Ciudad de México, 24 de Noviembre (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-La riqueza de sus sierras, manantiales, restos paleontológicos únicos en el mundo, la cultura de las tribus kikapú y negros mascogos, llevaron a esta localidad a obtener la máxima distinción en turismo, al convertirse en el séptimo municipio de Coahuila en ostentar la categoría de Pueblo Mágico.
Ubicado en el norte de Coahuila, en la llamada Región Carbonífera, Múzquiz se caracteriza por su vegetación de alta montaña al encontrarse en la Sierra Madre Oriental; cuenta, además ,con manantiales, 11 en total, y por sus tierras atraviesan los ríos San Juan Sabinas y Álamos, así como varios arroyos.
El pasado 11 de octubre, Múzquiz logró la máxima distinción en turismo, al convertirse en el séptimo Pueblo Mágico de Coahuila, categoría otorgada por la Secretaría de Turismo (Sectur) a las localidades que ostenten los atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad y magia que emanan en cada una de sus manifestaciones socio-culturales
Dentro de sus atractivos turísticos se encuentran la Comunidad del Nacimiento, principal asentamiento de la etnia denominada kikapú, que en 1850 llegó a México a consecuencia de su enfrentamiento con ingleses y estadunidenses.
Desde entonces, en un espacio de siete mil hectáreas de tierra fueron llamadas “El Nacimiento”, debido a su ubicación en el curso alto del río Sabinas.
De acuerdo con información de la Secretaría de Turismo de Coahuila (Sedetur), La principal actividad de esta etnia fue colaborar en el combate de las tribus apaches y comanches que en aquel momento histórico asolaban a los estados del norte de México.
Hoy en día es considerado un espacio único en el país, donde el tiempo y la modernización se detienen para dar paso a la preservación impecable de costumbres y raíces kikapúes.
Por otra parte, ubicada en la Sierra del Carmen y en una parte de la Sierra Madre Oriental, se encuentra Maderas del Carmen, reserva de la biósfera que alberga alrededor de 400 especies de pájaros y 70 especies de mamíferos, el cual, desde 1994, fue establecido como Área de Protección de Flora y Fauna.
Esta biosfera, de más de dos mil kilómetros cuadrados, destaca por la presencia de especies endémicas y en peligro de extinción, tales como el oso negro, el jabalí, el águila real, el castor y el puma.
También se encuentra el Parque La Cascada, donde se ubica el lugar conocido como “El Socavón”, donde un río caudaloso alimenta las albercas de este importante centro recreativo.
Múzquiz también tiene a la Parroquia de Santa Rosa de Lima, templo construido a base de piedra en 1939 en honor de La peruana Isabel Flores de Oliva, primera santa canonizada del continente americano quien recibió el nombre de Santa Rosa Lima.
En la calle Hidalgo, se encuentra el centro cultural más importante de la ciudad, el atractivo Museo Histórico de Múzquiz donde se exhiben colecciones paleontológicas y arqueológicas.
En su interior, según la dependencia estatal, pueden encontrarse objetos alusivos a la historia del municipio y espacios destinados al estudio de las etnias kikapú y mascogos.
También alberga gran cantidad de impactantes fotografías y documentos históricos, así como una interesante exposición de los minerales propios de la región.
Todo esto se enmarca en una peculiar construcción que revive la Época Porfirista y relata cientos de años de historia desde su creación.
Múzquiz ostenta un importante legado cultural de las tribus mascogo y de los indios kikapú, establecidos en este municipio y que ya forman parte de la historia de este municipio.
La historia de los grupos indígenas kikapús, los seminoles y los mascogos se remonta desde el siglo XIX cuando habitaron Estados Unidos de América y sufrieron persecuciones a lo largo de dos siglos.
El municipio de Múzquiz fue una localidad alejada de los blancos; las etnias perseguidas se vieron fortalecidas de la unión con esclavos negros que buscaban libertad.