Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Manuel Velasco (Chelito para sus cercanos) sólo tiene el 1% de posibilidades de ser el relevo de Josefa González Blanco en la Secretaría del Medio Ambiente. Obvio decir que el 99% de las probabilidades es que no lo será.
Velasco está congelado en los ánimos de Palacio Nacional.
Dos son los hechos que mandaron a la congeladora al nieto del que fuera gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Suárez, gracias al cual hubo una etapa de gran cercanía con el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador.
La primera, el regalo envenenado chiapaneco que, de manera mal calculada por Velasco, alcanzó el daño hasta el entonces presidente electo, López Obrador. La historia la publiqué en mi columna Palacio Nacional del 20 de diciembre
El miércoles 3 de octubre, por las redes sociales comenzó a circular una edición muy rara de la revista ¡Hola!, con el titular principal: “La boda de César Yáñez y Dulce Silva”. Por supuesto la foto de los novios, pero en la parte superior izquierda, la de López Obrador, con su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, a quienes llamaron “testigos de honor”.
La publicación fue inaudita no sólo por el volumen de páginas, sólo 16, sino también porque comenzaron a moverla más allá del tráfico orgánico con gran fuerza, así como en Whatsapp, desde un día antes de que saliera su edición en papel, lo que suele ocurrir los jueves.
Esa publicación desató las más severas críticas contra López Obrador y Yáñez, hoy coordinador Política y Gobierno de la Presidencia. Entre lo menos fuerte, se le llamó la “boda fifi”. Incluso se le acusó de haber “vendido” la exclusiva a esa revista del corazón, o “haber pagado” por la publicación.
Ahora se sabe, tal pago por la publicación sí existió. Corrió a cargo de tal destacado político chiapaneco, quien había dejado la gubernatura de la entidad el 8 de diciembre. Pude confirmar que nadie les pidió el regalo, que fue a iniciativa de Chelito.
¿Entonces por qué lo hizo? Se descarta la posibilidad del oficioso queda bien, con pésimo cálculo político.
Lo que queda es el escenario del golpe político: querían tumbar a Yáñez y quedarse con esa posición, la más cercana e influyente entorno a López Obrador.
Para esos días de la boda, ya rondaba por ahí en las giras un colaborador de ese político chiapaneco, pero cuya suerte ya se había resuelto antes de la boda: AMLO decidió alejarlo de sí y desplazarlo al Gabinete, a Protección Civil.
Calcularon que el golpe político. Se les pasó la mano porque le pegó durísimo a López Obrador y por supuesto a Yáñez, quien es casi un hijo para el presidente.
La frialdad hacia Velasco se pudo constatar en la toma de protesta de Adán Augusto López Hernández, el 31 de diciembre: lo mandaron a sentarse a la tercera fila, en una orilla, lejos de los protagonistas.
La otra razón del congelamiento de Velasco fue por la información que entregó al presidente su sucesor en la gubernatura de Chiapas, Rutilio Escandón. Me cuentan que Javier Duarte es un niño de pecho frente al Chelito.
Por todo lo anterior, incluso, el presidente López Obrador le mandó señales claras a Velasco de que tampoco debería regresar a su escaño en el Senado. Y ni eso ha podido.
