ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Para ser precisos, el petróleo mexicano jamás fue de otros que del propietario original, la Nación. El concepto de la propiedad, de tradición latina, está impreso en la Constitución y en la conciencia de siglos del derecho patrio. Simple y sencillamente, comprende del cielo al infierno.
Por eso, el petróleo no se expropió en la gesta de 1938 — jamás se quitó a nadie que lo poseyera– sólo se recuperó, en términos absolutos y relativos. Quien lo explotaba, las compañías extranjeras, sólo eran dueñas de las instalaciones, de los barrenos, de los transportes, jamás de los bitúmenes. De ningún hidrocarburo en cualquier forma.
Ese intríngulis nunca lo pudo comprender ni Luis Cabrera, el ex revolucionario carrancista que defendió después a las compañías extranjeras desde su despacho de la avenida 5 de Mayo en la capital del país. Era demasiado para los abogados y era un concepto indescifrable para los financieros.
La propiedad originaria de la Nación, fuera de toda duda o sospecha
Recuperamos la propiedad sobre tierras y aguas subterráneas y superficiales. Sobre todas las riquezas contenidas en lechos y en espacios porque el concepto mexicano de la propiedad concede ésta al propietario originario: el interés público de la Nación.
Así fue, incluso, en las ordenanzas reales de la Colonia, que extendieron no la propiedad sino las históricas mercedes del Rey sobre las explotaciones de ellas. Una concesión graciosa donde jamás se comprometió la propiedad original. Esa estaba por encima de cualquier duda o sospecha. Nunca, nadie fue tan entreguista como los financieros que la transfirieron de manera ilícita.
El petróleo no debe entrar en ninguna transacción o componenda
La interpretación cabal del Derecho no deja lugar a dudas. Corresponde en todo tiempo a la Nación el dominio directo y la adecuación de las políticas energéticas, las operaciones y negociaciones que alguien haya hecho sobre el tema petrolero. Sea quien sea, debe ajustarse a ello. Así se trate del Imperio más poderoso y hoy quebrado de la historia. No admite discusión.
La política energética se encuentra por encima de nuestras cabezas y de nuestros afanes teóricos. Es soberana, lo que quiere decir que sólo obedece a la opinión de la voluntad colectiva de los mexicanos. Como el poder, no es declinable, transferible, ni negociable.
Aunque lo hayan querido ver así los dichosos financieros del régimen anexionista de las últimas décadas, el petróleo no debe entrar en ninguna transacción o componenda que comprometa su objetivo: apoyar la independencia y contribuir al constante mejoramiento de las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales de la existencia, como lo demanda el régimen democrático.
Pandillas en el poder no quisieron publicitar el tamaño de las vetas
Todo aquél que piense lo contrario se convierte por ese sólo hecho en potencial adversario de la patria y de la interpretación objetiva de la historia. En eso no deben caber complacencias ni remilgos. No es algo sujeto a los arrebatos ni a las modas de cualquier época, mucho menos a los afanes de financieros y entreguistas.
La anteriormente expuesta no es una opinión interesada ni maniquea. En materia del petróleo lo negro es negro y no admite otra postura. Es, además, nuestro bien más preciado, somos propietarios de los mayores depósitos del mundo en las aguas someras del Golfo de México, aunque usted no lo crea.
Lo que ha pasado es que nos han escamoteado históricamente esa información, porque era la tajada de los beneficios para las pandillas en el poder que nunca quisieron airear en público el tamaño de las vetas y de las sondas que colindan con Cantarell en el mar de Campeche. Era el filón para perpetuarse en el poder y en la riqueza.
Laguna de Términos: las reservas más grandes que se hayan explorado
Uno de los municipios campechanos limítrofes con la Laguna de Términos, ¡uno solo!, contiene en sus vientres subterráneos y acuáticos la cantidad de 300 mil millones de barriles de aceite crudo ligero, el de mayor mercado internacional, un bien que ni en sueños podrían tener los países árabes o los depósitos del Mar del Norte.
Y todo eso es propiedad originaria de la Nación. Estamos hablando de un solo municipio cuyas riquezas petrolíferas fueron certificadas por la compañía Exxon Mobile hace dos años. Se trata de las reservas más impresionantes que se hayan explorado jamás. La noticia se conoce en todo el mundo, menos aquí en el rancho grande. Hemos sido engañados.
Nunca se reconoció la gran aportación a México de Rudesindo Cantarell
Rudesindo Cantarell, un humilde pescador carmelita, avizoró los depósitos marinos de la sonda de Campeche hace algunos años. Murió en la miseria, luego de que tanto López Portillo como Jorge Díaz Serrano ofrecieron recompensarlo con una placita en Petróleos Mexicanos que nunca llegó para calmar sus pobrezas.
Era sólo un reconocimiento simple a un gran descubridor. El que hizo posible que con la explotación de la sonda de Cantarell el gobierno entero solucionara una crisis estructural que venía arrastrando desde la locura echeverrista de imprimir dinero sin reserva para conseguir sus logros de populismo demagógico de derechas.
La leyenda urbana dijo que de tan explotado el pozo Cantarell había pasado a mejor vida. Peña Nieto se atrevió a decir que había matado la gallina de los huevos de oro, y que ahora estábamos obligados a importar petróleo crudo, lo que sucedió para nuestra vergüenza hace tres meses.
Nada más falso. Sólo que los atracomulcas estaban dispuestos a cualquier mentira con tal de proteger sus moches y encubrir a sus favoritos. La importación de combustibles, diésel, gas y crudo se convirtió en la caja grande de los recursos mal habidos y transferidos por esos mamarrachos a los paraísos fiscales.
En la actualidad, las vetas que colindan con las sondas descubiertas por Rudesindo Cantarell son las más ricas del orbe. Están consideradas en los mapas geopolíticos como el Mar Mediterráneo de los Estados Unidos, como la reserva estratégica del imperio.
Como esa riqueza de la que pueden echar mano en cualquier momento para exacerbar su sed de dominio. Como la mina de oro en su patio trasero. Nosotros, en cambio ni la conocemos. Si nos hablan de la Laguna de Términos podemos hacer como quien ve llover. Pero ése es el futuro de la Nación. Así como suena.
Basta de especulaciones contra la defensa de la soberanía nacional.
Por eso la decisión de cambiar la sede de Petróleos Mexicanos a Ciudad del Carmen, Campeche no sólo es una gran decisión, sino el reconocimiento histórico a las regiones que deben apalancar el crecimiento del país. La decisión de estar cerca de los que producen, la necesidad de vigilar física y administrativamente el patrimonio de todos.
No hay duda posible: el nuevo régimen sabe lo que hace, en mayor medida que los opinadores pagados por los mensajeros del Imperio. Ya basta de especulaciones y bombitas mediáticas contra la defensa de la soberanía nacional.
Basta de distracciones. Basta de chamaqueos. No estamos para perder el tiempo en cuentos chinos de anexionistas.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Ayer se dio a conocer un mensaje de la mayoría de los trabajadores petroleros de nuestra Nación dirigido al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador en el que le comunican «los acuerdos a que hemos llegado en nuestras reuniones de resistencia y apoyo al régimen de la Cuarta Transformación que usted encabeza. Los miembros del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana queremos ser factores del cambio, no quedarnos a la expectativa de los acontecimientos que estamos viviendo. Queremos con usted, superar todas las condiciones del atraso neoliberal. Las 36 secciones sindicales que en la magna Convención nacional petrolera de noviembre del 2018 elegimos al nuevo Comité Ejecutivo General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y a nuestro secretario general Mario Rubicel Ross García, nos solidarizamos con las decisiones que el nuevo régimen tome para sanear de raíz la industria energética y combatir el cacicazgo sindical de Carlos A. Romero Deschamps, el espurio que ha violado todas las leyes, contratos colectivos y acuerdos laborales, atropellando nuestros derechos y garantías, sembrando el caos y la rapiña en la producción, distribución, comercialización y en todo el sector industrial. En todas y cada una de las 36 secciones sindicales del nuevo STPRM se encuentran radicadas las víctimas de las miles de denuncias penales, civiles, mercantiles, laborales y constitucionales sobre los actos criminales perpetrados por una pandilla de ambiciosos que quiere seguir explotando los vientres de la Nación Los trabajadores petroleros mexicanos siempre hemos participado en los grandes desafíos que han tenido que superarse desde la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas. Los trabajadores nacionalistas siempre hemos participado al lado de los dirigentes patrióticos de la Nación. Consideramos que en este momento es necesario manifestarle nuestro apoyo irrestricto en la tarea de moralidad nacionalista que lleva a cabo y tenga la plena seguridad de que lucharemos a su lado para preservar la independencia y la soberanía de nuestra patria. ¡Cuente usted con todos y cada uno de nosotros!»
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