CIUDAD DE MÉXICO, 02 de diciembre, (CÍRCULO DIGITAL).—En un proceso judicial repleto de irregularidades que no deja de sorprender a organismos internacionales defensores de derechos humanos, Rafael Méndez Valenzuela ha estado 13 años ilegalmente preso por haber denunciado actos de tortura en su contra.
Fue detenido y encarcelado en 2008 acusado de delincuencia organizada. A pesar de que declaró haber sido torturado durante seis horas y media por policías estatales del estado de México, agentes federales y militares para incriminarlo, el sistema judicial no investigó su denuncia, cuando en este caso la carga de la prueba recae sobre las autoridades.
Más grave aún es que Rafael Méndez Valenzuela cumplió su sentencia penitenciaria el 2 de marzo de 2018. Debía estar ya en libertad, pero lo han retenido sin base legal por dos años y medio más en una prisión federal, lo que es una violación flagrante al derecho a la libertad personal. El motivo por lo que las autoridades judiciales y penitenciarias lo mantienen preso es que no ha dejado de solicitar que se investigue la tortura física y psicológica a la que fue sometido durante su detención
Luego de un sinfin de trabas para alargar su juicio, se le han practicado cuatro protocolos de Estambul (dos independientes y dos «oficiales» por parte del Consejo de la Judicatura Federal y por la Fiscalía Especial para la Investigación del Delito de Tortura del Estado de México). Todos los estudios concluyen que «Si hay evidencia física y secuelas mentales descritas en el Protocolo de Estambul por haber recibido acciones de tortura».
La ONU analiza que «el plazo de prisión que Rafael Méndez está compurgando de forma ilegal se deriva de una resolución que reconoce violaciones procesales en su contra y reivindica sus derechos. De no haber sido por la reposición ordenada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). actualmente Rafael Méndez se encontraría en libertad.
La ONU observa que:
«Rafael Méndez habría sido obligado, mediante actos de tortura, a firmar unos papeles por los cuales se declaraba culpable de la comisión de delitos. Esta supuesta confesión fue utilizada por las autoridades para procesarlo y mantenerlo privado de su libertad. Por esta razón, la alegación de actos de tortura perpetrados en contra de Rafael Méndez tiene una relación directa su detención arbitraria basada en la violación a las normas que establecen los componentes elementales del derecho a un debido proceso.
Rafael Méndez Valenzuela ha permanecido 13 años de su vida más productiva (fue encarcelado a los 20 años) Seria libre desde hace tres si hubiera renunciado a realizarse los estudios que ordenó la Suprema Corte y que prueban (con los Protocolos de Estambul practicados) la tortura a la que fue sometido, de acuerdo a su denuncia de 2008.
Estuviera libre y el Estado quedaría sin evidencia de haber cometido una grave violación de derechos humanos. Pero no cedió en su demanda de justicia y de que paren las constantes violaciones al debido proceso por haberse atrevido a demandar un juicio justo. Este es un claro ejemplo de un juicio repleto de irregularidades que apuntan a una complicidad institucional para no admitir la tortura infringida y la detención arbitraria e ilegal durante 13 años.
Por todo lo anterior expuesto, teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso, incluido el riesgo de que se produzcan nuevos daños a la salud física y psicológica de Rafael Méndez Valenzuela, requerimos que se acate la resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que es La libertad inmediata de Rafael Méndez Valenzuela.
- La reparación del daño físico, emocional y económico causado a Rafael Méndez Valenzuela por la tortura y detención arbitraria, de conformidad con el derecho internacional. • Una disculpa pública del Estado mexicano a Rafael Méndez Valenzuela por la tortura y detención arbitraria de las que fue víctima durante 13 años.