura, su madre la apoyó para que terminara sus estudios en la Chelsea School of Art de Londres.
Fue en esos años que conoció a la obra de destacados artistas surrealistas, tales como Max Ernst (1891-1976), a quien en 1937 conoció personalmente en un fiesta y luego se convirtió en su pareja sentimental.
En ese periodo, Carrington escribió cuentos y novelas y en 1938 publicó su primer libro de relatos fantásticos titulado «La casa del miedo», el cual fue ilustrado por Ernst.
Tiempo después la pareja se trasladó a París, Francia, donde no pasó mucho tiempo unida, ya que él fue apresado durante semanas por las autoridades francesas en un campo de concentración al inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), por ser considerado como un «extranjero enemigo».
Presa del ambiente de bélico y el cautiverio, Carrington huyó a España, donde sufrió de ansiedad y delirios de persecución que culminaron en una crisis nerviosa en la Embajada de Inglaterra, que obligó a sus padres a internarla en un hospital psiquiátrico en Santander.
La misma artista, recordó en alguna ocasión esa etapa como la peor época de su vida, ya que fue sometida a un severo tratamiento farmacológico. Dichas experiencias las plasmó en su libro «Memorias de abajo», donde describe a España como una prisión.
Al poco tiempo y con ayuda de su enfermera huyó a Lisboa donde se refugió en la Embajada de México. Allí, recibió la ayuda del diplomático y poeta Renato Leduc (1897-1896), con quien se casó para poder viajar este país.
Una vez en aquí se divorció de Leduc y se casó con el fotógrafo húngaro Emerico Weisz, con quien tuvo a sus dos hijos Gabriel y Pablo.
En los siguientes años, se relacionó con personajes de la cultura como Salvador Dalí (1904-1989), Pablo Picasso (1881-1973), André Bretón (1896-1966), Octavio Paz (1914-1998), Remedios Varo (1908-1963) y Luis Buñuel (1900-1983), con quienes entabló una gran amistad.
Conocida por su rebelde y peculiar personalidad, Carrington los siguientes años los dedicó a su obra, ejemplo de ello fue su exhibición en la Galería Pierre Matisse de Nueva York, Estados Unidos, en 1947.
Su amor por la cultura mexicana lo plasmó en el mural «El mundo mágico de los mayas», pintado en 1963, en el que fundió imágenes del Libro Sagrado de los Mayas con la magia y misticismo de la época precolombina.
Carrington además siguió cultivando su amor por la literatura al publicar «El séptimo caballo y otros cuentos» (1988), obra en la que reunió relatos que escribió ya en México, de acuerdo con información publicada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
A lo largo de su trayectoria, la artista surrealista recibió diversas distinciones, entre ellas la condecoración con la Orden de la Corona Británica, por la Reina Isabel II, en el 2000.
Durante sus últimos años de su vida, Carrington vivió en la colonia Roma de la capital mexicana, se sabe que ya casi no pintaba y que su último cuadro permanecía celosamente guardado en un armario de su estudio.
Su obra, de figuras y estructuras complejas que tratan de mostrar y explicar su propia vida, permite apreciar a la vez, la mitología celta, la cábala y los juegos surrealistas, elementos de los que se valió para retratar una realidad absolutamente original.
Destacan cuadros como «La giganta», «Quería ser pájaro», «Laberinto», «El despertar», «Y entonces vi a la hija del Minotauro» y «El juglar», por mencionar algunos.
A su muerte, ocurrida el 25 de mayo de 2011 a causa de una neumonía, el poeta mexicano Homero Aridjis (1940) declaró a la prensa nacional: «El fin del movimiento surrealista se supone con la muerte de Carrington».