“México que tenía todo lo que ahora no tiene”, afirma el alcalde de Huixquilucan.
HUIXQUILUCAN, Estado de México, (JOSÉ MONTAÑO / MENSAJE POLÍTICO).—El alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar, lanzó severas críticas al Gobierno Federal por los errores que, considera, ha cometido en sus primeros 17 meses de administración, y en particular por la deficiente actuación en la emergencia sanitaria por el COVID-19.
Con ello, se ha convertido ya en uno de los críticos más importantes del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“México tenía medicinas, Seguro Popular, guarderías, refugios para mujeres, comedores comunitarios, combatía al narcotráfico, respetaba a sus Fuerzas Armadas y no las usaba como trabajadores de obras ni les exigía someterse a la humillación ante el “pueblo bueno” y los delincuentes”.
Esto fue lo que aseveró Enrique Vargas en un tuit publicado en su cuenta, lo que generó un trending topic, pues su post fue compartido por más de 5 mil 200 personas y obtuvo 13 mil “me gusta”.
En ese mismo hilo del tuit, Enrique Vargas añadió sobre qué tenía México antes de esta llamada “4T”: “Teníamos instituciones independientes y no secuestradas por oportunistas, oposición política en las cámaras y no servilismo clientelar, libertad de expresión y libertad de exigirle al gobernante resultados sin ser blanco de agresiones o amenazas”.
Enrique Vargas remató con dos frases demoledoras, que dejaron en claro que se refería a López Obrador: “México tenía un INE independiente que lo llevó a Usted a la presidencia”… “México tenía una casota fifí para ser ocupada por su gobernante, y no un palacio para un emperador”.
Enrique Vargas se va consolidando como el principal crítico de la oposición al Gobierno de López Obrador. Hay que recordar que en octubre de 2019 encabezó una protesta de la Asociación Nacional de Alcaldes (que él preside) afuera de Palacio Nacional, para exigir mayor presupuesto para los municipios, pues en esos días se discutía el paquete económico 2020.
Sin embargo, la protesta enfadó a tal grado a los inquilinos de Palacio Nacional, que ordenaron dispersarla con gases lacrimógenos.
