Ciudad de México a 11 de Mayo (MENSAJE POLÍTICO/CÍRCULO DIGITAL).-«El movimiento #YoSoy132 no está en el pasado, está en este presente todavía actuando en las dos partes de la confrontación social», aseguró el Mtro. David Fernández Dávalos, S. J., Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, a seis años de la visita de Enrique Peña Nieto que derivó en el nacimiento del movimiento estudiantil de 2012.
Durante una entrevista con Carmen Aristegui, el Padre Fernández Dávalos reflexionó sobre el papel de la IBERO en este 2018, a partir del histórico 11 de mayo de 2012, y afirmó: “La Universidad está siendo testigo de una nueva efervescencia estudiantil, de unas ganas enormes de participar, de una claridad política respecto con lo que está ocurriendo en el país, que tiene como antecedentes el #YoSoy132. Veo que hay una continuidad en el ánimo crítico, participativo, democrático, radical de los jóvenes hoy”.
El histórico 11 de mayo de 2012
El 11 de mayo de 2012, el entonces candidato presidencial del PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, visitaba la IBERO para dar a conocer su plataforma política y sus planes para gobernar México, en el marco del foro ‘Buen Ciudadano IBERO’, lo que consiguió meses después al convertirse en presidente de la República.
Fue una jornada difícil: estudiantes de diferentes carreras lo increparon, confrontaron sus propuestas y le recriminaron su cercanía con los medios. Esos universitarios, que darían paso al movimiento Más de 131 —posteriormente, #YoSoy132—, pedían la democratización de los medios y su protesta inédita dio la vuelta al país.
Este movimiento se caracterizó por las dos formas de protestas que emprendió de manera simultánea: una presencia y otra virtual, afirmó en su tesis de Maestría en Historia Federico Morales Sierra, quien hizo un análisis sobre la trascendencia del #YoSoy132 en el contexto político de las elecciones de 2012.
A partir de la primera, surgió el movimiento Más de 131, conformada por estudiantes de la IBERO, como respuesta a las acusaciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de que no eran estudiantes de nuestra Universidad, lo que derivó en un video de apoyo donde mostraron las credenciales que los acreditaban como integrantes de nuestra comunidad universitaria.
La segunda fase, recuerda Morales Sierra en su tesis, se constituyó a partir de la organización conformada por una alianza entre universidades públicas y privadas de todo el país bajo la denominación #YoSoy132, que formuló el movimiento estudiantil, con un pliego petitorio de demandas sociales que consiguió en corto tiempo «cuatro de sus demandas: la transmisión masiva del segundo debate presidencial, la creación de un tercer debate, participación de sus integrantes como observadores electorales y la apertura informativa de ciertos medios de comunicación».
En este análisis académico, se destacó la horizontalidad de la toma de decisiones, «con una estructura organizativa caracterizada por la ausencia de líderes visibles». Sobre el ocaso, el autor refirió que se debió al desgaste gradual de las infiltraciones de los principales partidos políticos, hasta ser cooptado el 1 de diciembre de 2012, durante la toma de protesta de Peña Nieto como presidente, «exponiéndolo como un grupo violento».
La fase virtual fue fundamental para la consolidación del movimiento estudiantil, pues desde las plataformas se criticó al poder, a los medios afines al mismo y la organización y evolución de la plataforma de acción; frente a los equipos digitales orquestados por los equipos de campaña de cada uno de los candidatos. Incluso, fueron la base para las tres marchas realizadas en la Ciudad de México y las celebradas posteriormente en los diferentes estados del país.
Otro de los momentos cumbre fue el tercer debate presidencial, organizado por #YoSoy132, el 19 de junio de 2012, al que asistieron tres de los cuatro aspirantes a ocupar el Ejecutivo federal. Enrique Peña Nieto declinó la invitación al considerar que la declaración hecha por el movimiento de ser ‘antipeñista’ no daba condiciones de equidad en su participación en el #Debate132.
No hay que encasillar a los estudiantes de la IBERO
A seis años de distancia de este hecho y reflexionando sobre el papel de los estudiantes en las elecciones del 1 de julio de 2018, el Dr. Enrique Gutiérrez Márquez, director del Departmento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO, pidió que no se encasille al alumnado de esta casa de estudios y no se les exija repetir un movimiento que fue espontáneo, genuino y evidenció muchos problemas del sistema político.
“La valía que tuvo este movimiento es que fue una organización de abajo hacia arriba, alumnos de distintas carreras que decidieron hacer cosas, se organizaron, que es un poco como surgen los movimientos sociales”.
Manifestó que lo relevante sería que participen en foros de discusión, seminarios, conferencias, centros de análisis para discutir las propuestas, y “si tenemos la fortuna de que vengan los candidatos y el propio formato lo permite, increparlos y cuestionarlos con mucho respeto y con seriedad que marca el ámbito institucional, pero que se pueda cuestionar. Que planteen problemáticas concretas y obtengan respuestas concretas, porque eso es lo que podemos hacer desde las universidades y generar estos ámbitos de debate y espacios de discusión”.
Cabe destacar que para el proceso electoral de 2018, la IBERO convocó a la candidata y los cuatro candidatos a la Presidencia de la República a presentar sus propuestas políticas frente a la comunidad universitaria, invitación que aceptaron y ahora se les pide concreten en fecha y hora para tener un espacio de diálogo abierto en nuestro campus.
En ese sentido, el académico agregó que es vital tener estudiantes con voz crítica y activa en la Universidad y fuera de ella, en sus centros de trabajo o lugares de incidencia para “que participen, se involucren, interesen, y que sean activos y críticos frente a lo que se les presenta, no decirles que voten por uno o por otro, que ejerzan su derecho.
“Después ir buscando estos mecanismos de participación que no se quede sólo en el voto, sino en la incidencia en ciertos temas, que están ahí y en los que hay mucho que hacer, como temas de corrupción, rendición de cuentas, entre otros”, en los que la IBERO, como institución de pertinencia e incidencia social, siempre ha pugnado por atender, analizar y dar propuestas viables para solucionarlos.