Termina misión Rosetta, primera nave espacial en orbitar un cometa
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de septiembre, (AGENCIAS / CÍRCULO DIGITAL).- La histórica misión Rosetta ha concluido hoy como estaba planeado, con un impacto controlado de la sonda espacial en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, al cual estuvo investigando por más de dos años.
El Centro de Control de Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) confirmó poco antes del mediodía de este viernes que la misión terminó con la pérdida de la señal de la sonda al impactar en la superficie helada del cometa.
Rosetta llevó a cabo su maniobra final por la noche para colocarse en curso de colisión con el 67P desde una altitud de unos 19 kilómetros, en dirección hacia una región en el pequeño lóbulo temporal del cometa, cerca de una región de pozos activos en la región Maat.
La sonda continuó aún en esta etapa sus investigaciones, ya que en su descenso aprovechó para estudiar el gas, el polvo y el entorno que se encuentra cerca de la superficie del cometa, y capturar imágenes de muy alta resolución.
Los pozos son de particular interés, ya que juegan un papel importante en la actividad del cometa y proporcionan una ventana única en sus bloques de construcción internos, indicó la ESA en un comunicado.
Toda la información recogida en el descenso fue enviada a la Tierra antes del impacto, agregó.
“Rosetta ha entrado en los libros de historia una vez más”, afirmó Johann-Dietrich Wörner, director general de la ESA, y celebró el éxito de una misión que “ha superado todas nuestras expectativas y sueños, y que continúa el legado de ser los ‘primeros’ en cometas”.
Tomó décadas de esfuerzo, llevar un laboratorio científico de primer nivel a un cometa para estudiar su evolución, “algo que ninguna otra misión cometa ha intentado”, señaló Álvaro Giménez, director de Ciencia de la ESA.
“La misión se ha extendido y los datos devueltos mantendrán a generaciones de científicos ocupados en las próximas décadas”, destacó.
Desde su lanzamiento en 2004, Rosetta viajó casi ocho mil millones kilómetros, distancia que incluyó tres sobrevuelos de la Tierra y uno en Marte, así como dos encuentros con asteroides.
La nave pasó 31 meses en estado de hibernación en el espacio profundo en la parte más alejada de su viaje, antes de despertar en enero de 2014 y, finalmente, llegar a la cometa en agosto de 2014.
Una vez que entró en órbita, desplegó un módulo de aterrizaje, Philae, en noviembre del mismo año y a través de éste siguió de cerca la evolución del cometa durante la máxima aproximación de éste al Sol y más allá.