Ciudad de México a 29 de Abril (JUAN R. HERNÁNDEZ/CÍRCULO DIGITAL).-El vicecoordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano Grijalva convocó a la juventud mexicana a no dejarse vencer por el desánimo y ser parte del cambio que el país demanda ante las actuales circunstancias que marcan el fin del régimen presidencialista, sin decisiones unipersonales, y encaminar a México hacia un esquema de suma de voluntades donde las soluciones sean tomadas de manera colectiva, con contrapesos y rendición de cuentas a las y los mexicanos.
Ante jóvenes veracruzanos egresados de la carrera de Derecho invitados al Palacio Legislativo de San Lázaro por el diputado Julio Saldaña Morán; Zambrano Grijalva les exhortó a no dejarse vencer por el desánimo y señaló que –como nuevos profesionistas y como ciudadanos- tienen en sus manos la transformación de un país que no ha crecido por décadas; que concentra a casi la mitad de su población en condiciones de pobreza y marginalidad que están derivando en problemas serios de desnutrición que limitará el desarrollo de sus capacidades; pero además, inmerso en la violencia y la corrupción. Sin embargo –aseguró- se abre la posibilidad de propiciar la transformación mediante un gobierno de coalición inédito, y ser vigilado por la sociedad civil.
Ante las y los nuevos abogados egresados de la Universidad Cristóbal Colón del Estado de Veracruz, Zambrano comparó las condiciones actuales y los cambios que se han dado a lo largo de medio siglo en México, cuando ser de izquierda y pintar bardas o repartir volantes en el gobierno de un solo partido (el PRI) era vivir en la clandestinidad porque eran delitos que ameritaban desde “golpes y porrazos” de la policía, hasta la cárcel, la desaparición, o la muerte.
“Eran tiempos en los que la rebeldía llegó a transformarse en grupos armados, guerrillas urbanas y rurales que se negaban a aceptar esas condiciones y yo fui uno de quienes nos alzamos en armas, nos agrupamos”. No obstante, “al paso de los años entendimos que el de las armas no era el camino para lograr la transformación, hacer un país más justo, democrático y abierto en igualdad de condiciones para hombres y mujeres, y fuimos abriendo camino para que se fuera entendiendo ese México que enfrentaron los jóvenes del 68 y que terminó con la represión de más de mil personas en la Plaza de Tlatelolco como la respuesta del gobierno de entonces a quienes querían libertades políticas: La masacre conocida hoy por todo mundo”.
Hoy en día, refirió, existen la apertura y la libertad para decir: “Somos de izquierda y tenemos derecho a pensar y a actuar -dentro del marco de la ley- como queramos, organizarnos con quienes queramos… hoy cualquiera puede mentar su 10 de mayo al Presidente en una plaza pública y hasta les aplauden.
“El PRI era el único que controlaba todo, no había libertades de prensa ni de expresión… Hoy esas libertades existen y este es el México con el que ustedes se han encontrado, afortunadamente, pero costó vidas, prisión de mucha gente, sacrificios. Fue así que los jóvenes de esa izquierda reprimida de aquellos tiempos nos agrupamos en el PRD, un partido que gobierna varias entidades de la República y actualmente –como ha ocurrido en diversas naciones del mundo- nos hemos sumado a otras fuerzas para derrocar al PRI por todo lo que significa con la corrupción y la inseguridad”.
“Ustedes, añadió, son parte fundamental de la sociedad. Tenemos que pensar en los demás. Tienen entonces la responsabilidad de no dejarse agobiar ni vencer nunca por el desánimo. Es lo peor que les puede pasar. Nunca teman hacer cosas grandes y salir adelante. El día que eso suceda, perderán toda posibilidad de avanzar. La mediocridad no debe ser parte de la cultura personal de nadie. Han sido los que se atreven a hacer grandes cosas (aunque sea en su pequeño territorio y comunidad) quienes generan las grandes transformaciones en todos los terrenos y logran sobresalir”, expresó.
De esta manera, agregó, llegamos a elecciones en una crisis de fin de régimen propiciado por el descontento social acumulado de las últimas décadas (por el desempleo, la inseguridad, el estancamiento económico, la violencia y la corrupción) porque esto ya no funciona. El presidencialismo que concentra las grandes decisiones de un país como México con cerca de 130 millones de habitantes no puede ser manejado por un solo hombre, sino que tiene que ser resultado de una decisión colegiada, colectiva de un gobierno de coalición obligado a rendir cuentas a la sociedad con el contrapeso de la sociedad civil organizada.
“Temas como la inseguridad y la corrupción deben ser afrontados globalmente, integralmente y el 1 de julio tenemos esta gran oportunidad para que –con absoluta libertad y sin presiones de nadie- especialmente quienes van a ejercer por primera vez este derecho fundamental de una sociedad libre, lo hagan con toda responsabilidad pensando que nos estamos jugando el futuro del país no solo por los siguientes años sino, a lo mejor, por décadas”, alertó.
Zambrano Grijalva dejó en claro que “no es cosa menor la responsabilidad que las y los jóvenes tienen con su voto en lo individual y en debates, o círculos de discusión que promuevan. Lo que es seguro es que las cosas no pueden seguir como hasta ahora. La gente ya está harta, molesta, con ánimo de venganza entendible y justificable; pero tampoco hay que pensar en que el cambio tiene que ser concentrando el poder en un solo individuo, en una sola persona, o de los que dicen que la sociedad civil es ‘fifí’, que no tiene importancia y quiere adueñarse para seguir sirviendo a la ‘mafia del poder’ o que los problemas del país van a resolverse sobre la base de pactar con las cabezas del crimen organizado”.
“El de López Obrador –comentó- suena como un lenguaje audaz; pero nosotros decimos que eso es el riesgo de empeorar las cosas y habemos quienes planteamos la opción de que el cambio, tenemos que hacerlo juntos, democratizar al poder público con los gobiernos de coalición y aprovechemos nuestra potencialidad con las nuevas tecnologías; los conocimientos de la sociedad civil; que ejerzamos el potencial de las políticas públicas con compromisos claros para invertir en el crecimiento económico del país y elevar el poder adquisitivo de la gente; generar más empleos, e invertir más en educación ayudando a la formación de generaciones más fortalecidas; atacar la desigualdad, la pobreza, la violencia, y la discriminación hacia los grupos vulnerables”.
“En el camino, concretó, hemos logrado muchas libertades; pero estamos ante un contexto donde el estancamiento económico de más de 20 años ha provocado que casi la mitad del país sea habitado por gente pobre y pobre extrema; ya no solamente que carezca de los ingresos suficientes para comer, vestirse, comprar medicamentos, y divertirse, sino que hay 30 millones sin lo elemental para subsistir; de manera que si nuestros niños no tienen los nutrientes indispensables para desarrollar su cerebro durante sus primeros tres años de vida, crecerán con insuficiencias físicas enormes”, y ese es el país que -con ayuda de nuestras nuevas generaciones- debemos corregir y transformar, emplazó.