CIUDAD DE MÉXICO, 20 de mayo, (DIVISIÓN DEL NORTE/CÍRCULO DIGITAL).— Para reducir el riesgo de muerte a causa de la Intoxicación por Picadura de Alacrán (IPPA), la diputada María Antonia Cárdenas Mariscal (Morena) urgió a las autoridades del sector salud a garantizar el suministro oportuno y suficiente de antídoto, ya que se reportan 300 mil casos al año en México; las entidades más afectadas son Jalisco y Morelos.
La IPPA es una urgencia médica, porque la picadura deposita toxinas en el torrente sanguíneo, causando un cuadro tóxico muy variado que puede afectar diversos órganos y sistemas, llegando incluso a producir la muerte de la persona. Esto, sustentado en la NOM-033-SSA2-2002 publicada en el Diario Oficial de la Federación, en septiembre de 2003, para la vigilancia, prevención y control de la intoxicación por picadura de alacrán.
La aplicación del medicamento en los primeros momentos garantiza un pronóstico cercano al cien por ciento de supervivencia; por ello, es de vital importancia que la Secretaría de Salud de Jalisco atienda esta problemática a la brevedad, ya que es el segundo estado a nivel nacional que registra el mayor número de casos, al reportarse alrededor de 50 mil por año y detectarse la presencia de 14 especies de alacranes, convirtiéndose en un problema de salud pública.
Es necesario asegurar que todas las unidades de salud, en regiones de alta incidencia de picadura del artrópodo, cuenten con el antídoto suficiente para su tratamiento.
En un punto de acuerdo presentado en la Comisión Permanente, Cárdenas Mariscal aseguró que la incidencia de picadura se incrementa en tiempos de calor y la mayoría ocurre durante la noche, debido a que los alacranes son depredadores nocturnos.
La importancia de la intoxicación por el veneno radica en la magnitud de los daños que produce al organismo y, por supuesto, en el riesgo de causar la muerte si no se atiende con la debida prontitud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que anualmente en México ocurren entre 700 y mil 400 muertes por picadura de alacrán, sobre todo, porque en el país habitan alrededor de 23 géneros y 221 especies distintas de alacranes, ocho muy peligrosas debido a la toxicidad de su veneno.
La más común es la Centruroides Elegans, cuya talla media es de 7 a 9 centímetros de longitud corporal, coloración amarillo claro y se localiza, en el 30.3 por ciento del territorio nacional, explicó.
Algunos factores de riesgo son: vivir en zonas endémicas de alacranismo y condiciones de la vivienda que favorezcan su proliferación, por tener material acumulado en desuso, como ladrillos, tejas, cartón y madera, principalmente.
Los síntomas más comunes por picadura de alacrán son: dolor intenso en el sitio del piquete, hinchazón o enrojecimiento de la zona, pérdida de sensibilidad en la región afectada. En casos de mayor gravedad, se sufre dolor de cuerpo, escurrimiento nasal, sensación de cuerpo extraño en la garganta, fiebre, cambios en la frecuencia cardiaca, dificultad para respirar, náuseas, vómitos y en casos de peligro máximo hasta convulsiones o paro cardiaco.
Las manifestaciones clínicas son elementos fundamentales para la clasificación de la intoxicación por la picadura de este artrópodo; por ello, el éxito de un tratamiento adecuado depende, en gran medida, del tiempo transcurrido entre la picadura y el inicio del tratamiento médico, en general, las dos primeras horas son decisivas para salvar la vida de una persona que ha sido atacada por un alacrán de especie peligrosa.
Los grupos más vulnerables son niñas y niños, con un peso menor a diez kilogramos, seguido por adultos mayores y mujeres embarazadas.
La mayoría de estos alacranes se encuentra en la vertiente del Océano Pacífico, afectando principalmente a Jalisco, Morelos, Guerrero, Nayarit, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Durango, Oaxaca y el Estado de México, que registran también la mayor mortalidad por esa causa.
Ante ello, Cárdenas Mariscal urgió a que se asegure el suministro oportuno y suficiente de medicamentos antiveneno contra la picadura de alacrán en las todas las unidades de salud de esas entidades, particularmente en los municipios de Colotlán, La Barca, Tamazula, Ciudad Guzmán, Autlán de Navarro, Ameca, Puerto Vallarta, Mezquitic y Tomatlán, Jalisco, los más afectados de acuerdo a la Secretaria de Salud jalisciense, registrados a diciembre de 2016.
El medicamento para atender la intoxicación por ese veneno es el faboterápico polivalente, altamente efectivo y se aplica, preferentemente de forma intravenosa; sin embargo, no todas las unidades de salud ubicadas en los municipios de las entidades que registran la mayor incidencia de este fenómeno cuentan con dicho antídoto.