· El IGAE “creció” 1.5 por ciento en agosto
· Que simpática manera de hacerle al Tio Lolo
Ay mis queridos economistas del Instituto Nacional de Estadística e Informática. Y son los gusanitos medidores, como aquella canción infantil que cantaban los Hermanos Rincón en los años felices. Presumen de lo impresumible, magnifican la mediocridad de una economía en decadencia.
Todo sea para salvar el honor del tricolor, ahora que tiene un lirón corriente de presidente nacional, un demagogo impresentable, con un discurso de sindicato charro o de PRI perdido en el túnel del tiempo, que aún se mueve gracias a la corrupción.
De paso, yo diría que los muchachos del INEGI tendrían que medir también, y antes que nada, las curvas del crecimiento exponencial de la corrupción y los corruptos. Porque son los corruptos la causa de que la economía mexicana esté en la lona y por tanto no tenga la capacidad de crear empleos y menos lograr el pleno empleo bien pagado, que alcance hasta para ir una semana de vacaciones a Acapulco o Veracruz.
Pero se enredan, se encapsulan, en un optimismo infantiloide y pretenden hacernos creer que las cosas van bien, que la abuela que parió está recuperándose, y que las ruedas de la bicicleta de mi bisabuela funcional y dan vueltas cobre el asfalto con velocidad de 70 kilómetros por hora. Míralos. Brincan sobre un pie porque el producto, según el IGAE, creció 1.5. Guauuuuu. Qué crecimiento tan mediocre, cuando deberíamos de estar creciendo por lo menos al 6 por ciento anual para satisfacer la demanda de puestos de trabajo. Y paliar un poquito, calmar el hambre de millones que no pudieron calmar los cruzados de Chayo Robles Berlanga, que ya no se acuerda de que se comprometió a darle de comer a los mexicanos hambrientos.
En agosto de este año, según el boletín de prensa del INEGI, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) aumentó 1.5% en términos reales respecto a igual mes de 2015, con cifras desestacionalizadas. Las actividades primarias (materias primas) crecieron 8.8% y las terciarias (comercio y servicios) avanzaron 2.8%, mientras que las secundarias (industria, minería y extracción) descendieron 0.8% a tasa anual. Pero, ojo, en cifras mensuales, el instituto precisó que el IGAE disminuyó 0.1% durante ese mismo agosto de 2016 frente al mes previo, con sus cifras ajustadas por estacionalidad. A su interior, las actividades secundarias mostraron un descenso de 0.4%, mientras que las primarias crecieron 10.2% y las terciarias no presentaron variación en el octavo mes de este año respecto a julio. Dicen que el Indicador Global de la Actividad Económica permite conocer y dar seguimiento a la evolución del sector real de la economía, en el corto plazo, proporcionando información para la toma de decisiones. Claro sólo para toma de decisiones.
Sin embargo ya al último, para que nadie se dé cuenta, el boletín infrma que, en las cifras originales, el IGAE mostró un descenso de 2.9$ (3) en agosto respecto al mismo mes del año pasado, derivado de un incremento de 9.7% en las actividades primarias, de 4.2% en las terciarias y en las secundarias de 0.3 por ciento. Todo para la toma de decisiones. Pero los hechos indican que la toma de decisiones no se da por temor, porque México no es una garantía para las inversiones de ningún tamaño. Hay desconfianza en la falta de cordura del que preside por todas las tonterías que se han hecho y se siguen haciendo en las políticas públicas y vaya usted a saber lo que pasa en las no públicas. Deben de ser impúdicas y por tanto impublicables.
En fin. Mejor les deseo, con todo mi corazón, que vivan un feliz fin de semana y que tengan algún dinerito para por lo menos salir a desayunar o a tomar un atolito con su familia. Ah, y no paguen con tarjeta de crédito.