* 3.2 millones de niñas y niños en el país lo realizan; la tasa más alta es en localidades de menor urbanización, Tiscareño Agoitia
Ciudad de México, 01 de Julio (JUAN R. HERNÁNDEZ/ CÍRCULO DIGITAL).-La diputada Ruth Noemí Tiscareño Agoitia (PRI) promueve exhortar a las dependencias del gobierno federal y autoridades de las entidades federativas, para fortalecer acciones que prevengan y erradiquen el trabajo infantil en nuestro país.
De acuerdo con los resultados del Módulo de Trabajo Infantil elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el número de niñas, niños y adolescentes entre 5 y 17 años de edad ascendió a 29.3 millones; de estos, 3.2 millones (11 por ciento) realizaron trabajo infantil, siendo el 62.7 por ciento hombres y 37.3 mujeres, refirió.
En 2017, la tasa de trabajo infantil fue más alta en las áreas menos urbanizadas (localidades menores de 100 mil habitantes) con 13.6 por ciento, a diferencia de las más urbanizadas (de 100 mil y más habitantes), con 7.6 por ciento, de la población de 5 a 17 años de edad.
Este año, Nayarit, tuvo la mayor tasa con 19.7 por ciento; Zacatecas, 18.9; Campeche, 18.1 y Tabasco, 17.9. Las tasas más bajas se observaron en Aguascalientes, con 6.8; Baja California, 5.9; Ciudad de México, 5.4 y Querétaro, 5.3 por ciento.
La legisladora indicó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que “el trabajo infantil es una violación de los derechos humanos fundamentales; entorpece el desarrollo de la niñez y potencialmente les produce daños físicos y psicológicos para toda la vida”.
Manifestó que entre los motivos por los que trabajan los menores, destacan el pago de la escuela y gastos propios, 22.1 por ciento; el gusto de ayudar, 21.9; por aprender un oficio, 14.7; pagar deudas, no estudiar u otra razón, 12.8, y porque el hogar necesita de su aportación económica, 10.7 por ciento.
Resaltó que el trabajo infantil, en su forma de explotación, daña a la sociedad y, en específico, a millones de infantes, al negarles el acceso a la educación por su temprana incursión a la actividad laboral.
Asimismo, infringe los derechos humanos constitucionales a la salud, al bienestar, al sano desarrollo y, sobre todo, a la educación, la cual es una herramienta fundamental que les permitirá alcanzar mayor preparación, para que en un futuro puedan acceder a mejores aspiraciones y oportunidades laborales.
Tiscareño Agoitia señaló que el número de niñas y niños que trabajan, es un fenómeno que no conoce fronteras y que ha encontrado en la globalización un aliado potencial para extenderse por todo el mundo, a pesar de que lo prohíben las legislaciones nacionales e internacionales.
Consideró importante lograr el bienestar de la niñez en el marco de garantizar sus derechos humanos consagrados en nuestra ley fundamental e instrumentos internacionales suscritos por el Estado mexicano.
La proposición, turnada a la Segunda Comisión de la Permanente, establece que se debe seguir en la lucha y combate al trabajo infantil, con la participación conjunta de todos.