Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Hay un dicho popular que afirma que: lo que no es sufrido, no es querido.
Y vaya que la renegociación del llamado ahora T-MEC, antes TLC, ha sido uno de los acuerdos con más riesgos de cancelación y con mayores complejidades que hayan vivido los gobiernos, empresarios, congresos y productores de todo tipo en México, Estados Unidos y Canadá durante los últimos 2 o 3 años.
Todo más o menos se mantuvo dentro de un margen razonable de control a lo largo de 23 años, desde que en enero de 1994 se aprobó el TLC para lograr establecer un flujo de bienes y servicios que han llegado a niveles de intercambio comercial que suman muchos billones de dólares entre las tres naciones.
Sin duda las áreas de producción crecieron exponencialmente en la región norte del continente.
No existe otra parte del mundo donde exista un intercambio generado como lo que representaba el TLC.
Pero las vicisitudes y los apuros surgieron desde que Donald Trump aspiró primero y luego ganó la candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos y una de sus banderas era la de cancelar el TLC.
Tan vehemente era en sus ataques a este tratado que muchos dentro y fuera de los tres países lo dieron por muerto muchas veces.
Pero Trump asumió el poder y a regañadientes del empresario comenzaron las renegociaciones dentro del mayor de los pesimismos. Y así avanzaron, dentro de amenazas de que se cancelaba todo en las siguientes horas, y pasaron los meses y al final, la paciencia y habilidad de los negociadores mexicanos a quienes se sumó en el tramo final el representante del nuevo presidente de México, se firmó un nuevo acuerdo.
Y Trump, que despotricaba y amenazaba, gruñía y condenaba el Tratado a cada momento, terminó firmándolo desde el histórico salón Oval de la Casa Blanca con los mejores comentarios y sonrisas.
La locura, esquizofrenia dijeron algunos.
Desde entonces en cada uno de los países involucrados se han dado ajustes legislativos requeridos por el nuevo tratado, como condición previa de que, en el tramo final de aprobación por los 3 Congresos, hubiera por ejemplo una nueva Ley Laboral en México que garantizara mejores condiciones e ingresos para los trabajadores mexicanos.
Todo lo acordado en este rubro se cumplió.
Y anteayer el Gobierno de Justin Trudeau en Canadá cumplió con el primer paso al entregar el documento final a su parlamento y ayerAndrés Manuel López Obrador dio el suyo al enviar el acuerdo al Senado que comanda el zacatecano Ricardo Monreal.
No hay duda de que los senadores de aquí y de Canadá van a aprobarlo.
Y para enviar el mensaje más positivo posible, ayer en el Senado de México se reunieron para entregar y recibir el documento los integrantes de la Jucopo que son los coordinadores de los grupos parlamentarios y sus segundos: Ricardo Monreal por MORENA;Mauricio Kuri por el PAN a quien acompaño Gustavo Madero; Miguel Ángel Osorio Chong del PRI; Miguel Ángel Mancera, del casi extinto PRD: Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano; y los del PVEM, PT y PES.
Por AMLO llegaron los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; y de Economía, Graciela Márquez Colín; así como el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade Kuri y el jefe del jurídico de Presidencia Julio Scherer Jr.
Donde las cosas están color de hormiga -así se dice cuando todo está del carajo-, es en EU ya que Trump ahora tiene en contra a su Congreso.
La lógica nos dice a todos que sería una insensatez llegar a este momento para que los demócratas y algunos republicanos resentidos contra Trum, vayan a cometer la locura de rechazar el acuerdo.
Pero ya sabe Usted que el Diablo anda suelto por el mundo, según ha dicho el Papa Francisco.
No vaya a ser que…
Ayer mismo mientras todo se cumplía aquí, en Washington Trump amenazaba con aplicar un 5% de aranceles a todas las importaciones provenientes de México, como castigo por no detener la migración centroamericana hacia EU.
Si eso ocurre, si Trump ahora sí aplica estas sanciones, entonces el T-MEC entrará en una nueva fase de incertidumbre.
Ya veremos.
INFORME TRIMESTRAL
Mañana sábado 1 de junio Andrés Manuel cumple sus primeros 6 meses de gobierno (11 afirman otros quienes consideran que el tabasqueño comenzó a gobernar desde que ganó el 2 de julio pasado) y, según lo ha prometido, por ello rendirá un informe a la Nación in dependientemente de que el domingo 1 de septiembre tiene pensado acudir a San Lázaro a rendir su informe constitucional.
López Obrador llega a este momento en medio de fuertes contradicciones ya que amplios e importantes sectores de México consideran que el país vive ya una grave crisis de gobernabilidad y económica mientras que otros advierten que el tabasqueño ha cumplido más allá de lo que millones esperaban.
Lo cierto es que la administración de AMLO enfrenta hoy proyecciones de crecimiento a la baja -aunque él lo niega y afirma que “tiene otros datos” que advierten lo contrario-, así como una grave crisis de salud y de adelgazamiento por recortes presupuestales y despidos en casi todas las áreas de su Gobierno, que amenazan con bajar fuertemente los niveles de atención y capacidad de respuesta a la ciudadanía.
Los niveles de inseguridad y muerte por homicidios han llegado ya a ser en estos 6 meses como los más altos nunca antes vistos.
A ello en estos días se ha dado una gravísima crisis de confianza y de malestar dentro de las Fuerzas Armadas y en la sociedad misma por la vejación a que fueron sometidos militares y marinos en Michoacán.
A todo ello López Obrador responde que su gobierno va “requetebien” y les pide a todos “portarse bien”.
En fin, que en este fin de semana conoceremos su segundo informe trimestral que quizá, como el primero, fue una larga retahíla de reiteraciones de lo que dice todas las mañanas en su ya habitual conferencia de prensa.
TEMORES
Sin que se sepa a quién atribuirle origen e intención, la tarde-noche del miércoles pasado la senadora capitalina de MORENA Citlalli Hernández sufrió un atentado en su oficina del Senado a través de un libro falso que contenía una bomba de poco alcance que sólo le causó un fuerte susto y algunas quemaduras leves.
A partir de ese momento se extremaron las medidas de seguridad en todo el recinto.
Y el senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política luego de darle las gracias al Santo Niño de Atocha ordenó aplicar las siguientes medidas:
Renovar el sistema de videovigilancia interna; actualizar los equipos de rayos X, arcos detectores de metales y detectores manuales Garrett; aplicar una vigilancia y revisión de todo con perros especializados en detección de explosivos; habilitar un filtro previo a toda de mensajería y paquetería que llegue al Senado: concentrar todo eso una sola área; establecer un acceso para trabajadores y legisladores a través de torniquetes con reconocimiento de huellas dactilares y reforzar la revisión a través de arcos detectores y rayos X en los accesos de los estacionamientos.
Lo cierto es que lo ocurrido es muy preocupante, porque la bomba -afortunadamente leve-, llegó a su destino. No se puede jugar con eso.
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