Urge combatir la resistencia antimicrobiana, principal amenaza para la salud pública
Existe evidencia de que las infecciones más severas no solo están pasando de persona a persona, sino también, entre los dispositivos médicos en procedimientos quirúrgicos o de laboratorio clínico.
Ciudad de México, 31 de enero, 2019.- Aunque algunas personas presentan mayor riesgo que otras, nadie puede evitar completamente el peligro de infecciones resistentes a los antibióticos. La Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que, cada año la resistencia antimicrobiana (RAM) cobra la vida de 700 mil personas en el mundo. A su vez, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha identificado que el mayor problema de salud pública es que la RAM, representa ahora una amenaza constante a la medicina moderna. Las bacterias cada día son más resistentes a los antibióticos, tanto convencionales, como innovadores.
Por ello, si no se toman acciones de prevención y control pertinentes, para el año 2050, las muertes relacionadas con la RAM podrían superar las defunciones por cáncer1. De visita en México, la Dra. Denise M. Cardo, Directora de la División de Promoción de la Calidad de la Atención Sanitaria, del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC) señaló que “el reto no es solamente que salvemos vidas, también es importante ahorrar dinero en las instituciones y los gobiernos, ya que esta amenaza impacta directamente en el presupuesto social, horas laborales, costos por días adicionales en la internación de pacientes, material quirúrgico, estudios de laboratorio, entre otros”.
A nivel mundial, 1 de cada 5 visitas a la sala de urgencias son por eventos adversos de un medicamento. Además, 7 de los principales 15 fármacos involucrados en dichos eventos son los antibióticos2. En el caso de Estados Unidos, alrededor del 50% de los antibióticos se usan para de infecciones que no corresponden con la bacteria de cada paciente. Así mismo, es preocupante que la gente ingiere 50% más antibióticos de lo que realmente necesita.
Aunque en México no hay cifras oficiales sobre el impacto de la RAM o la mortalidad anual, el Instituto Nacional de Salud Pública, indica que algunos factores que deben tenerse en cuenta para abordar el grave problema de salud pública que representa la RAM en este país son: la ausencia de un cuerpo regulatorio que controle eficazmente el uso y la venta de antimicrobianos, la prescripción inadecuada, la automedicación con estos fármacos y la escasa información disponible sobre resistencia antimicrobiana (incluyendo los reportes errados o poco confiables de identificación y susceptibilidad bacteriana)3.
La Dra. Denise Cardo, enfatizó en la necesidad de adelantarnos a la infección, diseñar e implementar planes de prevención y diagnóstico oportuno, así como trabajar en equipo (industria farmacéutica, entidades regulatorias, centros de atención médica, etc.) y compartir entre países, la información sobre los diferentes casos analizados de las bacterias más resistentes y mortales.
No solo de persona a persona, también entre los dispositivos médicos
Es importante reconocer que los procedimientos médicos, quirúrgicos o de laboratorio clínico, pueden ser responsables de la transmisión de infecciones. Gracias al trabajo conjunto entre el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), han encontrado evidencia con tecnología que relaciona la bacteria al dispositivo. Prueba de ello es un análisis realizado con un endoscopio, que estuvo pasando la infección a cada paciente. Lo anterior, es un llamado de atención para fomentar el cuidado en procedimientos limpios para evitar los problemas de RAM.
De acuerdo con el estudio de “Principales inversiones para combatir la resistencia a los antibióticos” realizado por el CDC, las principales infecciones por dispositivos médicos se relacionan con catéteres, tomas de muestra de sangre, aparatología del área de cuidados intensivos y de las unidades de diálisis4.
Es por esto que, “al trabajar en conjunto el CDC con la FDA y las autoridades de control, las entidades regulatorias y los profesionales de la salud, debemos ayudar también a la industria de dispositivos médicos para que mejore sus instrumentos y protocolos de manipulación, para que no sean los que causan las infecciones”, resaltó la Dra. Cardo.
Bacterias más agresivas a los antibióticos más potentes
Entre las bacterias más peligrosas que el CDC ha identificado en los últimos años, se encuentra la ERC o “bacteria pesadilla” como la han denominado en Estados Unidos y la Staphylococcus aureus o “Staph”. Ambas, con graves implicaciones de salud, resistentes a los antibióticos más fuertes.
En el caso de la “bacteria pesadilla” o enterobacteria (ERC), se trata de microbios que poseen la habilidad única de diseminarse y compartir con otras bacterias sanas su resistencia a los antibióticos más potentes disponibles actualmente. Provocan infecciones letales con muy altas temperaturas y puede matar hasta el 50% de los pacientes afectados. En Estados Unidos es común encontrarla en los hospitales, pero en la India, por ejemplo, está presente en gran parte de la población. Con esta información se invita a la comunidad médica a asegurarse de que la bacteria no esté en México y se pueda prevenir.
Por otro lado, está el Staphylococcus aureus o “Staph”, es un germen muy común que aproximadamente una de cada tres personas sanas lo tiene en la piel o en la nariz. En ocasiones puede provocar infecciones graves en la piel, en heridas, neumonía o infecciones sanguíneas. Algunos Staph son resistentes a la meticilina” o “MRSA”, por eso se le conoce más con esta abreviación.
Las personas que tienen gérmenes de MRSA en su piel o que tienen una infección por MRSA, pueden transmitirlos a otras personas por medio del equipo contaminado y por las manos de las visitas, los doctores, las enfermeras y otros proveedores de atención médica. Dichos gérmenes pueden quedarse en la ropa de cama, los rieles de la cama, los accesorios del baño y en el equipo médico.
Con esto, es importante impulsar las prácticas médicas que mejoren la sepsis en sus áreas de trabajo, promuevan el correcto lavado de manos, uso de batas, guantes y tapabocas, pero especialmente, asegurar la limpieza de los dispositivos médicos que han tenido contacto los pacientes infectados y van a ser utilizados de nuevo en otras personas.
En resumen, es importante actuar no solo para combatir la resistencia antimicrobiana, sino prevenir su evolución y evitar los problemas de colonización de bacterias que van pasando de persona a persona, hospital a hospital y hasta de país en país. Las infecciones no se van a mantener en un solo lugar, la bacteria quiere tener una buena vida y quiere alimentarse para lograrlo, por lo tanto hará todo lo que pueda para resistir y para seguir viviendo.