Ciudad de México 20 Abril (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-Mario Vergara camina sin descanso por la región norte de Guerrero. Cargando pala, pico, machete, cuerdas, guantes, binoculares, brújula, sombrero y botas, persigue el mismo sueño que tantas personas en México: encontrar a su hermano Tomás, desaparecido el 5 de julio de 2012.
Ese día celebraban el cumpleaños de su hermana en el municipio guerrerense de Huitzuco. Tomás tenía que estar en la comida, jamás llegó, jamás han vuelto a saber nada de él.
En aquel entonces recibieron llamadas de sus presuntos secuestradores que pedían 300 mil pesos por su liberación. “Yo sólo busco a mi hermano, y esto me ha hecho relacionarme con más personas, con colectivos, con brigadas, yo llamo a mi colectivo: Buscando a Tomy”.
Resignado, sólo quiere encontrar el cuerpo de Tomás, pues afirma: “Buscar vivos es enfrentarme a la delincuencia y me van a matar más rápido, si al buscar muertos ya estoy amenazado, no quiero ni pensarlo”.
Tras lo ocurrido con los estudiantes normalistas en 2014, dijo que muchas familias tuvieron esperanza, porque encontraron 30 restos calcinados. Eso los llevó a caminar a los campos de Iguala y sus alrededores, para recuperar más de 200 cuerpos y tres mil fragmentos o huesos en los cerros.
“Tenemos una cifra negra de más de cien mil desaparecidos, la última de la que habló el gobierno es de cuarenta y tantos mil, pero esto es porque la mayoría de las familias no se atreven a denunciar”, tienen miedo, puntualizó.
Así, desde hace siete años, Mario no cesa su búsqueda, no sólo en Guerrero, su calvario lo ha llevado también a Morelos, Veracruz, Sinaloa y Coahuila.
La asociación «Otros Desaparecidos de Iguala AC», subraya que las búsquedas no cesarán, ya que han localizado en los cerros de este municipio más de 171 cuerpos en los últimos cinco años.
De estos, 43 fueron entregados a familias de Iguala, en su mayoría, así como de Teloloapan, Huitzuco, Cocula y Acapulco.
Adriana Bahena Cruz, secretaria general de la asociación, dijo a Notimex que durante cinco años, los miembros del grupo han llevado al Servicio Médico Forense de la Ciudad de México muchos de los restos, los cuáles están a la espera de ser reclamados por sus familiares.
La última búsqueda se realizó hace dos semanas, la próxima será del 22 al 26 de abril y la siguiente hasta agosto, pues la temporada de lluvias obliga a los familiares a hacer una pausa.
La activista lamentó que hasta lo ocurrido a los 43 estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa iniciaron las búsquedas incesantes de muchas familias de Iguala, y en general del estado, quienes se acercaron para participar.
Adriana Bahena manifestó que a partir de este suceso, muchas familias que no habían sido visibilizadas por la autoridad de procuración de justicia, fueron tomadas en cuenta y escuchadas.
Aseguró que este problema “sigue creciendo, no sólo en el estado, a nivel nacional, se salió de control, ya no se puede seguir ocultando, eso fue lo que nos ayudó a exigir a la autoridad, somos en la asociación más de 500 familias que buscamos desaparecidos”.
Desde septiembre de 2018 trabajan en un proyecto para obtener perfiles genéticos de 751 cuerpos que hay en los servicios médicos forenses de Iguala, Acapulco y Chilpancingo.
Si bien le llena de satisfacción que algún familiar encuentre a sus seres queridos, le resulta triste no poder encontrar a su esposo Saulo Rodríguez Cruz, a quien no ha vuelto a escuchar desde el 7 de enero de 2011.
Nayarit: restos humanos quemados entre llantas
El colectivo “Familias Unidas por Nayarit”, surgió el 6 de agosto de 2017, porque en febrero de ese año se suscitaron una serie de desapariciones y ejecuciones en Tepic.
Como resultado de las búsquedas hechas en los últimos 21 meses, han encontrado cerca de 88 cuerpos en 16 fosas clandestinas en esta entidad, resaltó Santiago Pérez Becerra, representante y coordinador del grupo.
Precisó que el pasado 13 de abril ubicaron otra fosa, de la cual se han exhumado hasta el momento once cuerpos, por lo que hasta ahora y en total se han localizado 99 cuerpos, restos humanos u óseos.
“De hecho encontramos restos humanos quemados con llantas en San Luis de Lozada. Los otros hallazgos de las 16 fosas se han hecho en los municipios de Xalisco y San Blas, Nayarit”, subrayó.
Santiago Pérez fundó este colectivo luego de la desaparición de su hijo Santiago Pérez Reyes de 28 años, quien fue visto por última vez el 22 de junio de 2017, cuando salió de su trabajo a comer y a partir de ahí, ya no se supo jamás nada de él.
Ante esto, acudió a la Fiscalía General del Estado a hacer una denuncia y se encontró con que unas seis u ocho personas también reportaban la desaparición de sus hijos, por lo que formaron un grupo de chat en el que intercambiaban información para saber qué ocurría.
“Posteriormente nos dimos cuenta que ese mismo día 22 de junio desaparecieron más de 25 jóvenes”.
«La autoridad fue omisa y no hizo nada» -abundó- por lo que el 6 de agosto decidió conformar el colectivo Familias Unidas por Nayarit, al que se fueron agregando personas hasta sumar 126 familias nayaritas.
“En nuestra búsqueda nos hemos enfrentado a que el gobierno del estado normalmente nos dice que no tienen presupuesto, o personal, incluso que no hay capacidad para resolver la cuestión de las búsquedas y por lo tanto decidimos hacerlo por nuestros propios medios y recursos”.
El padre del joven de 28 años expresó que en la entidad también trabajan colectivos como «En búsqueda de la verdad y justicia», «Renacer por amor a ellos», «Por nuestros corazones», y «Guerreras en búsqueda de sus tesoros».
Los fines de semana acuerdan llevar a cabo las búsquedas, si localizan una fosa escarban hasta cerciorarse de que haya restos óseos o cuerpos, y hasta ahí llega su labor, ya que en caso de tener resultados positivos, llaman a la Fiscalía estatal para que acuda el C5 a hacer su trabajo.
Un trabajo que dicen, «ha sido olvidado por las autoridades».