Índice Político
Francisco Rodríguez
Hace tiempo que la aristocracia pripanista se pasó de la raya. Los últimos años ha sido de el saqueo y la desvergüenza. Tribunales corruptos, absurdas cargas impositivas, rapiña generalizada y un ejercicio cruel de la represión contra los humildes, los adversarios y la población abierta pesan demasiado sobre la sociedad.
El antiguo régimen, ya en plena agonía, hace lo que todos los sistemas en decadencia: coquetea con lo nuevo, juega con frases explosivas y se manifiesta progresista porque esto es moderno y está de moda. Las nuevas reglas transcurren en varias fases: se exige honradez y trasparencia, se recortan privilegios y se señala a los culpables del desastre. Se piensa en proyectos de gran visión.
No es la primera vez que el país enfrenta su parteaguas. En la búsqueda del decoro se dan espectáculos chuscos. Como aquél que sucedió en la convulsa XXVI Legislatura, encarcelada por Victoriano Huerta por no ser demasiado sumisa a los acontecimientos de la Decena Trágica que reportaron las muertes de Madero y Pino Suárez.
Luis Cabrera redefinió el sentido de lo jurídico cuando al denunciar a unos diputados de saqueadores éstos le pidieron pruebas, el representante de Zacatlán replicó: “los acuso de ladrones, no de pendejos”. Poco después, al pedir la renuncia a un miembro de su gabinete acusado de corrupto, Álvaro Obregón tuvo que contestarle lo mismo.
Además de todo, carecen de vergüenza
Claudia Ruiz Massieu Salinas de Gortari vuelve a caer en el error. Dice que los priístas deberán hacer una profunda reflexión para llegar a saber por qué el pueblo les retiró su confianza, pues se trata de refundar a su partido. Todo mundo sabe la respuesta. Fueron defenestrados por saqueadores e impúdicos. No hay otra explicación. No hace falta que se devanen los sesos, ni que vuelvan a gritar: ¡Al ladrón! ¡Al ladrón!
Rosario Robles rechaza la corrupción encabezada por ella. Pide pruebas. Se arriesga a recibir la misma dosis. El descaro, antes que la moralidad. Afortunadamente han caído en las manos del pueblo, y éste nunca se equivoca. Se ríen de los modos y maneras que en las cámaras toma la nueva representación, los acusan de ignorantes, de improvisados, hasta de lo que comen.
Es lo que hay. Finalmente es lo que somos. Representan el verdadero rostro de la miseria y la desesperación. La gente está cansada de los pripanistas que abusaron de su condición, que precipitaron los acontecimientos al grado de pedir cabezas, urgente y llanamente. Sólo falta que Ruiz Esparza pida peritajes del socavón, que Emilio Lozoya exija el recibo de los diez millones de dólares del soborno de Odebrecht.
Que Videgaray reclame el documento firmado para ceder la soberanía mexicana ante el gobierno de Trump, o la copia de los pagarés extendidos por los prestanombres del Imperio para obtener los contratos petrolíferos que remataron nuestro territorio. Se les acusa de rateros, no de pendejos. Aunque sobrarían argumentos para completar este expediente.
Justicia mocha por los muchos moche$
Los miembros de las judicaturas federales, chiqueados del sistemita, ponen el grito en el cielo porque el Senado exige recortarles salarios, rentas escandalosas de edificios lujosos, prebendas, privilegios inmerecidos. Percepciones nominales que exceden el sentido común, que rayan en el paroxismo de cualquier paraíso judicial.
Se desgarran las vestiduras porque se resisten a perder sus camionetas de importación, blindadas contra los riesgos de impartir la justicia, usted sabe, las listas interminables de asesores, favoritos y mendicantes. Los seguros de gastos médicos mayores, carísimos y desechables. El estatus de mandarines, las pompas del boato.
Aunque todo el mundo sepa que se han llevado entre las patas a los reclamantes de justicia real y expedita. Aunque todo mundo sepa que ministros, magistrados, jueces y fiscales han integrado un escalofriante patrimonio logrado a base de moche$, chantajes y sobornos para justificar las sentencias chafas. Para venderlas al mejor postor.
Aunque todo mundo sepa que llegaron a sentarse a esos sillones mullidos gracias a las recomendaciones de indeseables, nunca por méritos propios, en la gran mayoría de los casos. Podrá haber excepciones, pero¿ dónde estaba el que tenía la autoridad moral para juzgar las prendas académicas y laborales de los pretendientes al cargo?
Ministros, magistrados, fiscales y jueces sumidos en el pantano de la corrupción de las judicaturas son hoy quienes se resisten a acatar la voz de las Cámaras. Para eso siguen utilizando a los paniaguados de la pluma y del micrófono que sienten que van a perder también sus privilegios y sus entres. Es una pelea perdida. Por ahí no se llega a ningún lado.
Rosario Robles y el descaro absoluto
El elemental sentido común de la gente que hace que realmente funcione el país, no puede aceptar que para ganar un salario mensual como el de estos sujetos tendría que ahorrar casi toda una vida. Ya no digamos para obtener una comisión como las que resultan cada momento de los embutes de los del círculo dorado de Peña Nieto, éste inefable incluido.
A un sujeto desconocido que cargaba cilindros de gas le llegó un moche dirigido por los gañanes de la “estafa maestra”, equivalente a 400 millones de pesos. De ese tamaño ha sido el despiporre de Rosario Robles y compañía. ¡Y todavía exigen pruebas! No niegan haber estado involucrados. Ellos quieren la enchilada completa.
Y Emilio Álvarez Icaza, uno de los hígados emblemáticos, alega su independencia senatorial porque un millón setecientos mil electores votaron por su figura, sólo por su personita. ¿Cuántos hubieran realmente votado por él, si no lo hubieran postulado los partidos del Frente por México en esta capital? Nadie. El descaro es absoluto.
México funciona por nosotros, no por ellos
Las personas gracias a las que funciona México no son los impresentables cobrones de la altísima burocracia, que reciben estipendios dorados, aunque digan que sin ellos naufragaremos. México funciona gracias a los obreros que luchan por el transporte en las madrugadas, por los que hacen…
… la limpieza y los alimentos, por los campesinos al borde del hambre, por los que tienen que dejar a sus hijos en manos ajenas para cumplir con sus modestos trabajos, por los que hoy se atreven a levantar la voz para exigir con justicia la llegada de la equidad tan esperada. No funciona por los que sangran el presupuesto sin recato, por los que cobran por monitorear el trabajo de los demás, abajo de su pirámide de provechos.
México ha funcionado en el entorno de la desigualdad profunda y aberrante. Gracias al esfuerzo de sus mejores hijos. Y afortunadamente es un país repleto de talentos que están decididos a dar su esfuerzo con menores estipendios y seguro con mejores resultados, más limpios, más leales a la Nación.
Hay legiones para librar la batalla por México
Los supuestos expertos ubicados en la punta de la pirámide burocrática son los principales causantes de todo el agravio. Utilizaron sus conocimientos y sus posiciones de ventaja para exprimir al país, se han reído de la desgracia y todavía amenazan con que su ausencia será la puntilla para el desarrollo nacional. ¡Es el colmo!
Hay legiones de personas equipadas intelectualmente para librar las nuevas batallas de México. De eso no cabe una sola duda. Aunque los loros de la prensa escrita, radiofónica y televisiva se desgañiten asustando con el petate del muerto. Simplemente los perfumados de la burocracia y de las judicaturas ¡no pasarán!
Es cosa juzgada. La enorme mayoría de los mexicanos así lo ha decidido. No puede taparse el sol con un dedo.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: En alguna de sus muchas recientes entrevistas de autopromoción, Enrique Peña Nieto dijo que la candidatura priísta del ciudadano José Antonio Meade “no funcionó”. En el programa Reporte 10 que se transmite por la redes sociales a través de MXNTelevisión tuvo ya la respuesta. José Ramón Martell, asesor político del candidato y amigo suyo cercanísimo, dijo apenas que “fue el PRI el que no funcionó”. Sucedió que el otrora invencible partido carecía de delegados en muchas entidades, mientras que en otras ni siquiera se habían renovado las dirigencias estatales, el “cuarto de guerra” fue rebautizado como el “cuarto de focas” pues aplaudían todos sus errores. Un examen autocrítico que hacía falta en lo que queda del partido tricolor. + + + Malas noticias para los juarenses. La reelección de Armando Cabada como alcalde del que fuera Paso del Norte –merced a una decisión del Tribunal Electoral, no porque haya ganado en las urnas– significará más violencia, más muertes, más atracos y más secuestros. Ciudad Juárez es uno de esos varios puntos geográficos del país en donde existen sospechas de que las autoridades políticas “han vendido la plaza” no una, sino dos y hasta tres veces, por lo que los distintos cárteles se enfrentan sin clemencia para la población civil. + + + Sobre la colaboración anterior, Vacío político en el país y en la UNAM. No se llena con spots, escribe Rosario Reign: “Obviamente que estos últimos gobiernos priistas panista verdista perredistas son muy cínicos, no hubo gobernanza, solo miles y miles de muertos, heridos en el país, que más que refleja un país en guerra, masacre, robos inconmensurablemente cuantiosos a las arcas públicas, genocidios latrocinios abuso de poder extorsiones homicidios, ‘estafa maestra’ ahí está involucrada la hiena venenosa de Rosario Robles de c de Ahumada y Enrique Peña Nieto y su pandilla de asaltantes. Estamos muy a tiempo de llevarlos a juicio político y penal. Ni perdón mucho menos olvido.”
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