Ciudad de México a 09 de Febrero (AMPRYT/CÍRCULO DIGITAL).-El senador panista Juan Alejandro Fernández Sánchez Navarro pidió a la Secretaría de Salud que, en el marco de la campaña “Febrero, mes de la salud del hombre”, refuerce las acciones enfocadas a la detección y tratamiento de cáncer de próstata en la población de zonas de alta y muy alta marginación.
Mediante un punto de acuerdo, indicó que el cáncer de próstata es una enfermedad que se diagnostica comúnmente a partir de los 50 años.
“El acceso al diagnóstico y tratamiento oportunos son condiciones asociadas a la mortalidad, y la diferencia en este acceso podría explicar la disparidad en la mortalidad por cáncer de próstata observada entre diferentes regiones en el mundo”, señaló.
Recordó que, de acuerdo con datos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en México mueren 17 hombres diariamente por cáncer de próstata, como consecuencia, en su mayoría, de un diagnóstico tardío.
Bajo esta premisa, el Centro de Investigación en Salud Poblacional (CISP) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) llevó a cabo un estudio sobre la mortalidad por cáncer de próstata en México de 1980 al 2013, cuyo principal objetivo fue identificar los cambios importantes en las tendencias de mortalidad por cáncer de próstata durante las tres últimas décadas y buscar a nivel poblacional las posibles explicaciones a estos cambios, añadió.
El legislador por Baja California Sur apuntó que el CISP observó que durante los últimos 13 años la mortalidad por cáncer de próstata registró un crecimiento anual sostenido de 2.3 por ciento.
Sin embargo, remarcó, este comportamiento en la mortalidad fue diferente de acuerdo con el grado de marginación estatal.
“En dicho estudio se determinó que, Sonora, Baja California Sur y Sinaloa fueron los estados que presentaron las tasas de mortalidad a cinco años más altas a lo largo de las tres décadas, pero los estados que sufrieron los principales cambios en mortalidad a lo largo del periodo fueron los clasificados como de muy alta y alta marginación”, detalló.
Fernández Sánchez Navarro afirmó que un bajo nivel educativo, la poca accesibilidad geográfica a los centros de salud y una proporción mayor de población indígena pueden asociarse con factores culturales o creencias que obstaculicen la aceptación de la atención médica y, por tanto, el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata.
“En contraste, en los estados considerados de muy baja marginación la mortalidad por cáncer de próstata mostró una reducción de 5 por ciento anual, y ésta ocurrió principalmente entre los hombres más jóvenes”, mencionó.