Por la Espiral
Claudia Luna Palencia
No fue desde luego una renegociación sencilla: por momentos la marcha pareció trabarse sobre todo al abordar la denominación de origen en los productos agropecuarios, sin embargo, ahora sí podemos decir que después de dos años de renegociaciones México ha logrado reactualizar y poner más vivo que nunca su acuerdo comercial con la Unión Europea.
Hay que darle el mérito al equipo de Ildefonso Guajardo, titular de Economía y a Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de la misma dependencia, y no lo digo porque sean mis amigos (ni los conozco personalmente) sino porque es justo hacerlo.
En dos años, contra viento y marea, lograron entenderse con sus contrapartes de la Comisión Europea; fundamentalmente con el equipo de Cecilia Malmstrom, comisaria de Comercio.
¿Se corrió el riesgo de empantanarse? Sí hubo sus momentos de elevada tensión, ese suspense que hace correr la adrenalina por todo el cuerpo, la Unión Europea (UE) como bloque a veces dejó entrever que no le corría ninguna prisa por renegociarlo en caliente y que estaba bastante dispuesto a tomarse su tiempo.
Si consideramos el letargo de la UE con el Mercosur (llevan oficialmente más de tres quinquenios intentando ponerse de acuerdo para un acuerdo de libre comercio), la verdad es que todo podía pasar con el tema de la modernización del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM).
Por eso es que la noticia difundida el sábado pasado desde Bruselas ha sido bastante celebrada: para México es un pendiente menos, a casi dos meses y medio de las elecciones presidenciales, puedo afirmar que se trata de un acierto de la Administración del mandatario Enrique Peña Nieto.
Considerando que sigue en vilo el destino del NAFTA-TLCAN ante las insidias y el hostigamiento matón del nuevo inquilino de la Casa Blanca lo menos necesario ahorita es tener también problemas con Europa; me refiero a dificultades comerciales, económicas y en pro del flujo de la inversión.
Muy bien, es un pendiente menos; resta todavía con Europa, concluir otro proceso también de reactualización se trata de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) en vigor desde 2001 con los países que la conforman: Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.
El año pasado, en Lugano, Suiza, aconteció la tercera ronda de encuentros entre el país azteca y la AELC, veo muy complicado que su conclusión exitosa suceda antes del proceso electoral en ciernes.
No obstante, proporciona un enorme respiro que México y la UE hayan logrado conciliar exitosamente para poner al día el conjunto de sus relaciones bilaterales estipuladas en el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación firmado en 1997 y vigente desde 2000; conocido como Acuerdo Global dio pie al Tratado de Libre Comercio UE-México también en vigor desde 2000.
Aunque hay que decirlo: la nueva retórica proteccionista estadounidense y el estilo matón-amenazador del presidente Donald Trump están motivando que varios países se erijan en defensores y acérrimos promotores de justo lo contrario.
Y es que tanto China como el club europeo han decidido convertirse en fieros adalides del libre comercio y de la globalización y ahora sin resquemor alguno muy seguramente para llevarle, la contraria a Washington, serán destrabados todos los acuerdos comerciales enquistados.
Anótelo bien amigo lector: no descarto que este año, ahora sí salga avante el tratado comercial del Mercosur con Europa…
A COLACIÓN
Europa exporta a México mercancías y bienes por un valor de 38 billones de euros y exporta 10 billones de dólares más en el renglón de servicios, de acuerdo con información de la Comisión Europea, su libre comercio con México favorece a 45 mil 300 empresas europeas y genera 400 mil trabajos en la UE ligados con el sector exportador.
A México, su balanza comercial con la UE es deficitaria: el país azteca exporta a la UE mercancías y artículos por un valor de 24 billones de euros; en tanto que por concepto de servicios les exporta a los europeos un total de 5 billones de euros.
¿Qué se ha logrado con la modernización del TLCUEM? Más desgravaciones arancelarias en el sector agroalimentario; en el caso de México serán eliminados los aranceles a sus exportaciones de jugo de naranja, atún, miel, jarabe de agave, ovoalbúmina y frutas y vegetales.
Seguirán bajo corchete varios productos sensibles tales como: manzanas, duraznos y productos lácteos mientras en el comercio de servicios han sido incorporadas las telecomunicaciones y la economía digital.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
@claudialunapale