Xóchitl y la Excalibur
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Es cosa de horas para que la senadora Xóchitl Gálvez termine de deshojar la margarita y anuncie si en definitiva continuará su camino por la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, o en todo caso opta por intentar convertirse en la abanderada presidencial de la alianza Va por México, que precisamente este lunes dará a conocer a detalle su método de selección.
Precisamente Xóchitl dijo que va a esperar al anuncio de los dirigentes del PAN, PRI y PRD sobre el método de selección de su candidato, pero lo más importante para ella, es que si se va a garantizar o no cancha pareja para todos los aspirantes.
Para ilustrar el potencial que tiene la eventual candidatura presidencial de Xóchitl, puede hacerse una alegoría con la leyenda del rey Arturo y la Excalibur. Hasta hoy, al menos 14 políticos han señalado su deseo de competir para abanderar a la oposición en 2024 y ninguno ha logrado atraer. Todos han intentado arrancar la mágica espada “Excalibbur” de la roca al lado de una capilla en Londres y nadie ha podido extraerla. No les toca. Pero de pronto, pasó Xóchitl, tocó la roca y solita se abrió para liberar la espada para que pudiera empuñarla y llevar consigo esa arma legendaria a la que le atribuyen poderes mágicos.
En esas anda Xóchitl. Y ya agarró como bandera para iniciar su proselitismo el tema por el cual ha desafiado como nadie más al presidente Andrés Manuel López Obrador: exigirle le conceda su derecho réplica en la mañanera, a grado tal que ya le ganó un juicio de amparo cuya sentencia impugnó la Presidencia y será hacia finales de septiembre o principios de octubre cuando una sala de Tribunal Colegiado de Circuito resuelva en definitiva lo que parece inminente: que le debe conceder la réplica. Precisamente, Xóchitl ofreció el sábado una conferencia intitulada “Derecho de Réplica”, en la que ha señalado que se va a enfrentar a un gobierno autoritario.
La paradoja para AMLO es que él mismo delineó el perfil de quien debe encabezar la candidatura presidencial de la oposición, aunque de manera involuntaria y con una descripción a la inversa. Durante más de cuatro años y medio se la ha pasado diciendo en sus mañaneras que los de la derecha, que los conservadores, que la oposición son unos fifis, clasistas, racistas, autoritarios.
Y resulta que Xóchitl, acaso hoy la más firme aspirante de la oposición es todo lo contrario. Su origen es el pueblo de Tepatepec en Hidalgo, donde tuvo una infancia y juventud muy precarias. Pudo estudiar porque trabajaba por las tardes vendiendo gelatinas. De ascendencia indígena otomí, terminó una ingeniería en la UNAM y luego se hizo empresaria exitosa por méritos propios.
Contrasta con tres de los aspirantes de Morena, que podrían más encuadrar en otro carril. Marcelo Ebrard, siempre sabido de gustos burgueses; Adán López ya hasta se exhibió hace unos días que porta un reloj cuyo valor es casi de 1 millón de pesos, o Claudia Sheinbaum cuya infancia y parte de su juventud fue en la exclusiva zona de Echegaray-Satélite, en Naucalpan, a quienes apodaban los “satelucos”, como una expresión despectiva de “riquillos”, esa palabra que tanto usan de manera despectiva líderes de Morena. Para los estándares de AMLO, Xóchitl posee un perfil más de la candidata que quisiera para Morena, con lo que podría rebasar a López Obrador por la izquierda.
La lógica indica que, con la Excalibur, Xóchitl conseguirá con facilidad muchas más que las 150 mil firmas necesarias para respaldar su aspiración. Lo veremos.