+Según Tirso Martínez Sánchez, alias ‘El Futbolista’, testigo en Nueva York
+Declaró en que ‘El Chapo’ realizó grandes inversiones en equipos de futbol en la Liga Mx
+Aún está fresco el caso de Rafael Márquez, acusado de lavado de dinero en EU
Ciudad de México, 12 de diciembre (BALÓN CUADRADO/JESÚS YAÑEZ).- Tirso ‘El Futbolista’ Martínez Sánchez, un distribuidor de cocaína en Estados Unidos para cárteles de droga mexicanos, puso otro clavo al ataúd de la Federación Mexicana de Futbol cadáver insepulto hace décadas. Detalló hoy en Nueva York las inversiones millonarias que realizó en equipos profesionales en el año 2006, de acuerdo con Notimex, agencia noticiosa del gobierno mexicano.
Desde principios de la década de los 90s, a la fecha, en las canchas del balompié nacional rueda el llamado narcobalón, al amparo del poder, y la laxitud de las autoridades locales –Procuraduría General de la República y la secretaría de Hacienda— e internacionales –como la misma FIFA–. Desde entonces existe una veintena de casos públicos relacionados con carteles de la droga mexicanos y colombianos.
El último fue del entonces futblista Rafael Márquez, capitán del Tri, acusado de Lavado de dinero en Estado Unidos. Según versiones periodísticas, 54 por ciento de los clubes profesionales han sido salpicados por los cárteles de la droga en territorio nacional.
Luego de liquidar a jugadores y empleados, Martínez logró una ganancia neta de cuatro millones de dólares por esa transacción.
Conocido entre otros apodos como El Futbolista, justamente por su afición a este deporte, Martínez dijo que logró obtener ingresos brutos por entre 40 y 50 millones de dólares por sus actividades en el tráfico de drogas tan sólo entre 2000 y 2003.
Martínez, quien de acuerdo con su propio testimonio trabajó para los cárteles de Sinaloa y de Ciudad de Juárez entre 1995 y el año 2003, era aficionado además a las peleas de gallos, donde llegó a apostar 100 mil dólares por pelea.
En total, perdió entre dos y tres millones de dólares en apuestas en gallos que realizaba en palenques en numerosas ciudades en México, de acuerdo con su testimonio.
Su fortuna le permitió adquirir un restaurante en Tijuana, cuatro negocios de venta de ropa, una avioneta, caballos, autos, así como una concesionaria de automóviles en Los Ángeles y un restaurante en el estado de Illinois.
“Me gasté todo el dinero en apuestas de gallos, caballos, propiedades, autos, casas, fiestas y mujeres”, declaró Martínez. Afirmó que sólo le quedan cinco activos, todos en México: una casa, un rancho y tres terrenos, con un valor de entre 2.5 y tres millones de dólares.
Arrestado en 2014 en México, Martínez fue extraditado un año después a Estados Unidos, donde se declaró culpable un año más tarde de delitos que podrían significarle una pena máxima de cadena perpetua y una mínima de 10 años de prisión.
Debido a que ha fungido como testigo que colabora con la fiscalía, Martínez, un hombre que asistió a la escuela hasta los 13 años de edad, podría recibir una condena reducida. Deberá también pagar una multa de dos millones de dólares.
El caso del Káiser Michoacano
En agosto de 2017, la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC, por sus siglas en inglés) incluyó a Rafael Márquez, futbolista mexicano –ahora en el retiro–, en la lista de individuos que actúan como prestanombres o testaferros del narco mexicano.
En el anuncio también se incluyó nueve empresas de Márquez, además de incluir al cantante Julión Álvarez y a tres de sus empresas, así como a más de 20 personas y empresas, en su mayoría del estado de Jalisco.
La Oficina indicó en un comunicado que también sancionó a 43 entidades en México, entre ellas un club de futbol –que no se supo cuál– y un casino