Universitarios diseñan biopelícula para alargar vida de los alimentos
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de agosto, (AMPRYT / CÍRCULO DIGITAL).- Estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro desarrollaron una biopelícula natural y comestible a base de mucílago de nopal, xiloglucano de tamarindo y aceite esencial de clavo para aumentar la conservación de los alimentos.
El proyecto surgió ante la necesidad de prolongar la vida de anaquel de la producción del jitomate que se produce en el campus Amazcala de la universidad, explicó la alumna de ingeniería agroindustrial, Roberta Magnolia Mora Palma.
“El mucílago lo obtuvimos de pencas viejas de nopal y el xiloglucano de la semilla del tamarindo, que actualmente es un residuo agroindustrial”, detalló la joven en una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Mora Palma explicó que la idea fue hacer con el mucílago y xiloglucano una mezcla gelatinosa a la que se le añade el aceite esencial de clavo, que tiene propiedades antimicrobianas, y luego sumergir los jitomates para prolongar su vida útil.
“Pusimos este fruto como una primera unidad de estudio, pero la idea es aplicar esta mezcla a otros frutos como la manzana, la guayaba, la fresa y la ciruela, entre otros productos perecederos”, puntualizó.
Los estudiantes todavía realizan pruebas a la mezcla añadiendo colorante para verificar la adherencia del compuesto en los frutos, comentó Mora Palma.
“Los jitomates los estamos sumergiendo en la mezcla durante una hora, tomando en cuenta que este fruto tiene una superficie muy lisa. En lo que se refiere a la transparencia de las películas del compuesto, estamos colocando la mezcla en los jitomates con diferentes concentraciones y la dejamos secar durante tres días”, expuso.
A su vez, la asesora del proyecto, Margarita Contreras Padilla, destacó que esta investigación la apoya el Centro Académico de Innovación y Desarrollo de Productos (Caidep), iniciativa de la UAQ financiada por un Fondo Mixto del Conacyt, con el objetivo de generar una innovación en este tipo de recubrimientos.
“Es una innovación, porque actualmente hay ceras comerciales; unos lípidos que se aplican en el fruto para evitar la pérdida de agua. El mucílago, xiloglucano y otros polisacáridos, como el almidón, no se han considerado para este tipo de recubrimientos, por eso representan una gran oportunidad”, abundó.
La investigadora señaló que la idea es apoyar la producción que se tiene en el campus Amazcala, pues el producto puede salir fuera de la universidad y generar una patente ofreciendo al mercado un producto comestible y biodegradable.