18 de November de 2024
Vota por quien quieras, pero no fastidies a nadie
Opinión Principal

Vota por quien quieras, pero no fastidies a nadie

Abr 16, 2018

Análisis a Fondo

Francisco Gómez Maza

  • Nadie da lo que no tiene…
  • Lo único que muestras es el cobre

La guerra sucia dice mucho de la calidad de los candidatos a la presidencia de la república, Y en esta campaña, la seriedad brilla por su ausencia. Se impone la verbosidad corriente, el insulto de cargador de mercado de barrio. Sólo faltan las mentadas de madre como las que se escuchan ni ton ni son por las calles de las ciudades entre automovilistas sin ninguna educción.

José Antonio Meade, el panista candidato de PRI, es el más ramplón y el señor de las firmas falsas, alias El Bronco, no se queda atrás. Se libran Ricardo Anaya y Manuel López Obrador se libran.

Me estoy acordando de una historia quizá ocurrida en la frontera entre Alemania y Suiza, en tiempos de la segunda guerra. Los alemanes estaban tan enojados con los suizos por su colaboración con los defensores de los derechos de los judíos que una vez fueron a dejarles en la mera frontera, del lado suizo, un montón de heces de animales y de humanos y toda suerte de objetos que insultaban la sensibilidad de los alpinos. Pues en lugar de enojarse los suizos cogieron los mejores quesos y otros productos lácteos de los mejores del mundo, e hicieron lo mismo que los alemanes, pero en el lado alemán de su frontera. Los suizos colocaron un letrero que decía: Todo el mundo da lo que tiene… Obvia la lección.

Pero eso no pasa en la guerra sucia entre los candidatos a la presidencia de México. Parecen muchachitos malcriados, escolapios que cada semana obtienen notar rojas en la cartilla de calificaciones por muy malas conductas, particularmente el panista defendido por el partido de Peña Nieto. Pero no se quedan atrás ni López Obrador, ni Anaya Cortés, ni la señora de Calderón, ni el apodado El Bronco.

Todos los días es lo mismo, Meade con sus ataques a López Obrador y a Anaya ya cansa a los ciudadanos. Mejor sería que se preocupara porque no lo vaya a alcanzar Margarita Zavala y lo desplace del tercer sitio. Sería el colmo. Ya en el tercer lugar debería de haber abandonado la campaña, a no ser que el gobierno y el pri estén preparando un mega fraude para posicionar al panista, representante del tricolor, en el primer lugar, lo que no tendría calificativo. Ya el pueblo mexicano no está para aquellos fraudes impresionantes, a los que lo tenía acostumbrado la dictadura perfecta del pri y el pri mismo, usando millones de pesos del erario para comprar votos entre los hambrientos, como ocurrió en las elecciones de 2012 cuando, a golpe de dinero, de monederos electrónicos y de tarjetas de débito se agandalló Peña Nieto la silla presidencial. Eso ya no se puede. La gente, y perdón por la palabra, está muy encabronada como para vender su voto.

Entonces, sería mejor cambiar las estrategias de la contienda. Están luchando seres humanos por una supuesta representación nacional. No veo la razón para usar expresiones insultativas entre ellos. Lo único que muestran es que la educación que recibieron es aquella “de pie de banco”, como decían mis viejitos de hace 60 años en mi aldea, en mi datcha chiapaneca. O sea una mala educación de esas que ofrecen en el INAP o en la Anáhuac, o en las escuelas del Opus Dei.

Pero bueno. Nadie da lo que no tiene. O sólo da lo que tiene. Que pobreza espiritual; qué pobreza cultural; qué pobreza intelectual la de los candidatos, sobre todo las de Meade y eso que dicen que fue un estudiante de polendas. No se le ve. Más bien, si el dirigente del partido que lo cobija se parece a Clavillazo, él se parece al Pirruris.

Pero no lo dejemos ahí.

Si no te gusta el sexo, no tengas sexo.

Si no te gusta la pornografía, no veas pornografía

Si no te gusta dios, no creas en dios.

Si no te gusta el matrimonio, no te cases.

Si no te gusta el alcohol, no bebas alcohol.

Si no te gusta la cocaína, no consumas cocaína…

Si no te gusta AMLO, no votes por AMLO.

Si no te gusta Anaya, no votes por Anaya.

Si no te gusta Meade, no votes por Meade.

Tan sencillo. Vota, pero no enchinches a los demás para que voten por tu candidato.

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