¿Cómo afecta a los niños un divorcio violento de sus papás?
Según datos de la clínica del organismo, ocho de 10 parejas con hijos y que viven un proceso de divorcio presentan índices de agresión muy altos; en casi todos los casos, los hijos se siente responsables de tal separación y cuatro de cada de papás o mamás los utilizan para agredir a su contraparte.
Algunas de las consecuencias que padecen los niños son:
Malas calificaciones. La energía que deben dirigir al aprendizaje no está libre porque están enfocados en el divorcio y pleitos de sus papás.
Se vuelven más agresivos hacia sí mismos y hacia sus compañeros. Toda la agresión que viven en su casa la canalizan de forma autodestructiva o bien comienzan a hacer bullying o a ser agredidos.
Siempre están muy enojados o retraídos. Se polarizan sus emociones, no son estables.
Desconfianza de las figuras de autoridad: le temen o retan a sus maestros.
Conflicto de lealtades. Viven entre la espada y la pared – si papá y mamá hablan mal de ellos con el hijo, éste no sabe qué papel jugar.
Profundo sentimiento de desesperanza. Si las personas que más amas se destruyen y lo agreden, ¿qué se puede esperar de los demás?
Se vuelven niños invisibles para sus padres. Hacen todo por ser vistos: se vuelven berrinchudos, desafiantes y a veces ingobernables.
Creen que tienen que resolver los problemas de sus papás. Son niños y no logran entender que no es su responsabilidad.
Se sienten culpables. Creen que ellos son los causantes no sólo de la separación sino de la agresión entre sus padres.
A largo plazo podrían guardar mucho resentimiento a sus padres y les puede costar trabajo entablar relaciones de pareja o amistosas porque no tienen confianza en los demás.
«Es fundamental que acudan a terapia psicológica. El objetivo es deslindar al niño del conflicto, lo cual puede lograrse rápidamente. Lo más complicado es que los padres tomen conciencia del daño que le están haciendo a sus hijos y que comprendan que se divorcian de su pareja pero no de sus hijos.», concluyó la Dra. Claudia Sotelo Arias.