El aumento de salario no se puede alcanzar con leyes o decretos, señalan especialistas en el Senado
· COPARMEX pide que ajuste se dé mediante acuerdo nacional
· Las Reformas Estructurales no establecieron objetivos claros para fortalecer el ingreso de las familias mexicanas
Ciudad de México, 16 de Agosto (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-Especialistas y economistas coincidieron en que es necesario cambiar el modelo de desarrollo económico para frenar el deterioro salarial de los mexicanos y fortalecer el mercado interno; y advirtieron que el aumento del ingreso no es algo que pueda alcanzarse simplemente con una ley o decreto.
En la mesa de análisis “Balance de las reformas estructurales en torno a los salarios”, organizado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado, destacaron que el poder adquisitivo de los salarios tiene que ver con la agenda de desarrollo y la economía política que la ha sustentado en los últimos años.
La ex presidenta de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), Norma Samaniego, aseveró que una mejora sustancial de los niveles de ingreso, particularmente del salario, no es algo que pueda alcanzarse simplemente con una ley o decreto.
“Es mucho más complejo, pues va estrechamente ligado al tipo y calidad del empleo que pueda generarse, a la economía, al nivel y complejidad de las ocupaciones, implica migrar hacia estructuras competitivas de mayor nivel agregado, articular los distintos instrumentos de política económica y social hacia este objetivo y reorientar el modelo de desarrollo”, precisó.
Dijo que no se trata de un objetivo fácil o inmediato y requiere articular muy distintos instrumentos de política para este fin: cuidar los equilibrios macroeconómicos para evitar efectos desestabilizadores o inflaciones que se pueden salir de control, como la vivida en los años 80 que tuvieron un altísimo costo social y desplome acelerado de los salarios e ingresos.
La académica de la UNAM expuso que en este nuevo modelo, el Estado requerirá recuperar su papel como moderador y árbitro, hacer efectivas las garantías constitucionales o mínimas para la población asalariada, promover un marco institucional adecuado para una libre negociación colectiva entre capital y trabajadores, y orientar el proceso de desarrollo hacia una más equilibrada distribución del ingreso.
Mencionó que el salario no fue un objetivo explícito de las Reformas Estructurales y únicamente fue entendido como un precio más y no se establecieron objetivos de política claros en torno a su fortalecimiento en el tiempo. El mantenimiento de los salarios por debajo de los niveles del pasado ha sido funcional para la estrategia económica de los últimos años, apuntó
Dijo que la caída en el nivel del salario tiene repercusiones en otros ámbitos como el crecimiento de la pobreza, incita a la población a la búsqueda de ingresos ilícitos en la criminalidad y en la violencia, además de que es uno de los principales incentivos de la migración de carácter económico.
Lorenzo Roel Hernández, presidente de la Comisión Laboral de COPARMEX, reconoció que el salario en México es de los más bajos de la región, pero pidió que se tenga “cuidado a la hora de determinar los ajustes, porque puede crear inflación y desempleo”.
Una de las preocupaciones del sector de los trabajadores –agregó– es que cuando los salarios suben por las escaleras los precios suben por el elevador.
Destacó que la COPARMEX ha estado impulsando el ajuste para llegar a la línea de bienestar que establece el Coneval y “la meta que buscamos no es nada más la canasta básica, sino una canasta ampliada”.
Aclaró que, por lo menos, la proyección para diciembre es que el salario mínimo se ubique en los 102 pesos diarios, que es la propuesta que ha hecho COPARMEX; no obstante, “con un plan no tan impulsivo, que sea en 2030 cuando las familias tengan el ingreso mínimo”.
Dijo que en el nuevo proyecto de nación se habla que ese objetivo se alcance dentro del sexenio, pero para eso se necesita un acuerdo nacional “no es simplemente de hacer señalamientos y ajustes sin sentido”
El representante patronal señaló que uno de los compromisos a los que tiene que llegar los tres sectores es que los ajustes sean acordados con varias condiciones, como que el sector obrero no pase como factura directa a las revisiones contractuales, ya que el aumento debe estar relacionado con las capacidades y competitividad de las empresas.
Confió en que en estos meses se inicie la discusión de este tema y se tomen las determinaciones y pidió que no se polarice; “dejemos esa responsabilidad al Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, quien es la que determina esos ajustes”.
Juan Carlos Moreno Brid, de la Facultad de Economía de la UNAM, afirmó que el modelo económico actual está agotado y explicó que la razón del deterioro salarial va más allá del mercado laboral, pues tiene que ver con la agenda de desarrollo elegida y la economía política que la sustenta.
Indicó que, en los últimos años, el Estado abdicó de rol como mediador en la pugna de la distribución funcional del ingreso y se puso, de manera implícita o explicita, del lado de la patronal y en contra de los salarios, además de que no atendió la desigualdad.
El académico dijo que en las últimas décadas el valor del salario en México no sólo no ha crecido, sino que ha caído en términos reales en comparación con algunos países de Latinoamérica; más de la mitad de la gente no gana ni tres salarios mínimos y sólo 37 por ciento de los ocupados tienen ingresos laborales por más de tres salarios mínimos, refirió.
Opinó que la solución al problema salarial requiere de una nueva agenda de desarrollo hacia la igualdad y crecimiento, que permita reactivar el mercado interno, como motor de la demanda agregada y aplicar una política industrial, que favorezca el alza de los ingresos de las familias mexicanas.
Para Raymundo Campos Vázquez, especialista del Colegio de México, es el momento para poder optimizar el salario mínimo y el Estado tiene herramientas para impulsar una política salarial que mejore los ingresos de la población mexicana.
Consideró que en los siguientes años se tendrá una discusión más abierta y menos ideológica en promover la recuperación de los salarios para alcanzar los niveles que tenía hace 30 años.